Un favor Inesperado

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Opción musical: Touch It (Orchestral Version) - Ariana Grande

El minutero del reloj marcó la media noche y las doce campanadas anunciaron al reino de Auradon que era hora de dormir. Una suave llovizna caía en medio de la espesura del Bosque Encantado y un resplandor provenía del interior de una casa construida sobre el manzano más grande.

No había escaleras o formas visibles de subir hasta aquella casa y, aun así, esta tenía dos pisos y un balcón lleno de dibujos que se estaban mojando. La puerta principal de la casa ponía "VK" sobre el símbolo correspondiente a cuatro villanos: Maléfica, La Reina Malvada, Cruella de Vil, y Jafar; estos últimos dibujados con aerosoles.

El primer piso de la estancia era bastante peculiar: Sobre el suelo de madera e iluminados por una bombilla anaranjada, cuatro Puffs rodeaban un tapete verde. A uno de los costados había un horno que todavía emanaba calor y a su derecha un plato de comida para perro junto con un hueso viejo y masticado. En la parte trasera un armario entreabierto revelaba decenas de dulces, chocolates o patatas fritas y, tirados por todo el suelo; habían aerosoles, pinturas y papel periódico. En lugar de ventana, un enorme hueco en la pared daba al exterior; y junto a este, un arco de madera llevaba a un pequeño estudio. El estudio estaba lleno de maniquís vestidos con hermosas prendas de terciopelo y sobre una mesilla descansaba una máquina de coser. Frente a la mesa, una joven de 16 años cuya belleza parecía de ensueño, estaba enfrascada en la lectura de un libro titulado "Historia de Auradon, libro escolar grado octavo"

La tez de la joven era blanca como la nieve y contrastaba con sus preciosos labios escarlata. Su ondulado y largo cabello azul oscuro—con tintes celestes—resaltaba sus redondos y llamativos ojos ámbar. Ella era tan hermosa que incluso sus signos de evidente cansancio: ojeras y ojos enrojecidos, podían pasar desapercibidos. Estaba concentrada en su lectura y no se percató del sonido de unos pasos bajando las escaleras. No dejó de leer hasta que una voz que también denotaba cansancio la sacó de su concentración:

—¿Evie? —le preguntó otra chica bastante extrañada—. ¿Qué haces despierta?

Evie levantó la mirada y se encontró frente a una joven de 17 años bastante atractiva: Ella tenía los ojos color verde esmeralda y su cabello púrpura —corto hasta los hombros-—resaltaban una tez pálida y unos labios rosados y carnosos.

—Hola Mal —saludó Evie sorprendiéndose de lo agotada que sonaba su voz—. Estaba estudiando para el regreso a clases...

—Ya —dijo Mal bostezando y alisándose los pantalones violetas del pijama—. Pero no regresamos a clases sino hasta el lunes...

—¡Y hoy es sábado! —soltó Evie con preocupación.

—Ya es domingo —le corrigió Mal, quien al instante se arrepintió de haberle dicho eso a su mejor amiga, pues ella sacó dos cuadernos de su maleta y los abrió de par en par.

—¡Aun no he repasado mis apuntes de Bondad remedial! —exclamó

—¡¿Estas repasando Bondad remedial?! —soltó Mal sin poder aguantar la risa

Evie fulminó a su mejor amiga con la mirada.

—Sí —contestó un poco molesta—. Voy a entrar a noveno y no puedo darme el lujo de perder ninguna materia. Si quiero continuar con mi línea de moda Evie4Hearts tengo que sacar notas excelentes y...

—¡Ya entendí! —le cortó Mal—. Pero eso no justifica que tengas que estudiar...—reprimió el impulso de reírse—...Bondad Remedial.

—¡Solo porque a ti te vaya excelente en Bondad remedial no significa que...

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