P.O.V Vainilla Periwinkle
>>> Cuatro años después <<<Si en mi primer año hubiera sabido todo lo que todavía me faltaba atravesar, no sé qué habría hecho francamente.
Todo pasó muy rápido. Me vi en Navidad de 1991 recorriendo mi casa por última vez. Mis padres me miraban con una decepción que me hacía sentir vacía y muy estúpida. Mi habitación estaba sin muebles. Por suerte, Diane Edevane, la hermana de mi mamá, me recibió cálidamente en su casa y me consoló en las horas que ocupé llorando aquellos días. Fueron las peores fiestas que pasé alguna vez.
Con el tiempo, aprendí a aceptar mi nueva realidad y a amar a mi tía como nunca había amado a nadie de mi familia. Realmente se preocupaba por mí y me cuidaba como si fuese su hija. Ella siempre había estado abierta a incluir a todas las personas en su círculo; ahora entiendo por qué no estaba en Gryffindor. Ser tan genuino requiere de un corazón muy fuerte y una valentía como la de nadie. Al poco tiempo descubrí que somos muy similares.
Siempre voy a recordar el día que tuvimos esta conversación. Ella si que era una mujer fuerte...
- Tia, espero que no te ofendas, ¿por qué conservaste tu apellido cuando te pasó lo mismo que a mí?
- Ay, Vi. Fue algo que tuve que pensar por mucho tiempo. Todo lo que sufrí fue increíble, pero finalmente me di cuenta que eso me había hecho más fuerte y me había enseñado muchísimo. Y si me generó todo eso, ¿para qué sacarme el apellido que me dio tanto? Todos tenemos altibajos, pero lo importante es lo que sacamos de ellos y tener el valor para recordarlos con la frente en alto. Al final, esas cosas son las que nos demuestran quienes realmente somos.Por otro lado, en la escuela cada vez me apegaba más a Hermione, Ron y Harry. Fueron de las primeras personas que estuvieron a mi lado en aquel momento que tanto lo necesitaba, y estuvieron para mí desde ese año hasta el final. Realmente me hacían muy feliz.
Se preguntarán que había pasado con Draco. Aprendí a odiarlo, como mis amigos, o como todo Gryffindor en general. En poco tiempo descubrí la persona que era con mi grupo de amistades y comencé a ignorarlo. Unos ojos soñadores no me iban a comprar tan fácil. O bueno, parecía que nadie iba a hacerlo en realidad. Podría considerarme un tipo de chica "difícil". Mi tez bronceada, las pecas que se esparcían por mi cara, mis rulos y mis ojos claros embobaban a cualquier idiota que caminaba por los pasillos del colegio, aunque en el fondo sabían que no les dejaría siquiera la chance de intentar conquistarme. Pero bueno, supe aprovechar mis cualidades físicas y a mediados del cuarto año en Hogwarts me abrí a tener algún que otro encuentro divertido con algunos... y algunas también, ¿por qué no?
El primero de Septiembre de 1995 llegamos con mis amigos a King's Cross desde el número 12 de Grimmauld Place. Ese verano había sido bastante agitado. La Orden del Fénix había reunido a todos en la casa de los Black excepto a Harry, quien más tarde tuvo un encuentro con Dementores que casi le cuesta su estadía en Hogwarts, pero por suerte se había podido solucionar todo. Ahora que el Señor Tenebroso había vuelto, todo se había convertido en un caos. La plataforma 9 3/4 estaba llena de gente, como todos los años, pero estaba repleta de chicos llorando abrazados a sus madres. De cierto modo los entendía, habíamos vivido todos con la idea de que Voldemort era alguien peligroso que no debía siquiera ser nombrado, y el saber que ahora podría irrumpir entre nosotros en cualquier momento le ponía los pelos de punta a cualquier mago.
- Tenso el día, ¿no?
- ¿Como no lo estaría, Vi? - Replicó Harry.Subimos al Expreso de Hogwarts y entramos a un compartimento vacío. Ron y Hermione habían ido a la reunión de prefectos en un compartimento aparte, así que ahora éramos cinco.
- ¿Prefieren que me vaya? - Preguntó Ginny
- No, quédate, no hay problema - respondió Harry, dando a notar que estaba un tanto nervioso. Los gemelos y yo nos miramos y rodamos los ojos, tomando la situación como divertida.A la media hora mis dos amigos estaban de vuelta con nosotros, y manteníamos una conversación entretenida cuando la puerta del compartimento se abrió de una forma un tanto violenta. Una cabellera platinada se asomó y nos miró con detenimiento. ¿Que quería?
- Sangre sucia, cuatro ojos, traidores... - dijo a modo de saludo, claramente intentando tomarnos el pelo. Noté que en su túnica tenía una insignia con la letra P grabada.
- Estamos hablando Malfoy, no molestes - Ron se levantó, fuera de si, y se acercó a la puerta para cerrarla nuevamente.
- Que tono tan agresivo, Weasley - Draco mantuvo la puerta abierta -. Ya me iba, estaba saludando solamente, no creas que me voy a quedar acá entre un grupo de raros como ustedes - dicho esto, se fue riendo sarcásticamente.
- Es un idiota - dijo Hermione -. Encima lo eligieron como prefecto de Slytherin.
- Una verdadera tortura - Ron se volvió a sentar, luego de cerrar la puerta.Al llegar a la estación de Hogsmeade saludamos a Hagrid, que, como cada año, estaba llamando a los mas chicos. Nos dirigimos a tomar una carroza, y en la que nos ubicamos nosotros había una chica con un largo pelo rubio hasta la cintura, un tanto desprolijo y sucio, y unos ojos saltones dignos de una verdadera loca. Estaba leyendo una revista que estaba al revés, y cuando nosotros subimos levantó la vista y se presentó como Luna Lovegood. La chica tenía un tono de voz más bien agudo, pero que transmitía tranquilidad y serenidad.
- ¿Qué clase de criatura extraña está tirando esta carroza? - preguntó Harry mirando a la parte delantera de la misma, que estaba vacía.
- Ninguna, Harry - respondí, extrañada -. Es magia, ¿no recordas?
- No, Vi - insistió -. Hay unos cosos ahí
- No te preocupes, Harry, yo también veo los thestrals - dijo Luna -. No estas loco, estás tan cuerdo como yo.Ese mismo día, luego de la Ceremonia de Selección de todos los años y del genial banquete ofrecido por el colegio, nos fuimos a la habitación con mis compañeras. Pese al largo día que habíamos tenido, nada nos iba a hacer esquivar la primer noche que celebrábamos las cinco juntas en el dormitorio anualmente.
- ¿Y eso? - preguntó Lavander en un momento, mirando hacia la ventana. Pudimos observar a Hedwig arañando el vidrio.
- ¡Nos olvidamos de bajar! - Cada año nos reuníamos también con Harry, Ron, Neville, Seamus y Dean en la Sala Común para charlar sobre, en general, cosas sin importancia. Pero este año lo que hablamos tuvo gran relevancia en el resto de mi vida. Es increíble como pequeñas cosas pueden cambiar completamente el rumbo de todo.
- Que infantiles, que vengan y toquen la puerta - dije, mientras salía de la habitación con una bata y pantuflas puestas.Cuando bajamos, los chicos estaban reunidos alrededor de la chimenea tirándose Grajeas de Todos los Sabores y probándolas. Claramente era un total acto de inmadurez pero nos unimos enseguida a la batalla que siguió por largos minutos.
- ¡Paz! ¡Piedad! - gritó Neville, escondido atrás de un sillón. Todos reímos, ordenamos los muebles y nos sentamos a conversar. Entre palabrerío que iba y venía (¿Qué tal tu verano, cómo andan tus padres?), de la boca de Dean salió algo que personalmente no tenía ganas de escuchar.
- Vi, ¿es cierto que el año pasado al terminar las clases te viste con Ernie Macmillan? - Ciertamente, había estado. Y no era que no quería escucharlo porque me arrepentía (no lo hacía ni siquiera un poco), sino porque personalmente no era un tema que me interese demasiado.
- Si, es cierto - respondí, un tanto sorprendida por la pregunta -. ¿Por qué preguntas?
- Ya se que no te interesa ningún tipo de compromiso ni nada por el estilo, pero... él estuvo preguntando por vos desesperado hoy en el tren - respondió mi amigo. Se lo notaba nervioso por responder -. Dice que quiere verte otra vez.No me considero para nada una persona aprovechadora de otras, pero Ernie Macmillan no me parecía para nada feo. Aunque siempre tuve en cuenta que no se llevaba del todo bien con Harry, sobre todo cuando en segundo año lo acusó de ser el heredero de Slytherin, o incluso el año pasado cuando llevó puesta durante gran parte del mismo una insignia que decía "Apoya a Cedric! Potter apesta". Prefería mantenerme alejada de personas con esa clase de actitudes con mis amigos. Pero bueno, estábamos hablando de Ernie Macmillan.
- Quien sabe, quizás le de la oportunidad - me escuché decir.
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te extraño - draco malfoy
Fanfiction"¿De qué me sirve una varita y un sombrero si desde que nos separamos ya no puedo hacer magia? Y, a decir verdad, extraño la magia. Extraño tu magia. Me pregunto si vos extrañas la mía..."