Sonreía mientras miraba las pastillas de colores que estaban frente a él, la enfermera de su casa era tan amable y optimista quien estaba encantada de cuidar a alguien como el.
— Y entonces yo le dije a mi madre que estaba feliz de esto.
— Lo estás? — cuestionó mirando como llevaba otra cápsula a su boca — Sería raro que no lo estuvieras.
—Quiero caminar Hye— habló después de la última pastilla.
La chica lo detuvo haciendo que volviera a la cama —No puedes salir lo has olvidado?
— Mis padres me dan el permiso, Hwasaaa...
Sabía que no podía negarse a aquello, y era cierto sus padres no se molestaban en absoluto solo no quería que nada le sucediera mientras estuviera afuera como también sabía que el se negaría a qué lo acompañará.
—Quiero ir solo, Hwasa por favor — dijo sonriendo — Si algo sucede te llamaré por el radio — mostró el aparatito que traía en su bolso — Anda, me vestirse y volveré en una hora.
— Está bien, llevas las vitaminas, el radio, agua ...
— Lo tengo— Contestó sacándose la bata — Volveré Hye— dió un beso en su frente y salió de ahí cubriéndose del sol con su sombrero.
— Que tengas linda tarde Hoseok— dijo la vecina de a lado, el sonrió y de igual manera devolvió el deseo, nadie sabe de su padecimiento,nadie que no fuese su familia, trataba de que ellos se comportaran igual hasta el último de sus días por qué no quería que se deprimieran y pasará lo que le queda triste.
— Tamtamtidum, Tamtamtidum... Tamtomtorom, Tomtimtomtorom...
— Podrías quitarte— dijieron detrás suyo miró al chico con una sonrisa — Gracias.
— ¿ Cómo has estado he?
El chico solo saco su libro para comenzar una lectura, mientras Hoseok pataleaba con los pies en el aire sobre la acera del puente.
— Te caerás, deja de hacerlo.
— No te preocupes, no es tan alto de aquí— aclaro mirando a la nada — Desde cuando vienes aquí.
— Por lo visto hoy tampoco me dejaras leer— el chico guardo el libro en el bolso negro —Vengo aquí desde que tengo memoria, ahora podrías solo callarte.
— De acuerdo.
Estaban en perfecto silencio en el borde de un puente que dividía la ciudad de los prados, con las respiraciones tranquilas mirando el atardecer.
— Soy Jung Hoseok, aunque ya lo sabes cuál es tu nombre?
El tipo suspiro rendido — Llámame Suga.