CAPÍTULO 15

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Maratón 2/2

— ¿Estas segura de esto, Lía? — preguntó la pelicorta

Eran pasada de las dos de la tarde un cinco de enero, Lisa había llevado a comer a su hija ya que Jennie le había surgido un trabajo en la oficina

Jennie les entregó una de sus tarjetas de crédito donde casi no tenía dinero, unos quinientos dólares y ya. Las menores compraron algo para comer y lo hicieron en unas de las bancas del parque, las menores sonrieron cuando recordaron como se conocieron

De pronto, cuatro niños sucios, y al parecer hambrientos, se le acercaron

" ¿Me das?" había preguntado el menor de al parecer diez años, a Lisa se le encogió el corazón de pena y tristeza, antes de que le diera su comida, Lía ya les había entregado la de ella recibiendo un enorme "Gracias"

Lisa y Lía se miraron entre ellas, compartiendo pensamientos, luego de un par de horas, los niños salían felices de una tienda de ropa limpios y con nueva ropa además del estomago lleno, a pesar de haber gastado casi todo el dinero de la tarjeta de Jennie, ellas estaban felices

Lisa y Lía conversaron por primera vez como gente adulta y llegaron a una conclusión: Tomar "prestada" otra tarjeta de crédito de Jennie sin que se dé cuenta para comprar juguetes, ropa y comida para regalar el día de reyes a los niños del parque y sus alrededores

Ahora estaban frente al edificio de Jennie para tomar "prestada" la tarjeta, ella tenia muchas pero ambas sabían que si se la pedían para hacer aquel acto de caridad, no hubieran recibido nada por parte de la castaña, y era verdad, Jennie solo se preocupaba por su familia y por nadie más

— Estoy segura pero si mamá se llegara a enterar, te culparé a ti, mami Lili

— ¡Eso no es justo, Lía! ¡La idea fue tuya!

— ¡Fue de las dos! además yo haré el trabajo más difícil que es tomar la tarjeta

— Si Jennie se entera, las dos tenemos que afrontar las consecuencias o te castigaré — trató de sonar dura, lo que consiguió fue una carcajada en Lía

— Mami, te amo pero la única que me puede castigar en mamá Jennie, ella si me da miedo. Tú me das ternura — la menor empezó a jugar con los cachetes de su madre oyendola quejarse

— ¡Ya Lía! ¡Déjame! — se zafó sobando sus cachetes, la niña seguía riendo

—En realidad pareces mi hermana mayor que mi madre — la pequeña castaña colocó su dedo en su mentón pensado —Pero no creo porque las hermanas mayores siempre tienen más fuerza que las menores y por eso las golpean, pero yo soy más fuerte que tu, mami Lili

— ¡Eso no es cierto, Lía! ¡Ya deja de molestarme! — berrincheó como pequeña

— ¡Si es cierto! Cuando entrenábamos con mamá Jennie, yo siempre te ganaba — la pequeña jugó con su cabello lanzandolo hacia un lado dejando deconsertada a su madre

— Ya deja ese tema, Lía. Ahora hay que subir hasta la oficina de Jennie, yo la distraigo y tu tomas sus tarjetas, para eso estamos aquí ¿Trato? — Lisa, avergonzada por qué su hija era más fuerte que ella, le tendió la mano haciéndola olvidar del tema

— Trato — cuando la Lía tomó su mano, Lisa pensaba hacerla caer, pero cuando movió su mano, Lía fue más rápida empujandola hasta hacerla caer — ¡Le diré a mamá que quieres golpearme!

— ¡Lía, no! — gritaba desde el suelo observando como la pequeña corría hacia dentro el edificio, suspiró derrotada ubicándose de pie para después ingresar

Señora Manoban | Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora