60 7 0
                                    


Cinco-다섯 años después...

Todo iba de maravilla en la casa principal del palacio.

De vez en cuando tuvo la visita de la tercera esposa de su Emperador, una vez más la segunda esposa hizo de las suyas para que su hermano el general Kim intervenga con ayuda de un pueblo lejano que no era parte de las tierras de su marido, para que así el imperio siga creciendo.

A nadie le sorprendió que el Emperador vuelva a contraer nupcias con una extrajera, a comparación de esos que creyeron era la mejor forma para ganar más tierras su majestad el Emperador no creyó conveniente ser el quien deba casarse.

Estaba claro que los anteriores Emperadores incluyendo a su padre hicieron lo mismo, resultaba tan normal como tomar agua del río, y aún que el corazón de la Emperatriz doliera como si lo estuvieran arrancando del pecho ella debía pretender que no le importaba, sobre todo por qué era un matrimonio político, entre una mujer dos años mayor que su esposo. Y pese a ello, lo aceptó, esa mujer también merecía ser feliz, ya que había enviudado sin tener un hijo.

Exacto, la Emperatriz se apiadó de esa pobre alma que busca amor, ella sabía que él Emperador podría darle ese amor, conocía bien a su esposo y confiaba ciegamente que haría un buen trabajo.

Por otra parte, no debemos culpar al Emperador no entendía como su amada estaba pidiéndole tal cosa, pero al final terminó aceptando, por ella.

Después de ese casamiento paso dos años que tuvo problemas con la tercer esposa, el Emperador no la había tocado ni una sola vez desde que se casaron, y la tercera esposa no planeaba ir a quejarse con su pueblo por no cumplir con lo básico como mujer, la tildarian con un sinfín de sobrenombre por no hacer los esencial como mujer, ella no tenía coraje de hablar con alguien al respecto, ni siquiera podían verla a los ojos directamente por que en segundos se echaba a llorar. Estaba ofendida, ¿Que no le gustaba de ella al Emperador?, ¿Por que era mayor?, o ¿Por ser antes viuda?.

El alboroto que tuvo que pasar solo por que la segunda esposa le dijo que el Emperador no la tocaba por capricho de la Emperatriz.

Fue ingenua al creer que su marido trataría a la tercer esposa como a ella la trata, aunque su corazón palpito fuertemente y su estómago volvía esa sensación de estar nuevamente cautivada por las acciones de su esposo, decir que se enamoro por segunda vez de ese hombre, quedaba corto.

*Suspiro*

Ahora la tercera esposa estaba feliz en su palacio junto a la segunda esposa y sus hijos.

Logró que su Emperador cumpliera como esposo, por eso la tercera esposa ahora era madre y ella también por segunda vez.

Cinco años que sintió muy lentos para sentirse satisfecha del todo. A pesar que cuidaba de su hijo y pasaba las horas con él y después que el sol se ponía en lo más bajo del horizonte, veía esa hermosa vista en un suspiro que llamaba a su amor quien la rodeaba entre sus brazos cada noche.

-¡Segundo príncipe no corra por favor!- y hay acabó sus cinco minutos para recordar su pasado, antes de la llegada de su adorado hijo.

-¡Hanen no quello!- se quejo el pequeño príncipe de ojitos rasgados pequeños. -No, No- seguía insistiendo con sus ceño fruncido se esconde atrás de su madre.

-Discúlpeme mi señora- dijo apenada por molestarla.

-Disculpame a mi, el príncipe hizo eso- señala la ropa que sostiene en sus manos, ese era el hanbok que debería tener puesto ahora, como príncipe que es su retoño debe tener lo mejor de lo mejor, eso implicaba una excelente vestimenta ya había consentido no colocarle el sombrero ridículo que tanto nombra su hijo, ¿ahora también debía hacer lo mismo con su hanbok tradicional?.

ᗴᒪ ᑭᖇíᑎᑕIᑭᗴ ᗪOᑕᗴᒪ♔ [ʲⁱⁿˢᵘ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora