Era un día soleado, las aves cantaban, y el vecindario estaba en completa calma. Lucy había salido del hospital, se encontraba lo mejor que ella podía estar; a medias. No he vuelto a ver a Emma desde ese entonces, no podía negar que la extraña. Que extrañaba su forma de ser, su contagiosa risa y sus comentarios sin sentido, pero, he pasado mas tiempo con Lucy, todo lo que he podido.
Tome mi tasa de café y tomé un sorbo, le dí un último mordisco a mi emparedado y deje el plato en el lavavajillas. Ángela salió del cuarto de limpieza con una canasta de ropa en sus manos algo despeinada y un suspiro salio de sus labios indicando cansancio.
— Buenos días, Ángela— Dije.
— Ah, disculpe. Buenos días señor Stone.— Ella recogió el mechón de su cabello que se había escapado. Yo no pude evitar mirarla, Ángela era una mujer joven, siempre había pensado que tenía unos veintitantos pero jamas le había preguntado. Ella era rubia y sus ojos claros eran pretificantes. Muchos dirían que es una hermosura pero ¿Quien podría hacerlo? Siempre estaba en casa los fines de semana y casi nunca salía hasta que terminaba su turno.
Una clase de remordimiento empezó a molestarme. Ángela nunca sabría lo que es sentir eso por alguien, sentir ese miedo a perder a esa persona, sentir esas mariposas revoloteando en tu estómago, esa sensación de estar en las nubes al tocar su mano y lo peor es, nunca sentiría que es besar a esa persona y tener miedo de que ese momento acabé. Ella no sentiría lo que Emma y yo sentimos.
¿¡Emma!? ¿De que diablos hablas Logan?
Yo sacudí mi cabeza por un momento y trate de entrar en razón. Clarise, recuerda. Clarise.
— ¿Señor? ¿Se encuentra bien?— Ángela se acercó y frunció el ceño.
—Amh, por su puesto― Sonreí con malicia, tenía un plan― Ella giró algo confundida ― Oye ¿Tienes algo que hacer hoy, Angela?
— Pues mas que lavar ropa y hacer la cena— Ella rió sarcasticamente― Pues no señor, ¿Necesita algo?
Exacto.
— Sí, algo. Necesito que dejes de trabajar hoy y vengas a comer con nosotros ¿Hay algun inconveniente?— Ella estaba pretificada. Sus manos soltaron la cesta de ropa limpia haciendola caer al suelo.
— Pero... yo no... yo no lo se, señor usted...― Yo reí.
—Bien, empecemos con algo sencillo. Primero soy Logan y apenas tengo 22, asi que olvida eso de señor. Segundo, Sí Logan, iré con Emma, Lucy y tu a cenar.― Ella aun seguía balbuceando pero recupero la compostura.
— ¿Esta seguro de esto se.., Logan?— Ella sonrió algo insegura.
— Completamente.— Reí, ella asintió riendo tambien. Ella se giró para retirarse pero la interrumpí con mis palabras― Y... solo si quieres.. Puedes llevar a alguien―Ella giró en seco.
— ¿Habla en.. serio?— Yo asentí, ella sonrió y giró de nuevo con una sonrisa tonta en sus labios.
Sí, Logan. Eres una buena persona.
Camine hacia la habitación de Lucy de cuclillas, ella seguía durmiendo como era de costumbre los sabados a las 10 AM.
Abrí la puerta con sumo cuidado. Ella estaba allí, quieta y su mirada fija en el techo, cosa que no era usual en una niña tan hiperactiva como Lucy.
La noticia le había afectado, tal vez mas de lo que pude imaginar. Luego de decirle que no podría correr demasiado, no podría volver al ballet, no podría ir de excursión como solía hacer, y en otros términos, no podría ser como cualquier niño.
― Buenos días linda― Es lo que pude pronunciar. No se movió ante mis palabras o siquiera mi presencia, seguía su vista fija en el vació de su habitación.
Algo extraño le sucedia, desde ayer no habia querido bajar a cenar. No habia hecho sus sesion de juegos con Amanda o tan siquiera bajo a darme los buenos dias. Definitivamente estaba extraña, como esa tarde de invierno cuando perdió a su madre, y yo perdí mas que una simple amante.
ESTÁS LEYENDO
Love
Romance"¿Aceptas mi propuesta?" Todos los derechos reservados © No permito copias y/o adaptaciones.