Días de invierno.

Prólogo.

2 de diciembre del 2014.

Ya había pasado más de media hora cuando el reloj empotrado de la casa de los McGregor marcó el segundo día del último mes del año. Las campanadas del antiguo reloj habían sido amortiguadas por el sonido de la televisión.

El señor McGregor, estaba obsesionado con el fútbol, y ese día había decidido darse un atracón de partidos de este deporte, aunque él ya supiese el resultado final.

La voz del comentarista ocultó los primeros dos disparos que se efectuaron. Ni la señora McGregor, ni la pequeña Amber que estaban en el segundo piso de la casa, habían oído nada.

Por eso, en el momento que el intruso, se coló en el dormitorio donde dormían juntos marido y mujer, ella no dio importancia a que su hombre volviese a dejar la televisión encendida.

- Oh, cariño -dijo la señora McGregor con un voz adormilada, cuando la puerta de su habitación se abrió-, has vuelto a dejar la...

- Lo siento, Ellie -susurró el encapuchado antes de disparar dos veces.

La voz de aquel hombre vestido de negro de los pies a la cabeza, era triste y a la vez conocida para Ellie McGregor, pero ella, ya no podría preguntar quién era y por qué la estaba apuntando con un arma directamente a la cabeza.

Sin embargo, todas sus pretenciosas preguntas se silenciaron cuando una bala impactó en su frente.