Pendejo [C.H] Usarg

1

¿Cómo me metí en esta situación de mierda?

Jodidamente perdimos. ¡Perdió! Sin embargo, todas las probabilidades estaban a nuestro favor.

¿Cómo pudo ese idiota tropezarse justo antes de llegar a la meta? Sin embargo, fue simple. Bastaba con correr, con adelantar sus patas una tras otra.

Todo era su culpa.

Si tan solo me hubiera negado a aceptar este tonto desafío ...

2 horas antes.

Los tres estábamos sentados en el césped verde del parque de la ciudad. El sol brillaba en el cielo de verano azul sin nubes. Los niños jugaban afuera, columpiándose en el agua y corriendo, su risa se mezclaba con el canto de los pájaros. Las parejas yacían en la hierba, una contra la otra, mirándose con amor y algunas personas venían con sus perros, disfrutando de estar afuera. Un verdadero día de verano.

Discutimos de todo y de nada.

México, Chile y yo.

Chile estaba a mi derecha, empujándome mientras hablaba. Tenía ese tipo de tics nerviosos de tocar a quienquiera que estuviera hablando. Tenía piel roja y un parche estrellado, pelo corto y rizado. Tenía como de costumbre, una gran sonrisa en sus labios, dejando al descubierto sus dientes blancos, que nos iluminaban tanto como el sol.

A mi izquierda estaba México. Tenía cabello en puntas y ojos bicolor. Su risa cristalina resonó por el parque y calentó mi corazón.

Eran mis dos mejores amigos y siempre lo han sido. También eran los únicos dos que sabían todo sobre mí. Y yo sabía todo sobre ellos.

Por tanto, eran los únicos dos poseedores de mi mayor secreto. Mi orientación sexual. Les había tomado un tiempo asimilar el hecho de que yo era gay, pero ahora me apoyaron por completo. Me había dolido profundamente al principio, pero me las arreglé para entender a mi pesar que había sido un shock para ellos. Siempre y cuando me apoyaran ahora.

Durante una intensa discusión sobre una banda, en la que se debatió que su música se estaba volviendo cada vez más insípida y poco interesante, alguien se derrumbó frente a mí. Cuando miré hacia arriba, el sol brillante me impidió ver quién era.