III.

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— I need to be alone, or im gonna lose my... —cantó con suavidad, aprovechando la poca luz y que se mantenía solo, observando el techo y cayendo con lentitud en un silencio eterno, Renjun no podía dormir y si era sincero, quizás tenía culpa de ello porque ya había creado una costumbre debido a que estudiaba durante la noche y dormía en el día—. To be alone...

Sí, un poco insano para su cuerpo y mente pero se encontraba mucho mejor que antes, ya no pensaba tanto en las inmensas ganas que tenía de desaparecer entre la gente o de dejar todo atrás y simplemente acabar con su vida de una vez, aquello solo había sido una etapa que pudo superar y se sentía orgulloso de ello, de poder avanzar, más que nada porque ahora se la pasaba viendo nuevos animes recomendados por Jaemin, quien quedó encantado luego de ver Blend S junto a él, le gustaba la forma de ser de Jaemin, ya no se sentía como una obligación convivir con él, luego de dos semanas compartiendo cuarto ya no habían ambientes incómodos. Era un día sábado y, Jaemin había salido hace una hora a la fiesta que había organizado Chenle por su cumpleaños, obviamente el también fue invitado pero rechazó ir porque no tenía ganas de salir aún. Era tarde, quizás estaba un poco preocupado por el coreano, solo quizás, a veces pensaba que era un exagerado por darle importancia a las pequeñas cosas, pero esta vez en serio extrañaba a Jaemin.

— ¡Renjunnie! —escuchó cómo alguien tocaba su puerta una y otra vez, con fuerza, haciéndole dar un pequeño saltito por la sorpresa—. ¡Junnie!

Se levantó y bajó de su cama lo más rápido que pudo, reconocía algunas de las voces pero era confuso, de todos modos no ponía en duda que Jaemin estaba entre las personas que discutían fuera de su departamento, cosa que le asombraba porque eran las dos de la madrugada en punto, en cuanto abrió la puerta sintió un escalofrío recorrer sus piernas descubiertas debido al frío y a que llevaba unos shorts y una camiseta cualquiera que escogió para dormir.

— Vinimos a visitarte a tu linda, bella y elegante morada, Renjun-ah. —mencionó, casi gritando Donghyuck, mientras Jaemin pasaba corriendo hacía el baño y Yangyang pedía permiso para pasar a su departamento—. Wow, Mark, mira esto.

— ¿Qu... Qué? —el nombrado, apenas podía mover los ojos debido al alcohol, de hecho, estaba siendo sujetado por Jeno y Hendery.

Renjun sólo observaba como Shotaro y Xiaojun lo saludaban y cerraban la puerta de su departamento, como si vivieran ahí, todos sus amigos se veían increíblemente borrachos y hasta podría apostar que más de uno había consumido algún tipo de sustancia ilegal, Jaemin apareció detrás suyo sonriendo como un tonto, un tonto drogado.

— Te extrañé. —murmuró Jaemin, acercándose y abrazando su cuerpo con fuerza, aspirando su aroma—. Dejame besarte.

— Jaemin, debes... dormir, igual que Mark. —Renjun ocultó su rostro sonrojado tomando al más alto por sus hombros y alejandolo con cuidado.

— Renjun, lamento todo esto, yo realmente no estaba de acuerdo con venir aquí. —Yangyang se disculpó con algo de arrepentimiento plasmado en su voz, parecía ser el más cuerdo en ese lugar, luego de Renjun—. Pero Jaemin no paraba de gritar tu nombre y... que debía...

— No debes preocuparte, Yangyang. —interrumpió el chino, sonriendo con amabilidad, aunque no los haya visto hace un tiempo seguían siendo sus mejores amigos—. Pero, no sé dónde dormirán, ustedes son muchos para el pequeño departamento que tenemos.

Jaemin sonrió encantado al escuchar que hizo alusión a que vivía junto con él, había sido un precioso y angelical momento para su casi inconsciente memoria luego de tomar más de cinco botellas de Soju.

— Tienes dos sofás y dos camas, podremos arreglarlo. —el contrario le dio una sonrisa y Jaemin frunció el ceño, haciéndose el dormido en brazos de Renjun, más que nada para obtener la atención del más pequeño—. Será mejor que... me encargue de esos chicos.

