¿Eres un omega?

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Desde el día en que fue el setter del equipo Kitagawa Daiichi en aquel partido amistoso se unió al club y su vida en la escuela mejoró, si bien no tenía amigos se divertía jugando voleibol y había a alguien que admiraba. Ese dia tomo la decisión iba a pedirle a Oikawa que le enseñara a hacer un buen servicio, cuando se estaba acercando pudo percibir un olor a chocolate amargo, miró hacía todos lados confundido para luego caminar hacia el olor cerrando sus ojos y se encontro con  Oikawa? Él..era un omega?.

Con algo de timidez lo observó, unos grandes ojos color chocolate, un lindo y sedoso pelo y una piel pálida, al verse observado Oikawa lo miró algo irritado, lo había visto de la misma manera desde el partido.

—Oikawa-san... ¿eres un omega?—

Pregunto mirándole seriamente, el mayor frunció el ceño mientras se levantaba y lo miraba molesto.

—Si... ¿acaso eso esta mal?—

El trago saliva, no quería hacerlo enojar,  no quería que lo sacaran del equipo..  suspiro y se fue sin decir nada mientras los malos recuerdos lo invaden, se negaba a llorar. Desde ese momento Oikawa y el no se llevaron bien, incluso en una ocasión casi lo golpea y decidió dejarlo tranquilo.

Poco a poco se acercaba la graduación y con ello se irían todos los de ultimo año entre ellos Iwaizumi y Oikawa, el se volvería el setter titular.


Antes de que eso pasará unas semanas de que los de último año pasaran a preparatoria los invitaron a un partido de práctica con una escuela bastante reconocida por un rematador del equipo, decían que tenía un talento único, Kageyama estaba ansioso por conocerlo y enfrentarse a él, aunque algo en su interior se revoloteaba cuando escuchaba su nombre.

Ushijima Wakatoshi.

Creía que era por los nervios por lo que le restó importancia y siguió entrenando, cuando llegó a la cancha sintió un aroma fresco y atractivo lo siguió fingiendo que iba a dar una vuelta, se acercó al olor poco a poco mientras sentía a su omega removerse inquieto sin siquiera percatarse empezó a trotar y en cuanto se dio cuenta estaba frente a un chico mucho más alto, con un pelo oliva y ojos aceituna al hacer contacto visual y sentir su olor… su rostro se sonrojó. Pudo sentir como aquel imponente alfa se le acercaba mientras el intentaba no dejar que su omega lo controlara quien se movía de un lado a otro muy inquieto.

El pelo oliva lo miró fijamente con una mirada seria y lo empezó a olfatear, pero él no soltaba ningún olor debido a todos los medicamentos que tomaba para que sus feromonas no salieran, pero si que podía oler al mayor y se estaba cada vez más inquieto, el mayor le pregunto:

- ¿Cuál es tu nombre? No pareces ser alfa... ¿eres un omega? -

Dijo invadiendo su espacio personal y acercándose peligrosamente a su cuello donde ya se podía sentir un leve olor a fruta con chocolate y crema, abrió sus ojos como platos.... él--- él era—

Sin pensarlo dos veces se alejó mientras veía al mayor - más en específico su mirada- que parecía que se volvía en la de un depredador.

Salió corriendo de ahí, agradeció internamente al ver que uno de los compañeros del mayor se le acercaba y le hablaba haciendo que el entrara de nuevo en razón, sentía que su cuerpo entraría en celo y sus feromonas se expandían, lo cual era raro... muy raro. Se supone que lo tendría en 2 semanas más, al llegar a un baño se encerró y empezó a tomar cuantas pastillas tenía, cuando su aroma dejo de expandirse se quedó un par de segundos en el baño relajándose, debía salir cuanto antes. No sabía cuándo surtirían efecto las pastillas.

Corría con sus cosas al hombro, ya que las había llevado con el todo el tiempo, rápidamente salió del gimnasio y corre lo más rápido que sus piernas le permitían, hasta llegar a su casa, por fin pudo dejar de contenerse y se arrastró hasta el sofá donde paso el resto de los siguientes días, no podía comer, y le costaba moverse - el celo era muy fuerte-.
No podia esperar a que el infierno se terminara.

Paso una semana, cuando fue al club, Iwaizumi le pregunto algo preocupado que le había pasado, el solo respondió con una mentira no podía decirle el verdadero motivo que se había encontrado con su alfa... su alfa predestinado.. un chico guapo, alto y muy serio pero tan solo oír su nombre... su corazón latía muy fuerte de tan solo pensarlo, era irónico y hasta cliché.

Se había enamorado a primera vista

Suspiro y se dijo a si mismo.... que debía olvidarse de él, que debía concentrarse. Fue en ese entonces, cuando sus sempai's se fueron dejándolo a  el como armador titular.

¡Se tenia que esforzar! Pero... cuando estaba mas motivado, cuando estaba mas alegre... en ese momento en el que entrego su corazon a su equipo de una manera que nadie entendía, en ese precisó momento...

Todo se fue al demonio

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Hola :3
¿que tal se encuentran?
Espero que esten bien y que les haya gustado el capitulo!
Si encontraron alguna falla lo siento mucho !

Adios!

El águila y el polluelo de Karasuno (Ushikage)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora