Vía Láctea

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Señoras y señores, este será el short más huevo sin sal que verán en esta compilación.

Es la primera canción a la que no le hago tantos rodeos mentales, literalmente oí la canción, surgió una idea y de inmediato la transcribí en Wattpad. Así que sí, es la historia menos pensada de todas las demás xd

Amo a Zoé, no saben cuánto amooooooo a Zoé aH, bellísimo, bellísimo, bellísimoOoOoOoOoOo

Quiero dedicarle este tipo de canciones a los amores de mis vides pero pos miedo a que no la aprecien chale. Una vez dedique una canción de amor de VOCALOID y le hicieron el feo ahfnefjbkjbefs

Sólo quiero decirles que no sé muy bien cómo funciona este universo planteado, ni me pregunten xd. Yo sólo quería una historia fumada en honor al vocalista xdxdxdxd

Si se preguntan —al terminar de leer—:¿qué paso con Len? ¿Rin era real? ¿Rin tenía buenas intenciones? ¿Rin sólo jugaba con el corazón de Len? ¿Qué se fumó Len? ¿Se murió? ¿Podrá tiro al blanco cruzar el gran cañón? Quédense con las dudas, yo tampoco sé JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJA


El beso de las estrellas.

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   —¡¿Qué demonios te sucede?!

   Exclamó Yuu tan alto como su corazón fue capaz de tolerar. Poco o nada le importó que estuviera en casa ajena, estaba seguro que si alguien iba a reclamar, no sería por él. Puesto que su mega potente grito era inferior al desmadre de su amigo. El par de adultos —cruzando los dedos y rezando a la deidad de su religión en turno— retuvieron el aliento y se miraron atentamente, rogando que esta ocasión acabara de manera diferente.

   Tal parece que Dios no escuchó sus plegarias.

   —¡Eh-Ah! Chicos, ¿a dónde van?— Alcanzó a decir la madre, interponiéndose entre un rubio de entrecejo fruncido y un blanquecino chico con ojos perturbados.

   —¡Prometieron quedarse a cenar! Utatane-kun, hablé con tu madre también y los dejará quedarse hasta la—

   El adulto trató de persuadir, sin embargo, ni Yuu ni Piko estaban dispuestos a quedarse un segundo más en esa casa embrujada. Aun si les pagaran.

   —¡Lo sentimos mucho! Cambiamos de planes, señores Kagamine, ¡disculpen los inconvenientes!— Se apuró a decir Piko, tomando del suéter con estampado galáctico de su vecino al esquivar a la madre de Len.

   —¡¿No se quedarán a comer pizza?!— Meiko caminó con impaciencia por el sendero de su jardín, persiguiendo a los dos adolescentes, que lejos de avergonzarse por su actitud cobarde, optaron por correr lejos de la potestad Kagamine. —¡Chicos, por favor!

   —¡Len estará muy triste si se van!— Kaito siguió prácticamente los pasos de su esposa, viendo con impotencia como ambos jóvenes desaparecían de la privada. Sería muy irresponsable de su parte, un adulto entrado a los cuarenta padre de familia, forzarlos a estar en un sitio donde se perciben incómodos, pero estaba desesperado.

   Tan desesperado que mintió descaradamente. A Len le importaba una mierda si sus amigos lo abandonaban.

   —Cariño, esos eran los últimos, ¡Len ya no tiene más amigos!— Resignados, la pareja de esposos regresa al interior mordiéndose las uñas. Meiko se recarga en la puerta y mira al techo, buscando con fe una milésima forma de ayudar a su pequeño.

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