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[Etapas de duelo]
Gou lo negaba, negaba que Ash se haya ido sin más, negaba que todo haya terminado.
Negaba, la poca atención que le brindaba a su novio, como negaba en el pasado que eran pareja.
~~[...]~~
—¿Eh? —miro a la chica frente suya con duda. No podía creer las palabras que salieron de sus labios.
—Tu mismo lo dijiste, no te sientes bien con esa relación, simplemente, cortala —dijo con simpleza tomando una galleta.
Miro su chocolate caliente con malvaviscos. Café... Nunca le gusto lo amargo que podía ser ante lo oscuro, pero, con un poco de leche y azúcar podía ser tan dulce...
Dulce... ¿Cómo sus divagaciones dieron a dar con un nombre y apellido? Le daba vergüenza aquello. Pensar en el pasado estando en un presente que peleó con muchos para conseguirlo...
Arceus, como quería ir al pasado e impedir aquello.
—¿Piensas en Luis de vez en cuando? —divago un poco ahora en la vida de la persona enfrente suya.
—¿En esa perra golpeadora? ¡Ja! Buen chiste —se burló abiertamente —. Solo fui su esclavo, solo un arma. Por suerte, logre salirme con eso del género, no me arrepiento —sonrió feliz mirando la argolla en su dedo anular.
Soltó un suspiro, matrimonio. Como le gustaría casarse y adoptar algún niño desamparado. Pero las palabras de Gou aparecen en su mente.
»—Estamos bien como estamos, no necesitamos casarnos.«
Si, tal vez estaban bien, tal vez debería sentirse mal el haber ido más allá con Paul. Mierda, no se sentía mal.
—Me acosté con Paul —la azabache estaba por escupir su bebida caliente —, ¿y sabes qué es lo peor? Me imaginé a Gary.
Esta vez si que escupió su galleta de nuez. Miro con impresión a su amigo, este se escondió apenado entre sus manos.
—Okay... Se que no eres, exactamente, el más santo del mundo, pero no sabía que fueras así —quería respuestas, y se notaba en su mirada.
—Me rendí en las batallas, ¿adivina qué? Me dejo hablando solo para atrapar a un Brumy —de solo recordarlo se le amargo la boca —. Me fui a un lugar cercano para esperarlo, Paul llegó, me dijo sobre cómo estaba harto de Dawn, una cosa llegó a la otra, y terminamos en su habitación del centro pokémon. ¡Y Gou no se preocupo! ¡Pude terminar despedazado y él ni enterado! —mordió con fuerza su galleta.
—¿Le fuiste infiel y te molesta que no te haya encontrado? —dio un sorbo —Ta fuerte el asunto.
—¡Lo sé! —golpeo su frente con la mesa —Ni yo me entiendo.
—Quieres atención —dijo sin rodeos.
—¿Qué? ¡No! —negó confuso.
—¡Ay por favor! —lo miro divertida —Eras entrenador pokémon, te gustaba toda la fama que te daba, los reconocimientos, pero se te hizo monótono, querías sentir esa flama de emoción, querías sentirte vivo... Pero no puedes, no atado al laboratorio, no a alguien que quiere atrapar a todos los pokémons del mundo.