Vivir con miedo..., no es una opción

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Vivir con miedo en un mundo de muerte no es una opción

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Vivir con miedo en un mundo de muerte no es una opción.

Y si bien es cierto que salvar a unos desconocidos puede terminar matándome, la esperanza de que este acto impulsivo sirva para cambiar algo en esta vida incierta, vale la pena.

Al menos en mi opinión aún se puede luchar por eso, por creer que aún quedan buenas personas a pesar de la crueldad con la que hayan podido ser tratadas anteriormente.

Pero no me engaño, hacer una buena acción salvando a unos desconocidos del ataque de unos ladrones no significa que mi fe vaya a ser recompensada precisamente.

Tal vez hoy sea el día que muera, y lo haga por nada.

De hecho puedo imaginarme el ceño fruncido de Daryl frustrado por mi temeridad si pudiera verme en la situación en la que estoy ahora, por suerte no está aquí para regañarme, aunque por otro lado no me vendría mal una ayudita.

El hombre al que he desarmado después de fallar el tiro con mi ballesta de mano, me empuja furioso contra la pared de ladrillos de un edificio de apartamentos mientras trata de asfixiarme, como si de verdad pensase que es la primera vez que me encuentro en una situación así y no tuviese ni idea de que hacer para liberarme.

Iluso, sin perder la calma giro mi cuerpo hacia la izquierda, levanto ese mismo brazo para golpear con fuerza los antebrazos de mi agresor obligándole así a soltarme.

Una vez libre de sus asquerosas manazas le golpeo repetidamente en la nariz hasta hacerle sangrar, y después aprovechando que se ha quedado agachado debido al dolor le rompo el cuello sin que tenga tiempo de reaccionar.

Por desgracia eso no soluciona todos mis problemas.

-Bill, a por la puta.- Ruedo los ojos ante el insulto, de verdad, por el amor de todo lo sagrado y lo profano, literalmente no hay nada en lo que entretenerse, ¿y no tienen tiempo para inventarse insultos creativos?

Vamos, es que no me jodas, eso sí que es de ser vagos.

Corro sin mirar atrás hasta situarme detrás de una vieja furgoneta Chevy, lo que al instante me recuerda a mi unicornio, espero que su escapada con Gin esté siendo más tranquila que la mía.

-Ya es mía.- Dice el imbécil amenazándome con un machete. –Voy a follarte tan fuerte que después de que te matemos no serás capaz de caminar.- Alardea riéndose de una manera que en otro tiempo me habría dado escalofríos, pero que ahora solo consigue hacerme sentir vergüenza ajena por el pobre idiota.

-Ajá,- levanto mi navaja, -cuéntame más.- Le digo guiñándole un ojo coqueta. Y él, creyendo que ya me tiene da un paso más, en ese momento yo aprieto el botón que tiene la navaja y la hoja sale despedida directa al cuello cortándole la carótida. –Gracias Eugene,- digo a pesar de que no está aquí para escucharme.

Mi razón (T-3) FINAL (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora