El Final Del Cáncer

Capítulo 3.

~ Fotografía de Acel. ~
~ Poco a poco subiré fotografías de cada uno y así tengan alguna idea de como son físicamente. ~

Antes de irnos, nos aseguramos de quitarnos el color rojo de nuestros ojos y quitarnos el mal olor de marihuana, ya hemos pasado bastante por esto así qué tenemos todo bajo control. Claro, el mareo era difícil de quitar pero al menos yo puedo controlarme en ese aspecto.

Al llegar a casa, mi padre no había llegado de su trabajo, él es Veterinario. Cuando era pequeño queria ser como él, estaba súper emocionado para crecer y ser veterinario. Pero crecí un poco más y me di cuenta que ser Veterinario no es lo mío, desde que vi a mi padre meter toda su mano por el trasero de una vaca para examinarlo me ha dejado traumado. ¿Quién quiere meter su mano en el trasero de una vaca? exacto, solamente mi padre.

Tampoco me gustaría trabajar en algo que me haga famoso o ser reconocido en el mundo, ¿saben lo qué es no poder salir porque la gente se descontrola cuando te ve? ¿no poder ir a lugares simples como la playa o el cine porque la gente no te lo va permitir?, ¿que al salir inmediatamente ya te esten apuntando con cámaras gigantes cerca de ti?, para mí es un estilo de vida horrible, no quiero vivir así.

Más bien me gustaría algo más discreto, limpió y exitoso, que si llegase a ser reconocido que sea a un nivel pasable en el que al menos pueda salir sin la preocupación de que un grupo de personas te interrumpan para subirte a sus historias de facebook o de instagram.

Mientras estaba pensando en como será mi futuro y como lo quiero, me sirvo un plato de cereal, lo mejor que existe en la vida es el cereal, si es por mí lo como todos los días.

Al terminar, subo para darme un rico baño. Una de las cosas más satisfactorias es bañarte. Me quitó la ropa y prendo la ducha, me gusta que el agua este tibia, ni fría ni caliente. Al entrar a la bañera me siento debajo de la ducha, siento como el agua resbala encima de mis pecas en todo mi cuerpo desnudo. Me gusta, se siente tan relajante.

Muchos se preguntarán porque me gusta tanto, y es que cuando estoy sentado debajo de la ducha mientras el agua cae encima de mí. No siento absolutamente nada, no hablo de tacto, hablo de sentimientos. Todo lo negativo que tengo en mi mente desaparece, es como si el agua que cae encima y resbala se lleva también todo sentimiento que existe dentro de mi, así sea un sentimiento bueno o malo. Solamente existe el agua y yo, solamente siento las gotas cuando chocan con mi piel y se caen.

Si es por mí estaría un día entero aquí sentado, es el mejor lugar para relajarme.

Después de un largo rato, salgo de la bañera y me visto. Al abrir la puerta vi a mi padre alfrente, con sus brazos cruzados mirandome. Me dio un gran susto, no me lo esperaba alfrente de la puerta.

- Dime que no me estás malgastando el agua. - Me mira fijamente.

- No no, me estaba lavando el cabello. - Le miento, era obvio que estaba en mi "spa" de relajación jaja.

- Ya, ¿qué tal la escuela?, ¿comiste algo? - Me dice mientras va a la cocina quitándose su reloj y abriendo la nevera.

~ En Puerto Rico se dice nevera, en otros paises lo llaman refrigerador. Solo por si no entendían la palabra. ~

- Todo bien en la escuela, algo pesado pero después estuve con mis amigos y bien. Cuando llegué me comí un plato de cereal. - Contesté mientras me sentaba en el comedor.

Él me mira.

- Bien por lo de la escuela, mal sobre tu comida. Deberías de comer más, en estos ultimos días no has comido lo suficiente Acel. Voy a preparar hamburguesas para comer los dos juntos. - Me dice mientras va sacando las carnes.

- No me da apetito, pero estaría genial comer hamburguesas ahora. - Le contestó, en realidad era cierto lo que decía, tenía demasiada hambre pero no comía lo suficiente, no me sentía bien para comer. Pero es un buen momento para comer hamburguesas.

- Sabes estoy me duele un poco la cabeza y estoy algo cansado, subiré a tomar una siesta y cuando esten las hamburguesas me llamas. - Le digo mientras voy subiendo las escaleras.

Entré a mi cuarto y me acosté en la cama, estaba muy cansado, fumar mucho me hace sentir débil, pero también me hace sentir bien.

Al cerrar los ojos inmediatamente me dormí, pero volvió otra vez, otra vez aquella voz que escuche esta mañana en mi primera clase, esa voz lejana llamándome por mi nombre. No veía absolutamente nada, todo era oscuro, solamente escuchaba esa voz, una voz lejana y delicada.

7:00 a.m. 🕖

Suena mi ruidosa alarma, odio levantarme temprano. La vida es tan injusta, desde pequeño madrugando para la escuela y así sucesivamente porque cuando eres adulto también tienes que madrugar para trabajar y cuando eres viejo tampoco te salvas porque los viejos se levantan temprano, estoy seguro que todos nosotros llegaremos a eso.

En ese momento escucho que la puerta se abre y muevo mi vista hacía la puerta.

- Buenos días bello durmiente, no te daré un beso de principe azul pero de desayuno tienes las dos hamburguesas que te esperaban ayer. - Me dijo mientras me miraba con cara de decepción.

Mierda, se me olvidó.

- ¿No me levantaste? - Le pregunte mientras me rascaba un ojo sentado en la cama.

- Pues claro que sí, hasta subí y te llame por tu nombre repetidas veces pero nada de ti, como no despertabas decidí dejarte dormido.

¡Ja! con razón las voces lejanas diciendo mi nombre en mi sueño, era mi padre. Parece que la fumada me hizo sentir así.

- Perdón papá, quería comer contigo, pero parece que el sueño fue pesado.

- Ya, no te preocupes, ve levantandote que se te hace tarde para la escuela. Te quiero. - Me dice mientras cierra la puerta de mi cuarto.

Y aqui vamos, preparandome mentalmente para cuando llegue al salón buscarle la solución a la raíz cuadrada de 7, que divertido.