❝Dijiste que morirías por mí, pero me mentiste❞
En donde NamJoon y SeokJin se prometieron que estarían en lo más profundo, completamente rotos y perdidamente enamorados, pero juntos.
Eso, hasta que uno termine saltando frente a una bala por el otro...
Advertencia: este fic contiene menciones de drogas, prostitución, algo de violencia y palabras malsonantes.
Los textos escritos en cursiva son recuerdos.
Esto lo hice en un poco tiempo que tenía, así que no está demasiado pulido :( aun así, espero que alguien lo disfrute :D
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—Kim NamJoon.
La voz dura y grave del guardia, la misma que había estado escuchando durante dos largos años, sonó a través del tenso aire de la sección donde se encontraba su celda.
Sus nervios ya no se tensaron, ni la crepitante irritación le hizo pinchar la carne de sus brazos.
Esta sería la última vez que la escuchase, por lo que estaba más que aliviado de poder hacerlo. Ya lo estaba esperando.
El momento por el que había vivido dos años. El momento por el que había jurado dejar su antigua vida atrás.
Los pasos del guardia se detuvieron frente a su puerta de metal, y su rostro apareció por la ventanilla.
El pitido que anunciaba que la puerta estaba destrancada le perforó los oídos, y por primera vez tuvo la certeza de que una vez pusiera un pie en el pasillo, nunca volvería.
NamJoon no se movió un ápice de su lugar.
No hasta que lo dijera.
Afuera, Kim.
El momento que había estado esperando desde que lo condenaron.
Sabía que aunque le rogase de rodillas al castaño, este no le dejaría salirse con la suya.
Aunque le prometiera mil y una cosas a las que SeokJin no se resistiría, no iba a doblegarse.
Aún así se escabulló de él en la sala, escondiendo su rostro detrás de la caja que llevaba.
