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Estaba intranquilo, lo llevo al hospital más cercano dijo todo lo que sabía del chico por qué aunque pareciera que no le prestará atención era todo lo contrario escuchaba toda y cada una de sus palabras e incluso podía notar sus cambios de humor, era bueno escuchando desde pequeño. Los padres del joven llegaron de inmediato preguntando por el en un mar de lágrimas y unos rostros llenos de desesperación.

— Somos los padres de Jung Hoseok... Cómo está nuestro hijo..

— El está estable señores, ahora se encuentra descanzando, les avisaré cuando puedan pasar a verlo.

Contestó la enfermera, sus padres se abrazaron entre ellos para después sonreír con tristeza, sabían que tarde o temprano los llamarian para decir que el se ha ido, pero deseaban que no fuera así.

— Suga, Suga — le llamó una enfermera, nisiquiera sabia por qué dijo en ese entonces aquel sobrenombre pero ahora sabía de quién se trataba, se acercó — Suga? — el asintio con la cabeza — El chico quiere verte, sígueme por favor.

— Solo dáselo a él, gracias.





























Era día de revisión, si a algunos esto no les gustaba a Hoseok le encantaba ir y recibir algunas buenas noticias, tal vez el tratamiento funciona, unas nuevas píldoras, un nuevo estilo o una paleta como la que les dan a los pequeños al término de la revisión.

— Puedes esperar afuera Hoseok, terminamos.

— Está bien.

Se levantó, mirando el tazón de caramelos — Toma una— frunció los labios de felicidad y salió con su caramelo.

— El diagnóstico es incierto, no sabemos con exactitud si el tratamiento está funcionando si no quiere someterse a las radioterapias no podemos asegurar una larga vida.

— Hagan todo lo posible,por favor.

— Estamos luchando, por el así como por otros pacientes.....

Hoseok estaba en la sala de espera, no le gustaba tardar allí ya que siempre había personas con las miradas llenas de tristeza con  preocupación, pacientes enfermos saliendo y  entrando, el fuete olor a anestesia con suero, los teléfonos sonando y cuerpos saliendo.

— Suga...

Recordó que la última vez se fue sin despedirse y solo le fue entregado el control, así que acercaría a dar las gracias, pero lo atacó una duda ¿ Que hacía el ahí?

— Hola suga.
El chico levantó la mano asiendo una seña para después volver al ordenador que estaba encima de la funda y sus piernas.

— Yo tengo una revisión y tú  ¿ Que haces aquí?

— Este lugar es inspirador.

Hoseok lo pensó unos segundos, desde donde estaban se miraba a pacientes entrar y a otros salir llorando, a los doctores correr de la sala de emergencia a las de operaciones pero en ese pasillo se miraba la sala de defunción frente a la sala de cuneros, uno frente al otro con tan solo un amplio pasillo separandolos ¿ Que tenía de inspirador aquello?

— No le encuentro sentido.

— Ese pasillo te muestra la vida y la muerte, por esa puerta entra un nuevo ser cada dos horas y por la otra un cadáver, algunos festejan el nacimiento y otros lamentan la muerte... ¿ Tienes miedo a la muerte?

Hoseok miró a sus padres salir del consultorio con unas miradas tristes y la doctora dándoles ánimo — No — contestó sin su peculiar sonrisa en los labios— Y tú?

Dame un momentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora