Kai y SooBin a pesar de estar en el auto no se habían soltado de las manos y eso para el menor se le hizo tan cliché.
Pero, se sentía extraño, tenía esos momentos con el maestro y en las clases solía darle indirectas, estaban estudiando una leyenda de dos hombres enamorados, pero no tenía nada que ver con la historia de Corea.
Aún así que bien se sentía, el corazón se le hacía enorme de sólo pensar estar a su lado y cuando tenían el mínimo contacto sus mejillas ardían por el buen sentimiento.
No es como si estuviera enamorado de SooBin, no aún. Pero por eso mismo, quería conocerlo, y si se podía, llegar a quererlo.
SooBin era como un príncipe, era guapo, alto, listo, agradable, podía ver que estaba en una buena posición económica y era tan educado que ahora entendía porque hasta lo hombres caían a sus pies, incluso los animales eran amantes de él, no él de ellos.
Después de estar entre tanto pensamiento escuchó a SooBin salir del auto después de estacionarlo y se dio cuenta que ya habían llegado al restaurante.
Se veía tan elegante, las paredes de color negro eran adornadas con foquitos que daban luz amarilla y dos árboles a cada lado, sonrió recordando que escogió buena ropa al ver a gente entrar igual vestidos con pantalón y suéter, no con esos trajes aburridos que usaban solo las personas sofisticadas.
SooBin finalmente le abrió la puerta y le extendió la mano para ayudarlo a salir. Algo prácticamente innecesario porque era más que obvio que no había necesidad de ayuda pero aún así él se dejó llevar y hacer y cuando estuvo a lado de SooBin tomado de su mano vio como le entregaba las llaves a un hombre de mayor edad y le agradecía.
-¿No te da miedo que se lleven tu auto?.-SooBin rió por la pregunta y Kai se sintió tonto.
Pero no es como si él tuviera un auto y experiencia en estos para saber cómo se manejaba ese mundo.
-Al principio, pero después de tantas veces empiezas a confiar. Además de que el lugar se hace cargo si su trabajador se lo roba, así que a veces sería bueno que se lo robaran para tener un auto nuevo.
Kai asintió sonriendo sin saber que decir, no es como si algún día tuviera la oportunidad de tener un auto porque al paso que iba tal vez y sería encerrado en un convento de monjas para dejar de salir con hombres mayores. Pero a veces se tenía que arriesgar y la verdad no le importaría, los besos de SooBin nadie se los quitaría... Pero qué estaba pensando tal vez y ni llegue a esos extremos.
Decidió dejar de pensar tanto porque sino la cabeza le explotaría de la vergüenza, y mejor se concentró en que pedir de la cartilla que el mesero les había llevado minutos antes.
Tantos platillos que desconocía pero que el nombre le hacía saber que todo era delicioso.
-¿Ya decidiste qué pedir?. - Interrumpió SooBin y casi de inmediato bajó la cartilla larga.
-La verdad no. No soy de salir a restaurantes así que no tengo experiencia.-Contestó avergonzado.
-No te preocupes, déjame pedir por ti.
SooBin se estaba comportando como todo un caballero, como el hombre perfecto con el que Huening soñó muchas veces. A veces pensaba que le gustaban los hombres rudos con esas miradas frías como solía tener el novio de su hermano, alguien serio que se daba a respetar.
Pero no, se dio cuenta que los hombres cariñosos, que se preocupaban por él y solían complacerle en sus caprichosos le llegaba a llamar más la atención. Pero no sólo eso, también se dio cuenta que si le ganan por más de cinco años le atraían de cierta forma, y era lo mejor porque SooBin le ganaba por once años.
Finalmente, y después de una charla de cómo estuvieron sus días, la comida llegó y el menor se sorprendió de ver dos copas y una botellas de vino.
Nunca había sido fanático del alcohol pero tal vez esa noche podría hacer una excepción.
Así que entre risa y risa se dispusieron a comer.
-Yo...quería hablar de algo contigo.-Comenzó SooBin después de un rato de estar elogiando la comida.
Kai le puso mejor atención y se obligó a verlo directo a los ojos.
El pelinegro sonrió nervioso y movió las manos sobre la servilleta de tela.
-Sé que esto es raro y nuevo para ti.-Y no se equivocaba porque Kai nunca había salido con alguien, o al menos alguien que le doblara la edad.-En algún momento pensé que me estaba volviendo loco de verte con otros ojos Kai, pero tú eres tan magnífico que una noche simplemente me di cuenta que, aunque estoy mal, me gustas.
-Maestro...
-No te veas obligado a contestar si no quieres, pero desde que te vi sabía que no eras igual que los demás. Mientras todos estaban proponiéndome tener una cita o una noche juntos tú simplemente te quedabas viéndome de lejos. Tu timidez me llamó la atención y después de descubrir muchas cosas de ti me di cuenta que por alguna extraña razón eres el hombre que estuve buscando por mucho tiempo.
Tenía que estar tranquilo, tenía que gobernarse porque todas las palabras que su maestro le dijo en vez de sorprenderlo hicieron que su corazón se detuviera por un segundo.
Sabía qué contestar, claro que si, pero le daba vergüenza y simplemente las palabras no salían.
-Me gustas mucho Kai, y quiero ir lento contigo, no quiero que pienses que esto solo es un juego para mí. Y estoy dispuesto a esperarte diez años si así lo deseas. Pero déjame conocerte.-Finalizó el mayor tomando las manos del castaño para darle leves caricias.
- M a e s t r o -
HueningKai era un cobarde, si señor claro lo era. Porque en primera no supo qué contestar con toda la declaración que su maestro le dio, y segunda ahora se debatía si era buena idea simplemente huir.
Y...¡no no!, claro que no lo haría ya había llegado tan lejos con el maestro simplemente no podía déjarlo, no podía y no quería.
Finalmente el auto de SooBin se estacionó fuera de su casa y el silencio volvió cuando este se apago y la música de Imagine Dragons, que SooBin producía desde el estéreo y sonaba por las bocinas, dejó de sonar.
Y de nuevo SooBin salió a abrirle la puerta como todo un caballero.
-Descansa, es tarde y siento que te quité mucho tiempo.
Kai negó.-No se preocupe, mañana es sábado y tareas no tengo.
SooBin asintió sabiendo eso, él había hecho que ningún maestro dejara tarea para que Kai disfrutara de sus dos días libres.
-Eso es genial, es bueno para pasar un rato con tu familia.
-Tal vez BeomGyu y TaeHyun vengan, solemos juntarnos.
Los dos se quedaron callados solo viéndose entre la oscuridad y gracias a la luz blanca que el faro en la calle les otorgaba.
Finalmente Kai se relamió los labios decidido a irse.
-Gracias por la cena, SooBin. Nos vemos en el instituto.-El moreno asintió y cuando pensó que Kai simplemente se iría lo vio acercarse y ponerse de puntitas.
Kai lo besó en los labios, un beso inocente que aunque duró por lo menos cinco segundos, fueron los cinco segundos más gloriosos de SooBin.
Kai aún no se separaba del beso y cuando quiso hacerlo SooBin lo tomó de las mejillas acariciándolas y haciendo el beso más largo. Los dos sonrieron en medio de este y cuando sintieron que fue suficiente se separaron.
Para ahora sí despedirse y cada quien irse por caminos diferentes, con el corazón en la garganta y la emoción en la punta de sus dedos.
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Maestro (Sookai) - Adaptación -
Romance"¿Qué pasaría si maestro y alumno se enamoran?" No, la historia de Soobin y HueningKai no es como las demás. No solamente es un deseo carnal, no es sola una atracción sexual. Ni siquiera había eso en sus pensamientos. Pero a pesar de que la diferenc...