El Mago y La Runa

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No pude dormir en toda la noche, todo tipo de pensamientos se cruzaban en mi cabeza, incontables preguntas que no podía responder y sobre todo el deseo de saber que me esperaba, eso era lo que me quitaba el sueño. Amaneció, y con la salida del sol me preparé para reunirme con Azir. Salí del cuarto, Nasus me esperaba para llevarme a la reunión.

-Buenos días, joven príncipe- Dijo con todos los respetos. "Joven príncipe" pensé, estaba acostumbrado al trato formal, como hijo del jefe de una aldea, pero nada parecido a esto.

-Buenos días, supongo que Azir te ha enviado para llevarme a la reunión- Respondí

-Así es, Sarrán, sígueme por favor- Pronunció el chacal.

Nasus solo por su presencia y sus historias imponía un enorme sentimiento de respeto e incluso miedo, pero poco a poco me acercaba más a él y más comprendía que en su interior había un hombre que aunque era orgulloso siempre estaba dispuesto a cuidar de sus personas queridas.

Pronto llegamos ante la sala del consejo, protegida por un inmensa puerta adornada con oro. Entramos, la sala era inmensa, cubierta por columnas y arcos decorados por esculturas hermosas y pinturas antiguas, en el centro una mesa rectangular con asientos para el Emperador y todos sus compañeros. Dentro estaban Azir y Sivir, hablando, pero pronto Azir se giró hacia nosotros y pidió que nos sentásemos.

Una vez preparados, Azir empezó. -Veréis, En las arenas de Shurima hay un antiguo mal, un hombre, si es que así se le puede llamar, que venera a las criaturas caóticas de otro mundo; Desde ya hace mucho tiempo, tanto él como las criaturas que venera son un gran problema, pero desde hace poco se ha hecho con una poderosa runa y esto le convierte en alguien realmente peligroso para todo el territorio, pero hay un hombre que estoy seguro que nos ayudará-

-Hace no más de una semana, un hombre pasó por aquí buscando esa misma runa, se hacía llamar Ryze- Dijo Sivir.

-Sivir esta en lo cierto, pero además sabemos que se encuentra en un pueblo costero, cerca de la zona en la que sabemos que se encuentra el mago, por lo que estamos casi seguros de que, mínimo, sabe algo. Por esa razón os voy ha enviar al pueblo de Shinmidar.

-No hay nada más que discutir, saldremos de inmediato- Afirmé.

Y así salimos hacia el Gran Sai, junto una caravana de comerciantes. El viaje fue tranquilo, conocí a una chica muy curiosa, de pelo castaño y la piel del desierto, me dijo que viajaba a Jonia, una tierra lejana, para aprender a utilizar una magia que la había maldito. Durante bastantes días fuimos pasando de una caravana a otra. Sivir me contó decenas de historias sobre sus aventuras a lo largo y ancho de Shurima, me habló de la dura vida que había tenido durante mucho tiempo, pero lo más me interesó de sus historias fue que durante sus viajes, Sivir fue perdiendo la esperanza en los héroes hasta comprender que ya no existían y que en este mundo las cosas solo deben hacerse por beneficio propio, nada más. Después de bastantes días de viaje, pasamos cerca de las ruinas de una vieja ciudad, al acercarnos, vimos a un hombre,vestido con una tela desgarrada y con una mujer en los brazos

-Sivir,debemos ayudar a esa gente- Dije mientras me preparaba para cabalgar hacia ellos.

-Sarrán, tenemos una misión, son dos pobres que no te darán nada a cambio de tu ayuda- Me respondió Sivir.

No la miré, ya me esperaba esa respuesta. Sin responderle cabalgué hacia los dos pobres, ella sin mucho ánimo me siguió. Cuando llegué el hombre, sin mirarme, me dio las gracias por mi ayuda y dijo que él había llegado tarde. Me dio a la mujer, ya muerta, me miró de arriba a bajo y dijo

-Cazador, se que una sangre especial corre por tus venas y también se que buscas lo mismo que yo, te ayudaré, debes saber que corremos más peligro del que creés-

El Sol de Shurima || League of LegendsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora