Capítulo 2

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Cada cabello de su nuca se erizó. Por instinto, cubrió su cuerpo con las manos. No logró mucho, realmente. El rubio se echó a reír.

 No te preocupes, no eres mi tipo. - Tomó un sorbo de su trago y la miró de nuevo. - Yo no hago caridad. Usaste mi imagen para salir de este problema.

 Tú tampoco eres mi tipo. - Dudó por un segundo. Él tenía razón. Nada era gratis, así que le haría un pequeño favor. - Te recomiendo que no sigas tomando ese trago. El dueño de esta pocilga le gusta diluir los tragos con alcohol clínico, especialmente los caros.

Lo vio dudar y sorprenderse.

 ¿Qué? ¿No me crees? - Ella frunció el ceño. - Pregúntale a cualquiera que trabaje aquí. Yo lo sé porque solía trabajar aquí, hasta que ese imbécil de Danzo me despidió.

 ¿Trabajabas aquí? - Él arqueó una ceja. - ¿Y por qué te despidió?

 Porque no quise dejar que un cliente me manoseara. - Ella rodó los ojos. - Y porque le dije sus verdades en la cara.

 Vaya, qué valiente. - Él sonrió con ironía. - Y dime, ¿qué verdades le dijiste?

 Que es un estafador, un explotador y un cerdo asqueroso. - Ella escupió las palabras con desprecio.

 ¿Y eso te hizo sentir mejor? - Él la miró con curiosidad.

 No, me hizo sentir peor. - Ella suspiró. - Porque ahora estoy sin trabajo, sin dinero y sin futuro.

 Qué dramática eres. - Él se burló. - No creo que tu situación sea tan mala.

 ¿Ah, no? - Ella lo desafió con la mirada. - ¿Y tú qué sabes? Tú eres un rico mimado que no tiene ni idea de lo que es vivir en la miseria.

 ¿Rico mimado? - Él se ofendió. - ¿De dónde sacas eso? No me conoces de nada.

 No hace falta conocerte para saberlo. - Ella señaló su traje y su reloj. - Solo hay que verte para darse cuenta de que eres uno de esos ejecutivos arrogantes que se creen superiores a los demás.

 Estás muy equivocada. - Él negó con la cabeza. - Yo no soy ningún ejecutivo arrogante. Soy el dueño de este lugar.

Deberías escoger mejor a tus socios entonces. - Ella comenzó a vestirse.

Él sonrió de manera prepotente.

 -Tomaré la información que me diste como paga del favor de hace un rato.-

 ¿Qué favor? - Ella lo miró con incredulidad. - Tú fuiste el que me metió en este lío.

No, yo fui el que te sacó de este lío. - Él se levantó y se ajustó el pantalón. - Si no fuera por mí, esos gorilas te habrían atrapado y quién sabe qué te habrían hecho.

 Sí, claro. - Ella se cruzó de brazos. - Y tú solo me ayudaste por pura bondad, ¿verdad?

 No, yo solo te ayudé porque me pareciste interesante. - Él se acercó a ella y le acarició el rostro. - Y porque quería probar tus labios.

Ella se apartó de él con asco.

Pues ya los probaste. Y no me gustó nada. - Ella le dio la espalda y buscó su bolso. - Así que déjame en paz y olvídate de mí.

 No seas tan fría. - Él la tomó por la cintura y la atrajo hacia él. - Sabes que te gustó. Y sabes que quieres más.

 ¡Suéltame! - Ella forcejeó para liberarse. -...

Él la soltó y comenzó a reír, - ¿De verdad creíste que me interesabas?, no te asuste no te are nada vete tranquila- se aparto tranquilamente y volvió al sofá y ella salió corriendo como alma que lleva el diablo. - ¡Me llamo Naruto recuerdalo! - grito antes de verla desaparecer.

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⏰ Última actualización: Jul 01, 2023 ⏰

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