Ay, el amor.

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Detuve a mi amiga a medio camino de la "creepy house" como le decían. Me aseguré de que los chicos ya estuvieran lejos y no se percataran de que nos habíamos detenido.

-¿Se puede saber que planeas?

-No dejaré que te arriesgues sola... O vivimos juntas o morimos juntas.

Resoplé en señal de disgusto. Ella solo sonrió como si nada.

-Cálmate... Yo tambien tengo mis toques de locura. -me giñó un ojo en complicidad y siguió caminando.

La noche pasó rápido y bastante...normal para ser sincera. Abby hablaba como si no fueran psicópatas...sino más bien cualquier grupo de chicos interesantes. Todos le miraban interesados en la conversación, menos Liu, que parecía estarse cagando en el mundo y no quisiera ver ni hablar con nadie. Ya estaba aburrida de escuchar la misma charla una y otra vez, y el sueño estaba haciendo de las suyas. Entonces Liu se levantó y salió, haciéndome despertar. Todos estaban entretenidos y decidí seguirle. Antes de salir miré otra vez a mi amiga. Se veía extrañamente feliz...como si nunca hubiera hablado con nadie y tuviera muchas cosas que contar. Entonces me di cuenta de algo... ALGUIEN de una sonrisa un tanto asfixiante le miraba fascinado, y podría jurar que con cariño. Parece que los "tipos duros, asesinos de pecho pelado" no eran tan insensibles. Se me escapó una sonrisa *cofcofsonrisapervertidacofcof* y salí de allí buscando a Liu.

Nada... No se le veía por ningún lado. Apenas había salido y ya no estaba por los alrededores. Sentí una punzada de decepción y tristeza.

-¿Ahora también eres acosadora?

Miré detrás de mí y sobre el techo de la iglesia se encontraba él... Sus piernas colgaban dándole un aire interesante que sus ojos (los cuales se veían más oscuros ya que me miraba desde arriba) hacían parecer totalmente desconocido para mí.

-¿Puedo subir?

Se hizo a un lado y me señaló el sitio donde había estado sentado para indicarme que allí tenía mi puesto. Subí poco a poco hasta donde estaba. Era un poco difícil y cansado. Cuando solo me faltaba un paso para llegar a su lado resbalé. Chillé por el susto y por suerte él logró agarrar mi mano a tiempo, e impedir que cayera. Tuve suerte de que estaba ahí...sino lo más probable es que tuviera uno o dos huesos rotos. Una vez arriba me relajé, y al momento mi cuerpo se sintió cansado y comencé a temblar.

-¿Qué pasa?

-Nada... Solo fue el susto... -no pude evitar que mi voz saliera como un susurro tímido.

Se me quedó mirando un momento y lentamente me rodeó con sus brazos...esta vez más cerca de sí mismo. Pude sentir todos sus músculos a través de la tela. Su calor y su maravilloso olor...combinado con el susto que acababa de pasar, fueron mi perdición. Las lágrimas se escaparon de mis ojos antes de poder hacer nada. Creí que me apartaría...pero en cambio apoyó mi cabeza en su hombro acariciando mi cabello y acercándome más a su cuerpo. Dejé que mis brazos le rodearan también mientras descargaba mis repentinos sentimientos en su abrigo. El se limitó a acariciar mi cabello y mi espalda susurrando que todo estaba bien. Pasó un rato hasta que me logré calmar... aún después de eso ninguno de los dos hacia ademán de apartarse. Dejé que su cuerpo envolviera el mío sin ninguna objeción, y fantaseando con que tal vez...solo tal vez...él pudiera quererme.

-¿Estás mejor?

Asentí y el silencio volvió. Ninguno se apartó del otro y eso me gustó. Entonces lo recordé...

-Perdón...

-¿Por qué me pides perdón?

-Por lo de ayer...

Me miró extrañado como si aún no entendiera lo que decía. Suspiró y fijó la vista en un punto lejano que no pude identificar.

- No tienes por qué pedirme perdón. Después de todo debería ser yo quien lo pidiera.

Me aparté un poco sin soltarle y esta vez me tocó a mi mirarle sin entender. Al notar mi insistente mirada volteó la cabeza hasta quedar cara a cara.

-¿Por qué? -podría jurar que ví un ligero sonrojo antes de que respondiera.

-No es que te estuviera...comparando con...ya sabes...con Susan. -se le oía...¿nervioso? - Es solo que... -volvió a mirar ese punto que yo desconocía aún- Me tomó por sorpresa... No esperaba que tú...dijeras su nombre.

-¿Por qué? -lo admito...esto ya me estaba emocionando, y tenía curiosidad.

-B-bueno... No es algo seguro...ni siquiera sé lo que es con exactitud. Pero hay algo en tí...que no me deja apartarme ni dejar de protegerte o buscarte... -mi corazón se detuvo por un momento y mi respiración también mientras mis ojos se abrían en sorpresa- Solo... Quiero saber qué es... Quiero conocer el nombre de esta fuerza que me impide apartarme.

Volvió a mirarme y nuestras miradas se encontraron. La mía asombrada y con un destello de felicidad... La suya perdida en sus pensamientos más profundos y también asombrada por mi reacción.

-¿Q-qué pasa?

-¿Puedo intentar algo? Tal vez te ayude a identificar ese sentimiento y a mi también.

-¿Quieres decir que también te sientes así? -asentí lentamente.

-¿Puedo intentarlo al menos?

Se limitó a asentir también, sin palabras. Quité mis manos de su espalda, soltándole. Pasé mi brazo izquierdo por su hombro y subí por su cuello hasta llegar a su pelo. Suspiró cerrando sus ojos y cuando los abrió brillaban con... ¿placer? Moví mi mano derecha hasta dejarla en su rostro dando una pequeña caricia. Le atraje suavemente hacia mí, y no dudó en acercarse. Suavemente mi mano acariciaba sus facciones...nuestras respiraciones chocaron y se mezclaron con el aire, entrelazándose entre ellas.

-¡¡ASHLEY VÁMONOS!!

-¡¡MIERDA!! -cuando Abby me llamó, me aparté rápidamente de Liu sin recordar que estábamos en el techo de la iglesia, y caí de espaldas al suelo dándome un fuerte golpe.

Muerte o reto - Historia Corta (Editada ✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora