Señora Manoban | Jenlisa

CAPÍTULO 1

Jennie tenía sus ojos bien abiertos cuando la peliverde la besó, su organismo se descontroló, su mente dejó a un lado todos los malos pensamientos, cerró los ojos disfrutando del movimiento sobre sus labios que le proporcionaba la más alta

-L-lili... -de pronto sintió en su memoria una ráfaga de luces - ¿¡Lili!? ¿¡Mi amor!? -

La mente de Jennie era un caos, reconoció a la mujer sobre ella, esta le sonrió enormemente

- Jen... -musitó alegre -Estas bien... - Lisa se arrojó sobre ella para abrazarla mientras cerraba sus ojos con fuerza disfrutando de esa sensación

- L-Lisa... - correspondió - Lili... Y-yo... - Jennie quería hablar, sus lágrimas rondando por sus mejillas se unían a ella, quería disculparse por todo, su mente la estaba matando, de pronto sintió como el abrazo de Lisa se volvía más fuerte

- Jen... d-despierta.... -la castaña escuchó como la peliverde se aferraba más a ella con fuertes sollozos - Te necesito...

-¿Q-qué? - se extrañó - Lisa, ¿Qué demonios.. -de pronto la obscuridad reinó

- Jen, m-mi amor, p-por favor d-despierta.... - los sollozos se alejaban cada vez más

- ¡Lisa! ¡¿Qué está pasando!? - se alteró al ver cómo no se podía colocar de pie, Lisa dejó de aferrarse a ella para mirarla a los ojos

- Solo tienes que despertar Nini... Te necesito -sonrió- Lía te necesita...

- ¡Lili! ¡No! ¡Lisa que ocurre! - Jennie intentaba mover su cuerpo pero era imposible, quería aferrarse a Lisa quién empezaba a desvanecerse en el aire con una gran sonrisa

- Te amo... - musitó antes de desaparecer

- ¡No! ¡Lisa! -sus lágrimas descendieron -¡¿Dónde estás!? ¡¿Qué sucede!? - la obscuridad la reclamaba, Jennie cerró sus ojos con fuerza sintiendo como ella también se desvanecía

De pronto su cuerpo dolió.

Sintió unas manos acariciando su rostro.

No podía abrir sus ojos, escuchaba voces a lo lejos, intentaba moverse, no logrando nada, aún sentía aquellas caricias reconocibles, eso la tranquilizó un poco pero sentía pasos al rededor de ella, quería despertar ahora

- Hizo un buen trabajo señora, si no hubiera pedido ayuda posiblemente su esposa estuviera.... muerta

Espera, ¿Qué?

Una voz masculina hizo presencia, las caricias dejaron su rostro

- Ese maldito hombre debe pagar, lastimó a mi esposa -la voz dura y firme de Lisa resonó

- No se preocupe, los golpes que le propinó lo llevaron directo a un hospital y luego irá directo a las rejas, Kang Haneul no verá la luz en mucho tiempo, las pruebas que encontramos ahí dentro son suficientes para condenarlo de por vida - informó aquel hombre

No entendía absolutamente nada.

Jennie escuchaba atenta a todo a su alrededor, pudo sentir algunos rayos solares en su rostro, quería despertar ya, no entendía nada ¿Qué ocurría?

- ¿Demora aquella ambulancia? El sangrado de mi esposa ya cesó pero aún estoy asustada y solo se llevaron a aquel hombre - su voz sonaba preocupada

- Está por llegar, lamento que solo se hayan llevado a Kang Haneul pero no era seguro, ese hombre es un enfermo, tenía elementos de tortura dentro de esa bodega, y tenerlo escondido detrás del edificio donde trabaja su esposa lo hace aún más culpable, eso presentaría cargos de acoso, Kang estaba obsesionado con su esposa, lamento decirle que aún así tendrá que declarar - deducía el hombre que al parecer era un oficial