The Newcomers

Kayla

Abrí la caja y me quedé sorprendida.

Este día había sido bastante normal hasta que encontré la caja. Había empezado las clases, había visto a mis amigos, y cuando llegué a casa y abrí mi armario, PUM. Había un paquete. Era chico y marrón.  Tenia una etiqueta en el medio que decía.
"Para Kayla Morrison". Primero pensé en llamar a mis padres para preguntar si me habían dejado un regalo o una bomba en el armario, pero decidí sentarme en mi cama y abrir la cajita.

Dentro, había dos cosas. Una nota y una daga. La daga era de metal dorado y filoso con un mango de color marrón. Parecía ser nueva. Abrí la nota y la leí.

"Señorita Morrison,
La OOS quiere informarle que a partir de este momento usted es parte de una misión a la que no puede renunciar. No podemos darle más información.  Lleve la daga en su mochila el lunes próximo. "

Solté una carcajada.  ¿En serio? Que buen chiste. Muy detallistas, consiguieron una daga y no reconocí la letra, pero era definitivamente muy gracioso. Por no mencionar que, de una forma que yo desconocía,  habían conseguido entrar a mi habitación y guardar la caja en el armario.

Conseguí olvidarme de la daga durante un rato. Me distraje leleyendo. Un rato más tarde, fui a la cocina, estaba famélica.  Saqué uno de esos sándwiches preparados que guardaba en la heladera por si no tenía ganas de cocinar al volver del colegio, esos que están empaquetado en envoltorios de plástico. Lo llevé a mi habitación.

Una vez que estaba sentada en mi cama y descubrí que no podía abrir el envoltorio de plástico,  me sentí inútil. Estaba a punto de volver a la cocina a buscar un cuchillo cuando recordé la broma y la daga. Fui al armario y agarré la cajita. La abrí y me quedé viéndola, embobado y estupefacta.

Donde se suponía que debía estar la daga, había un cuchillo. Un cuchillo de metal dorado y filoso, con un mango marrón.  Parecía ser nuevo.

··················

Había decidido esconder la daga/cuchillo en su cajita junto con la nota en el armario, detrás de mis remeras. También había decidido no contarle a nadie sobre el tema.

Estaba en el colegio el jueves, en el recreo, con mis amigos. Estábamos hablando de un libro de chistes malos que tenía Ashton, uno de mis amigos, cuando vi a Luke solo, mirando por la ventana que daba al patio.

-Tierra llamando a Kayla. Kayla, deja de acosar al pobre chico nuevo. -Dijo Jack, otro amigo, devolviendome a la realidad.

Me reí juntó con ellos por el comentario.

-No lo estoy acosando... Pero, está solo, y me cae bastante bien. ¿No deberíamos invitarlo?

-Pues, adelante.

Me acerqué a él.  Cuando estuve a su lado, lo llamé:

-Hey, Luke.

Me miró y sonrió.

-¿Quieres venir con nosotros? -Dije a la vez que señalaba a mi grupo con la cabeza.

El los miró, y luego volvió a mirarme.

-Claro, por qué no.

Y me siguió hasta ellos .

-Luke, ellos son Jack, Ashton, Morgan y Dustin. Chicos, Luke.

Se saludaron.

-A ellos los reconozco, van a nuestra clase. -Observó Luke señalando a Ashton, Dustin y Morgan.  -Pero, a él. ..

-Jack está en otro curso.

Continuamos hablando, esta vez con Luke incluido.

···············

Iba saliendo de la escuela y me había puesto mis auriculares, cuando escuche alguien detrás llamándome. Me di vuelta y vi a Luke corriendo en mi dirección.  Me saqué los auriculares para poder escucharlo.

-Perdón que te interrumpa... -Empezó a decir él.

Me reí.

-No interrumpiste absolutamente nada.

Sonrió.

-Bueno, quería agradecerte por haberme... integrado, no se, por no dejarme solo.

-¡No fue nada! No podía dejarte ahí solo, además, les caíste bien.

-¿Tu crees?

-¡Si que lo creo! Bueno, estaba por ir casa... ¿Por donde vas tu?

-Cerca de la plaza Roosevelt.

-Pues vamos por el mismo lado.

Empezamos a caminar uno junto al otro en silencio. Le ofrecí uno de mis auriculares y escuchamos música juntos. El no conocía la banda, pero terminó por gustarle tanto que me pidió el nombre y dijo que iba a buscarlos al llegar a su casa. Seguimos hablando y riendo hasta que nuestros caminos debieron separarse.

···············

El domingo por la noche, cuando estaba por ir a dormir, recordé lo que decía la nota. El lunes debía llevar la daga en la mochila. Al principio no pensaba hacerlo, pero desde aquella daga se convirtió en cuchillo, había cambiado de opinión.  También me había fijado un par de veces por si había cambiado de forma nuevamente pero solo había vuelto a ser una daga, y así quedó. Guardé la cajita en la mochila.

Cuando por fin llegó el lunes, me pase toda la primera hora desde que llegué a la escuela inquieta y nerviosa. Cuando vi que todo iba tranquilo y normal, me relajé.  En la última hora, cuando guardaba las cosas, vi una nota que caía desde mi carpeta. La nota tenía la misma letra que la anterior.

"Señorita Morrison,

La esperamos en Jefferson Street 1463 a las 13:30"

················

En Jefferson Street 1463 había una vieja fábrica de jugos abandonada. La fábrica ocupaba toda la manzana, y estaba rodeada por un alambrado. Contra la pared de la fábrica, no se por qué, había algunas pilas de ladrillos. Un sector del alambrado estaba abierto, y por el camino de tierra deduce que esa era la entrada.  Todas las ventanas de la edificación estaban tapadas con maderas. La puerta de la fábrica tenía unas cadenas y un candado.

Rodeé la fábrica en busca de una ventana por la cual poder entrar. No encontré. Y decidí hacer algo para poder entrar.

Del lado trasero de la fábrica, había una ventana que estaba escondida entre unos arbustos, y no estaba tapada. Fui a buscar unos ladrillos y empecé a tirarlos al vidrio. El primero agrietó el cristal. El segundo, lo rompió.  Y con los tres que me quedaban me las arreglé para quitar todo el vidrio que pude. No necesitaba por qué llenarme de golpes. Decidí sacar la daga de la mochila, y luego, lancé la mochila por la ventana. Después,  pasé yo. Recogí la mochila y me la puse sobre los hombros. Apenas entraba luz por la ventana que yo había roto..de repente, escuché el sonido de cajas cayéndose. Me giré a el lugar de donde provenía el ruido con la daga en alto. A la luz que entraba, pude verlo.

Un chico de pelo castaño chocolate, ojos grices, estatura promedio. Tenía una daga idéntica a la mía, salvo por que la suya era plateada y de mango negro. Lo miré confundida.

-¿Luke?