[02]

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Jose Mata.

—José, tengo una explicación lógica para esto. 

—¿¡Po...por que tenias eso!?—En sus ojos se notaba molestia. 

—¡Mis amigos me lo dieron de regalo! Y además no eres nadie para molestarte. 

—Cierto, no soy nadie para molestarte pero se quien si—Y arranco el objeto de mis manos para después salir corriendo. 

¡Maldito! 

Salí corriendo tras el y cuando lo veo por el pasillo, iba bajando las escaleras. Agarre impulso y salte encima de el, en pocas palabras rodamos por las putas escaleras pero eso no importaba había evitado que mi padre mirara el "regalo" que me dieron Thomas y Lucas. 

—¿Que significa esto?—Estaba mi padre frente a nosotros con el consoldor en las manos y casi de color del objeto, rojo. ¿Los penes son rojos?

Genial, falle. 

—Papá, tengo una explicación lógica para esto. 

(....)

Castigada, ¿y saben por qué? ¡Por culpa de el maldito de José Mata! ¡Por dios! Todas las chicas de mi edad tienen esto y lo peor es que lo usan, pero según mi padre. 

"—No quiero que vallas a parar como tu madre" 

¡Menciono a mi madre! ¿Cómo pudo? Ahora si te regalan un consolador vas a terminar como una puta, si mi madre es una puta y si, si se que es un puta. 

Persona que mantiene relaciones sexuales a cambio de dinero, y si mi madre es una prostituta, fui producto de un condón roto, solo lo se por que mi padre me a dicho pero nunca entra en detalles en cambio mi familia por parte de mi padre me conto toda la historia, y es que un día solo toco la puerta y me dejo en el piso con una servilleta escrita, que decía. 

"Cuida a tu hija" 

Un ruido me saco de mis pensamientos, era Mata estaba en la puerta. 

—Hola... 

—¿Qué? 

—¿Quieres empezar con la clase de el español? 

—No.

—Tu padre me dijo que te diera clases. 

—Agh, si eres... 

—¡Empecemos!—Cerro la puerta tras de el. 

(….) 

—¡No se!

—Si sabes. 

—Hoda. 

—Cambia a d por la l. 

—Hola. 

—¡Bravo! 

(….) 

—¡Oh Dios Mío!—Era domingo y habia aprendido a nominar el lenguaje español. 

—¡Yei!—Mata y yo saltábamos por todas partes, celebrando—¡Vayamos a enseñarle a tu papá!

—¡Cierto! 

—PAPI—Gritábamos José y yo mientras bajábamos las escaleras. 

—¡Sam, hablaste español! 

—Nah, ¿enserio? Si no me lo dices no me doy...—Recuerda, Sam. Debes ser amable—¡Si papi!

—Por eso, te quito tu castigo de tres meses y toma—Me entrego mi teléfono—Y ahora prepara tus cosas que mañana empiezas el colegio. 

SDMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora