Hoseok se había mudado a un pequeño edificio en Busán gracias a su nuevo trabajo, hasta que un día, se sorprendió con unas rosas de color carmín...
Enviadas por su vecino, Taehyung, un joven tímido del que poco sabía.
Que pasa si unas cuantas flore...
༻Por que incluso cuando estamos separados se que mi corazón sigue ahí, Contigo.༺
-Deorro, feat.Chris Brown
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-Taehyung, mira, yo...-Practicó Hoseok en el ascensor.
Mierda, mierda mierda! Dónde quedaron las palabras bonitas con sentido que había aprendido de las películas románticas?
Por qué era tan difícil? Tipo, solo era un simple "Fui idiota hace un rato, me gustas, salimos?" y ya está, pero su corazón latía con fuerza y no le dejaba pensar.
Agitó sus dedos, y fue a tocar el timbre.
Pero cuando las largas extremidades quedaron a centímetros del aparato, se sintió cobarde. Rápidamente los quitó del lugar y comenzó a dar vueltas en si mismo o de lado a lado. Y si ahora Taehyung le mandaba lejos? Sentía que se lo merecía. A parte, todo había sido tan rápido! Alguien como Jung Hoseok, necesitaba días para tal decisión, quizás meses, años...
Comenzó a pensar en cómo tal pregunta, simple y monótona podía contener tanto sentimiento y tanta pesadez en la persona, incluso en su futuro. Y es que, solo debía decirlo, pero ahí estaba el problema; Hoseok no sabía cómo explicarse.
Para que le servía tanta inteligencia si para decir tal tontería necesitaba tanto tiempo?
Tantas "t" en la frase le ponía nervioso.
Miró a la puerta, el cuarto D.
De tantas letras, tenía que ser la D.
D de "delicioso", de "Diosito" y de "Taehyung" porque Taehyung era un diosito delicioso.
Espera, Hoseok, eso no se suponía que debías de pensarlo!
Sin más tocó al timbre, de una, sin pensarlo.
Un rato.
Dos ratos, o ratitos.
Volvió a tocar, eso era el ruido de la mirilla?
Si, parecía ser ya que la puerta permaneció cerrada.
-Tae...-Susurró con pena Hoseok.
Una vez más, una vez más o lo volvería a intentar mañana.
Una vez más.
Una...
Dos...
Tres...
-P-perdón...-Dijo mientras lloraba en silencio.-Taehyung... Se que es tonto, y vas a pensar que es tonto, pero mereces una explicación.
D-desde pequeño me he sentido oprimido por algo, es...Es un Hoseok que vive en mi. Él es muy miedoso... Y temerario al exterior. Por eso me centré en mis estudios, así tendría la excusa para no relacionarme con él resto, para que no me hiciesen daño.
Pero de una forma u otra, lo que pensaba que me salvaría fue mi perdición.Mi madre comenzó a ser más estricta y eso le llevó a tener peleas con mi padre, y mi hermano comenzó a odiarme por ello y por que le hice mi sombra. Siempre iba yo primero, siempre fui algo importante. Por eso la gente en mi colegio comenzó a meterse conmigo. Gafotas, idiota, listillo y cualquier tontería era habitual que llegase a mis oídos. No le tomé mucha importancia hasta el instituto, donde me pegaron una paliza, entonces Hoseok se...Se encogió en si mismo, llegó a su casa y decidió no salir de allí.
El dinero de mis padres (en ese momento ya separados) fue suficiente para poder estudiar en casa con los profesores más prestigiosos de Corea del Sur e incluso otros países, tuve un profesor Inglés, y mi inglés va de pena!-Rió disgustado, de alguna forma, ahora ese nudo asqueroso en su garganta ya no le molestaba tanto.-En fin, ese Hoseok siempre me confundió, y lo sigue haciendo, como puedes ver.
Tae... en serio me gustas, me haces sentir cosas extrañas pero muy lindas. Solo que yo no suelo elegir las cosas tan simplemente, sobretodo si es por alguien como tú; alguien que me importa. Hoseok tiene miedo de perderte si hace algo mal, y ese miedo me contagia a mi. Se que estarás enfadado conmigo, tienes todo el derecho del mundo.-Hizo una pausa para acomodarse ahora que se había sentado contra la puerta, giró a verla y volvió a apoyar su cabeza con pesadez.-Todavía recuerdo cuando nos conocimos, cuanto hace, cinco meses? seis? Me dejaste un ramo de rosas carmesí en mi entrada, nada más que veintiuna rosas. Siguen frescas en una jarrita, te puedes creer? Cada día se ven peor, pero...-Sonrió.-Siguen viéndose lindas. Sigo viéndolas lindas, de alguna forma se siente como si fuese nuestra amistad, o tal vez este comienzo de... amor.
Se levantó con cuidado y miró a la puerta como si estuviese mirando al corazón que bombeaba alocado tras esta.
-No se de donde salieron esas, palabras, que vergüenza.-Sonrió para si mismo.-Bueno, que descanses. Hablaremos otro día.
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