Capítulo 2: Volviendo a la vida

13.4K 1.2K 87
                                    

Pov Emma
Prefería mil veces convertirme en un fantasma, que permanecer renaciendo una y otra vez, con ese Dios que, no simplemente no da la cara y solo anda mandando mi pobre alma de aquí a allá como si fuera un juguete que puede quitar y poner las veces que se le dé la gana.

Mi sexta vida, renací en otra vez, el mundo común y corriente, pero había renacido en como parte de una familia adinerada, la única niña junto a tres varones, era evidente que no todo el dinero de mi padre era de buena procedencia, era un hombre intimidante con muchos enemigos, pero demostraba que me quería mucho, sobre todo, porque siempre quiso tener una hija, o por lo menos eso dice mi nana.

Prefería mantenerme al margen de esta familia, no me importaba nada, ya estaba cansada de procurar cuidar de los demás, sobre todo tratándose de una familia tan desinteresada como esta, no me importo demostrar mi inteligencia, fui considerada como una prodigio, siendo aún más consentida por mi padre, que, aunque no estaba gran parte del tiempo, le gustaba monitorearme y saber que quería. Además de darme múltiples regalos. Fui un obstáculo para mis hermanos, con los cueles no entablé relación alguna y me odiaban, aun si solo saludaba por cortesía desde pequeña, se limitaban a ignorarme, aunque era evidente que solo me toleraban por mi padre.

Mi madre siempre estaba de viaje, era una mujer ambiciosa y hueca que iba con mi padre de un lado a otro, o bien, se iba por dos semanas a vacacionar. Sin mostrar interés en mis hermanos, tiene sentido que se volvieran malcriados y despreciaran a los demás, aunque mantenían la compostura frente a mi padre.

A temprana edad, comencé a estudiar robótica por gusto, también aprendí sobre celulares y demás cosas, también estudié economía por petición de mi madre, fue entonces que mi padre decidió que yo sería la sucesora de la familia, dicha noticia no le agradó a mis hermanos en lo absoluto, sobre todo, porque mi padre los trataba a ellos como simples subordinados... sabía que el rencor de mis hermanos a mi persona sería inevitable, así que decidí que, antes de que sucediera la inevitable, me encargaría de dejar un buen recuerdo de mi estadía en esta vida, si tengo el dinero, haré lo que puedo para ayudar a las personas que lo necesitan.

Comencé a aprender a cocinar todo tipo de comida, todo para llevar a cabo una petición a mi padre, el cual accedió sin dudar, hacía de comer y pasaba los fines de semana en acilos, orfanatos, fundaciones para personas discapacitadas o con problemas mentales que están tratando, les daba de comer de diferentes tipos de comida, llevaba cosas que realmente necesitaban y convivía con ellos todo lo que podía, después de lo vivido en mi anterior vida, no había vuelto a cantar, más bien, no podía.

Cuando mi madre se enteró, se volvió loca y comenzó a vociferar mil y un cosas, papá la calmó y le dijo que antes de sacar conclusiones escuchara mis razones, cosa que no tarde en justificar, fue muy fácil dar una justificación a mis acciones que la mente egoísta y retorcida de mi madre, simplemente el decirle los beneficios que conllevaba, como tener a la gente en la palma de su mano, un cambió que conllevaría a ser algo radical, una futura líder, inteligente, que puede ser tan severa como amable, ganaría la lealtad de muchos, además de que la imagen pública se vería beneficiada. El atraer gente leal con amabilidad en vez de amenazas reduce las probabilidades de traición, la lealtad es más inquebrantable que el sometimiento por miedo.

Mi padre se mostró satisfecho, pero lo que marcó mi futuro fue cuando mi padre fue diagnosticado con cáncer, sabía que mis hermanos esperaban mi deceso, por quitarles lo que por derecho les pertenecía, según ellos. Mi padre estaba decidido a morir, no quería luchar por una vida así, discutió con mi madre en el hospital, pero después de verme al asomarme, me acerqué a él y su decisión cambió rotundamente, dijo que lucharía contra la muerte hasta que yo cumpliera mis 18 años, la edad en la que estaba seguro de que sería la sucesora de todo lo que tenía, después de todo, estaba por tener mis dos títulos de mis respectivas carreras ya terminadas.

Reencarnando en CrepúsculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora