Todos miraban las gomitas sin forma que estaban sobre el mesón.
"2:22" se leía en un viejo reloj anticuado que colgaba en la pared de la cocina. En menos de cuatro horas sus compañeros comenzarían a despertar y alistarse para la jornada escolar.
—Mierda... —Dijo Kaminari pasándose una mano por la cara, pero sin dejar de sonreír.
Kirishima parecía sin poder creérselo todavía, ni siquiera sabía qué decir al respecto. Creía a Izuku como un ángel, pero al parecer no era tan inocente como parecía.
El chico entraba marihuana a la escuela en forma de gomitas.
El pelirrojo tomó el paquete de gomitas y lo olió con curiosidad.
—¡Carajo! —Se apartó de inmediato, el olor le había llegado de lleno. —¿Cómo es que nadie se ha dado cuenta? Huele demasiado.
Katsuki sonrió con autosuficiencia.
—Porque el maldito es estúpidamente inteligente, presta acá. —Acto seguido le arrebató las gominolas a su amigo, quien lo miró desconcertado.
—¿No estarás pensando en comerte una, no?
—Si él no lo hace, yo sí. —Comentó el rubio eléctrico, ganándose una mirada extraña del de dientes puntiagudos. —Kiri, no es tan malo como parece. Además, todos aquí tenemos hambre, ¿no?
—Con hambre pega más, estúpido. —Recalcó el pelirrojo. —No vas a comer esa mierda. No mientras yo esté contigo.
Katsuki bufó, llamando la atención de los otros.
—No es nada masculino prohibir cosas, pelos de mierda. ¿No te da curiosidad cómo se siente?
Kirishima no pudo evitar sonrojarse.
—¡Por supuesto que no! ¿A ti sí?
El rubio cenizo se alzó de hombros mientras Denki sonreía maníaco.
—Con tal de joder al nerd haría lo que sea.
Y sin más se metió una goma a la boca.
—¡Bakubro!
Katsuki lo ignoró y masticó saboreando la gomita. Estaba un poco dura y su sabor era poco a comparación de cómo olía, sin embargo no le disgustó y tragó.
—Unas cuantas no te van a matar, pelos de mierda, come.
Denki se adelantó y también tomó unas cuantas, metiéndoselas todas a la boca de una sentada.
Kirishima lo miró con el ceño fruncido pero Kaminari se limitó a sonreír.
—Equis Kiri, somos chavos. —Para después guiñarle un ojo y pararse frente a la barra a hacer sandwiches.
Antes de que el cenizo tomara otra gomita Kirishima se las arrebató, con un semblante serio que ninguno de ellos había visto antes.
—No es correcto. —Dijo mientras guardaba las gomitas de Izuku en su bolsillo. —No es correcto tomar algo que no es tuyo, tampoco lo es drogarse en el edificio, eso no es cosa de héroes.
Katsuki casi pudo reírse.
—¿Estás enamorado del nerd o por qué putas sacas tanto la cara por él? ¿Nosotros somos los pecadores por tomar SU droga? —Katsuki se paró, haciendo que Kirishima también se levantara y lo encarara. —Tómate un advil y relájate de una vez.
Kaminari, quien veía desde el mesón la discusión se acercó nervioso a Kirishima.
—Oye. –Lo llamó sobandole los brazos de una manera un tanto íntima, para después caer en cuenta de la presencia de Katsuki y quitarlas. —En serio deberías relajarte un poco, ¿qué tal si las pruebas?
Kirishima lo miró como si hubiera dicho un disparate.
—¿Los voltios te apanaron el cerebro? ¿No escuchas lo que estoy diciendo?
El rubio canario se encogió de hombros restandole importancia.
—Como quieras, pero no tienes derecho a prohibir nada aquí.—Por primera vez Katsuki pudo apreciar al pikachu serio. —¿Crees en serio que la droga daña a la gente? Mira a Midoriya, es un alumno ejemplar. Satanizas mucho las cosas que no conoces Eijiro.
Al terminar de hablar metió su mano al bolsillo del pelirrojo y tomó las gomitas, metiéndose otras cuantas más a la boca, para después dárselas a Katsuki.
—Al parecer no tuve que ser yo quien te mandara a la mierda. —Dijo Katsuki sonriendo de lado mientras miraba el semblante serio del pelirrojo.
Comprendía perfectamente que el otro estuviera en desacuerdo con lo que estaban haciendo, y él tampoco quería obligarlo a que participara en ello si no quería, pero le parecía ridículo que quisiera prohibírselo, sobre todo cuando parecía defender tan fervientemente a Izuku sabiendo que él también se estaba drogando en UA.
De pronto pensar en eso le dejó un mal sabor en la boca y los escenarios mentales llegaron rápidamente a él. Imaginó al estúpido de Kirishima paseándose con Izuku por el edificio agarrados de la mano, los imaginó compartiendo su almuerzo y yendo a entrenar juntos. Quiso vomitar.
Cerrando los ojos con disgusto empinó el paquete de gomitas hacia su boca tragándoselas sin siquiera masticar. En cuanto sintió la mano de Kirishima arrebatarle el sobre por segunda vez en la noche ya era demasiado tarde; se había comido todas y cada una de ellas.
—¿Qué te pasa Bakugou? ¿Estás demente? —Le preguntó Kirishima mientras sacudía la bolsa, comprobando que ya no había contenido alguno.
—¿No me guardaste ni una? —Preguntó Denki con decepción mientras dejaba los sandwiches en el mesón y miraba con pesar el sobre vacío. —Con lo que comí no va a hacer efecto nunca.
Katsuki bufó mientras tomaba un sandwich del plato y masticaba con rabia.
—Revisa la nevera, deben haber más.
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Las gomitas de Izuku
General FictionKatsuki se levanta a altas horas de la noche con hambre, ¿por qué no comerse las gomitas de Deku para fastidiarlo un rato?