En cuanto Yangyang corrió a ayudar a Hendery y Jeno, Jaemin volvió a incorporarse y sonreírle a Renjun, quien lo observaba con los ojos entrecerrados, juzgandolo con un puchero, podía ver sus expresiones faciales con facilidad debido a la luz tenue que venía desde las ventanas, la luna brillaba mucho más esa noche que todas las anteriores. Jaemin no estaba del todo consciente, pero eso no quitaba el hecho de que le fascinara la idea de que tuviera que compartir cama con Renjun, oh, claro que no lo hacía y se mantenía atento a cada cosa que podía, quería mantener su memoria fresca en caso de cualquier detalle de dormir junto al chino.

— Entonces, en la cama de Jaemin va a dormir Donghyuck y Mark, por petición de ambos, Hendery tiene el sofá, Jeno y tú... —Renjun señaló a Yangyang con su dedo índice—. Podrían compartir el sofá-cama, si es que están cómodos con eso.

— No será problema, Jeno también está de acuerdo con la idea.

Renjun asintió y cerró la puerta de la habitación en cuanto terminó de acomodar a Hendery y Mark yacía dormido en la litera inferior, mientras Hyuck parecía observarlo con ojos enamorados, nada impactante para el chino, esos dos ya llevaban un tiempo enamorados mutuamente pero ninguno daba el primer paso, eran muy cobardes para ello.

— Renjunnie... —Jaemin lo llamó desde la litera, otra vez, por ese empalagoso apodo que le había dado hace un tiempo, debía admitir que le gustaba oírlo—. Ren...

— Ya voy, tontito. —interrumpió Renjun, con la voz baja porque asumía que Donghyuck ya estaba en los brazos de morfeo, posiblemente soñando con él y Mark casándose en una iglesia—. Muévete, necesito acomodarme.

El coreano arrinconó su cuerpo para no molestar al contrario, quién por cierto, ya se veía avergonzado en demasía al tener que compartir las sábanas con él, pero era inevitable ser impaciente, podía identificar a la perfección esa adorable fragancia a bebé que emanaba la ropa de Renjun, las mantitas de Renjun y todo lo que perteneciera a Renjun, hasta su cabello, con constancia solía preguntarse si era algún tipo de perfume o si su cuerpo mantenía ese olor impregnado de forma natural, consideraba más probable la última opción, eso reforzaba su teoría de que el chino era un ángel en forma humana.

— ¿Huh? —Jaemin abrió los ojos, seguía despierto pensando en sus propios asuntos, el tiempo pasaba realmente rápido si consideraba que aún no estaba en sus cinco sentidos, pero en realidad se sorprendió debido al hecho de que Renjun se había girado, entre sueños, para abrazarlo suavemente, acomodando su cabeza en el pecho del coreano y dando un pequeño suspiro antes de quedarse en esa posición durante el resto de la noche, sólo tenía que mantenerse sereno y no hacer un escándalo teniendo a ese diminuto cuerpo descansado encima suyo—. Finalmente, puedo morir en paz.

— Jaemin, haz silencio. —murmuró Renjun, arrastrando las palabras debido a que estaba medio dormido—. O... voy a golpearte.

— Haré silencio, bebé. —susurró, sin obtener respuesta, aprovechando sus leves palabras se acomodó poniendo una de sus manos encima del cuerpo de Renjun, con algo de desconfianza pero finalmente dejándolo así para poder dormir, realmente deseaba enmarcar este preciso momento en su memoria para no tener que olvidarlo jamás, incluso si pasarán años y años seguiría sintiendo la misma emoción, los mismos latidos frenéticos y mismos nervios que recorrían su espalda una y otra vez, como si fuera una competencia de sentimientos encontrados—. Buenas noches, muy buenas.

Renjun seguramente se arrepentiría de acceder a dormir con Nana sabiendo que tendía a abrazar cosas cuando soñaba, pero, aún consciente de ello decidió arriesgarse y posiblemente era porque le agradaba la idea de abrazar al coreano, aún si después no lo aceptaba y se excusaba de ello.

𝐏𝐀𝐑𝐓𝐍𝐄𝐑 ; 𝖱𝖤𝖭𝖬𝖨𝖭. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora