COMO CRECEN LOS NIÑOS || MDZS - ZhuiLingYi [PAUSADA]

-06-

Protegiendo lo suyo

Jingyi no sabía a donde ir y el primer lugar que pasó por su cabeza fue...

Yunmeng Jiang

Si o si debería estar ahí más tiempo ya que él sería el próximo líder de aquella secta. No lo pensó más y se dirigió a Yunmeng en busca de paz, lo que acababa de pasar debía meditarlo a puerta cerrada.

Camino a Yunmeng muchas preguntas surgieron en su loca cabecita...

—¿Ellos estaban celosos? ¿Por qué no sentí nada con el beso? ¿Zizhen es el indicado? ¿Realmente estoy enamorado de mis dos mejores amigos o solo me gustan ambos? ¿Es correcto estar con dos hombres? ¿Es correcto estar con un hombre? ¿Nadie nos juzgará? ¿Y si salgo embarazado?

—¡NO!—gritó Jingyi al pensar en la última pregunta que por reflejo toco su abdomen imaginando como se vería con la panza hinchadita—aunque pensándolo bien, no me vería tan mal que digamos

—No Jingyi, no, no debo pensar eso...pero si es que pasara ¿Cuál de los 3 sería el padre? Por lo que vi, los 3 me desean ¡Debo experimentar con los tres! 

—Ya veremos quién será el padre de mi hijo—sonrió de forma coqueta.

Ya estando a minutos de llegar a la secta Yunmeng Jiang decidió actuar haciéndose el dolido para que los demás sepan que es lo que ha pasado, pero claro, Jingyi no iba a contar todo.

Al llegar a la entrada hizo que lágrimas cayeran por sus blancas y perfectas mejillas, así llamó la atención de los guardias y discípulos que pasaban por ahí, corrieron para ayudar a su futuro líder de secta.

—Joven maestro Lan, joven maestro Lan ¿Qué le sucede?—dijo un discípulo que rápidamente se acercó a Jingyi.

—Y-yo, estoy b-bien—sonrió levemente manteniendo su rostro triste—¿Dónde está el líder?

—Si desea lo llevo allá inmediatamente, joven maestro

—Gracias...

El joven discípulo agarró el brazo de Jingyi para pasarlo por sus hombros para ser su soporte, ambos caminaron un poco despacio hasta llegar a la sala principal de la secta donde se podían oír fácilmente risas y voces felices, lamentablemente el Lan menos Lan arruinaría el ambiente en un instante.

—¡Jingyi!—Jiang Cheng rápidamente corrió hasta donde se encontraba su hijo que recién acababa de entrar al salón.