Capítulo veinticuatro

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Kai abrió los ojos lentamente, se sentía pesado pero descubrió que era gracias a que SooBin aún tenía una de sus piernas encima suyo.

La noche anterior solo recuerda que había caído rendido en el colchón y que SooBin lo abrazó por la espalda dándole un abrazo tipo de oso.

No le molestó, en ese momento, pero ahora que sabía lo había tenido toda la noche así sentía sus dos piernas cosquillear y aunque sonara ridículo ya no las sentía.

Así que las quitó con un poco de fuerza, ya que gracias al ejercicio que SooBin hacia todas las mañanas sus piernas se hicieron fuertes y musculosas. No lo iba a negar, sus piernas eran las favoritas de Kai.

Se enderezó y aún con los ojos entre cerrados observó todo a su alrededor.

Su ropa, junto con la de SooBin, aún estaba tirada, los edredones igual en el piso y las cortinas entre abiertas.

Se talló los ojos y bostezó levemente estirándose con fuerza.

Es que la verdad no tenía palabras, ¿Qué se supone que tendría que hacer?, la noche anterior se la paso la mayoría del tiempo encima de SooBin. Era su primera vez pero se había sentido con tanta experiencia.

Lo único que quería era salir corriendo al baño y saltar de la emoción, ahora si ya podía decir que no moriría virgen, y que aunque digan que los dioses griegos tienen el pene chico, su dios griego no lo tenía.

Era algo...irreal, de ensueño si se lo preguntaban.

Pero no, debía mantener la calma, actuar de manera tranquila.

Finalmente sintió a SooBin moverse en su lugar, pero aún así no despertó, o eso creyó.

Escuchó su estómago rugir de hambre y de inmediato el moreno abrió uno de sus ojos.

-¿Tienes hambre?.-Preguntó de repente.

-¿Qué clase de pregunta es esa...?.

Kai se levantó de la cama, fingiendo estar indigado. Jaló la sabana de seda junto a él para no ir por la habitación desnudo y dejar a su novio expuesto. Aunque nadie entraría, de eso estaba seguro.

Después de escuchar una carcajada por parte de SooBin entró al baño y sin cerrar la puerta se miró frente al espejo, dejó caer la sabana viendo sólo la mitad de su cuerpo en este y se quejó un poco ante las marcas en su cadera.

Frunció el ceño y pasó sus dedos, acariciando su piel blanca hasta que sintió a SooBin abrazarlo por la espalda lo asustó.

-¿Qué tanto haces?.-Comenzó el mayor dejando besos en el cuello contrario.

-Qué tanto hago...-Murmuró, quitando a SooBin de golpe y haciéndolo reír.

SooBin sabía que su novio estaba un poco molesto por las marcas que le dejó, sabía también que tal vez por eso se meterían en un problema si alguien llegaba a descubrirlas.

Pero, bueno, realmente no le importaba en esos momentos. Estaban pasando muy bien esas minis vacaciones, así que desde ese momento decidió que si alguien quería interponerse en su relación...simplemente los ignoraría.

Kai había sido capaz de ganarse su corazón en tal vez poco tiempo, pero según él, en lo que había estudiado con su amigo YeonJun, que por cierto era psicólogo, las personas tardaban cuatro minutos en enamorarse.

Entonces él ya había pasado más de cuatro meses con Kai, era obviamente más grande la cantidad de tiempo, y aunque no conociera toda la vida de Kai, se quería esforzar para de verdad hacerlo.

- M a e s t r o -

BeomGyu sonrió con un poco de burla en sus ojos.

El día anterior habían llegado de la Isla Jeju, habían sido tal vez los tres días más maravillosos de Kai.

Dejando de lado que todas las noches estaban como conejos, los lugares turísticos fueron muy agradables y la verdad es que no podía esperar mucho para poder regresar al lugar.

Pero lamentablemente los deberes existían y no podían vivir en un cuento de hadas para siempre.

-¿Por qué me ves así?.-Preguntó Kamal, incómodo ante la mirada de su mejor amigo.

Choi elevó una de sus cejas, irónico.

Por suerte el timbre de salida había sonado segundos antes y ahora si podía llenarlo de preguntas.

-¿Qué ocurrió con el maestro Choi?.

-Sabes.-Interrumpió TaeHyun.-Cuando dices maestro Choi me siento incómodo. Es raro porque es el novio de Jin y nuestro maestro. Solo dile el innombrable.

Los dos contrarios pusieron los ojos en blanco.

-Cómo sea.-BeomGyu siguió con su amigo.-¿Qué ocurrió en la Isla Jeju?. Dime, por favor de verdad que lo necesito saber, si le mide más de dieciocho centímetros.

Huening soltó una carcajada y siguió caminando por los pasillos hasta llegar a la salida.

-Más de dieciocho.

Contestó y BeomGyu abrió los ojos impresionado para de inmediato seguir a su amigo desde atrás.

Aún así Kai corrió hasta llegar dos cuadras lejos del colegio y de inmediato vio el auto de su novio.

Se acercó a éste viendo por sus espaldas por si alguien lo veía y cuando se encontró solo se subió al lado del copiloto.

-Lo siento, me tardé.-Se acercó a él y lo besó en la mejilla. SooBin sólo sonrió empezando a conducir.

-BeomGyu, ¿cierto?.

-A veces él es muy chismoso.

-¿Cómo te fue en las demás clases?.-Kai se estiró en el asiento, viendo por la ventana como los autos y las casa pasaban.

Se encogió de hombros.

-No lo sé, aburrido, a excepción de cuando estás tú. Lo demás, pff, aburrido. Super aburrido, y más aburrido.

-Muchos aburridos por hoy.-SooBin rio de nuevo.-¿Sabes lo que es vivir todos los días con las caras aburridas de tus alumnos? .

-Dijiste aburrido, pierdes.-Kai hizo puño su mano y soltó un golpe en el hombro del mayor.

Uno de sus tontos juegos, cabe recalcar.

-Además.-Continuó.-Creo que nadie se aburre con tu clase.

-Dijiste aburrido.-Ahora él soltó el golpe al menor.

-Entonces, yo creo que si nadie se...fastidia con tu clase, es por que estás tú. Tu cara no da pereza, la historia sí.

Finalmente el auto se estacionó a lado de la casa de Kai, y de inmediato un auto atrás de ellos lo hizo también.

-Ese auto, ¿lo conoces?.-Preguntó SooBin apuntando con una de sus manos.

Kai volteó con curiosidad y vio el auto gris frente a su casa.

Sintió que el alma se le iba del cuerpo.

Porqué Dios, si era, las placas, el color, el modelo del auto.

-Es el auto de mi papá...

Maestro (Sookai) - Adaptación -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora