Mamá sabe más

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POV. Dove
Año 2017
Vancouver-Canada

Los primeros días del año no fueron fáciles, el padrastro y el director se enfurecieron por la desaparición de Sofia en Año Nuevo, la lastimaron de todas las maneras que se les ocurrieron, Destruían a Sofia cada vez más y más, como si fuera el único propósito en su vida, que cada vez que Sofia se levantará la rompieran en tantos pedazos como les fuera posible, los odiaba, en serio los odiaba.

Sofia estaba llorando cuando llegué a la bodega, la habían golpeado y la habían violado una vez más, el quiebre en la voz de Sofia con cada palabra que intentaba decir, el color rojizo tan notoriamente incrustado en sus ojos, aquellos ojos productores de tantas lagrimas que podrían llenar un mar entero.

La abracé, la abracé y dejé que me abrazara, que desahogara todo su dolor en mi, nos recostamos en aquel colchón sin separarnos, no importaba el tiempo, podría estar días enteros así y no me importaría. Cuando Sofia se calmó después de un rato, entrelazó sus dedos con los míos.

—gracias por llegar a mi vida —su murmuro fue débil, quebrado, pero aún así audible.

—te amo Sofia Carson, te amo más que a nada, no dejaré que nada te pase ¿si? —solté un suspiro y ella asintió sin dejarme ver su rostro.

Nos quedamos mucho rato más así, abrazadas, acostadas, en silencio, el único ruido en el lugar eran nuestras respiraciones, a pesar de que también se oían los carros pasar, no importaba, nada importaba en ese momento.

—amor— la llamé con suavidad pero no obtuve respuesta, sonreí de lado, se había quedado dormida. Me dormí de igual forma, sin dejar de abrazarla, pues me encantaba hacerlo, el estar así, recostadas, abrazadas y tan relajadas para hasta dormir, me gustaba más que cualquier tipo de encuentro sexual, porque lo nuestro iba más allá de todo eso, y esa era mi parte favorita.

POV. Dove
Año 2019
Sanatorio mental del este de Canadá.

mira lo que has ocasionado —desperté en el suelo de la habitación, la cabeza me daba vueltas, no sé qué ha pasado, la luz traspasando salvajemente por la ventana no ayudaba—. Ocasionaste un desastre por completo en esta habitación, Celeste.

—¿podrías dejar de gritar? —fruncí el ceño—. ¿Qué haces aquí, madre? Jamás vienes a visitarme a donde me internaste —le reproché levantándome del suelo, mi último recuerdo fue ver el como Sofia cruzaba esa puerta, y de ahí no recuerdo nada más.

—no estoy gritando Celeste, pero mira todo lo que hiciste, destrozaste el cuarto, niña —la miré con molestia—. Se suponía que te tendrían calmada, que te ayudarían con tus problemitas mentales.

—no estoy loca, madre —la miré y me recosté en la cama.

—si lo estás, sabíamos que era una probabilidad cuando tu padre me contó acerca de los trastornos mentales de un familiar algo lejano suyo, no creímos que afectaría a la familia, pero parece ser que si sucedió —cerré los ojos para no tener que ver la luz, y no tener que verla a ella—. Solamente me interesaba saber cómo estabas, pero veo que claramente no estás bien, este lugar no está teniendo los efectos esperados en ti.

—¡claramente estoy mal! Porque todos quieren que crea que mi novia murió, me han inculpado múltiples veces de la muerte de mi novia, yo misma me he inculpado por su muerte, me trajiste aquí quien sabe para que madre, en este maldito lugar donde lo único que han hecho es lograr que diariamente me sienta como una basura, el lugar donde su único propósito es recordarme una y otra y otra vez que Sofia ya no está conmigo, y que ya no lo estará, porque aunque me quiera aferrar a la idea de su vida, ella está muerta, y solamente me recuerdan que nunca podré recuperarla y ser feliz con ella —me destrocé a mi misma una vez más, mucho más de lo que pude haber destrozado este cuarto. Me condene a mi misma, la miré, ella se levantó sin decir nada y me dejó sola en la habitación, y una vez sola comencé a llorar, no lo soportaba más.

—así que por fin lo aceptaste —escuché su voz y volteé a la puerta, otra lágrima salió—. Aceptaste que estoy muerta, aceptas que solo soy una idea pasajera en tu mente, que solamente soy una visión a la que te aferras ¿cuando dejarás que pueda descansar Dove? Deja de aferrarte a mi y olvídame, yo me olvide de ti.

—¿realmente me olvidaste? —sollocé.

—los muertos no tenemos memoria —de fue por la puerta dejándome de nuevo en esta maldita soledad que me abruma, sola con mis lágrimas, en medio de una habitación destruida, en medio de la nada, y en el centro de todo a la vez.

Continuará...

¿Qué pasará?

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Chica Mala (Dofia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora