CAPITULO IV

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Ahora, ya en la habitación más lejana del lugar, las 3 se disponían a descansar, no habían cruzado palabra después de aquel acontecimiento, y Almi aún tenía en la cabeza lo que aquel chico le susurro al oído.

-Bieeen...-Alex se encontraba acostada boca arriba sobre su cama, con la cabeza colgando de la orilla de esta.

-Aun no puedo creer que este en castigo, yo jamás he estado en castigo, maldito el día en que me volví su amiga.- Ida Murmura molestamente, mirando con enojo a sus 2 compañeras.

-Pues, era eso o quedarte sola, porque, a nadie le agradas, Ida querida.- Sonríe sarcásticamente Almi mientras observa por la ventana como comienza a oscurecer.

-Ya, eso no importa, lo que importa es que Almi sabe algo.- Alex se incorpora en su cama, cruzando las piernas y mirando a su amiga con inquietud.

-Es verdad, ¿Qué fue lo que te dijo?- Ida se menea en su lugar hasta sentirse cómoda para así, escuchar con mayor atención a su amiga.

-No, no comprendí lo que quiso decir.- hace una breve pausa. – dijo Nemeton, y que algo se acerca, lo demás solo lo percibí como suspiros, pero nada más.- La pelinegra se gira para observar a sus amiga, en su rostro solo aparece una mueca de disgusto, no solo había escuchado lo que el chico dijo, también lo sintió y lo vio.

-Cuando me fui después de tomar el desayuno, me dirigí a la biblioteca, investigué un poco.- Ida camina en dirección a su mochila y saca un cuaderno.

-Creí que esto no te interesaba.- sonríe burlona la chica de cabello castaño.

Ida rueda los ojos ante su comentario, Almi interrumpe de nuevo.

-Es un árbol, el nemeton es un árbol.- menciona mirando fijamente el suelo.

-Eso es a lo que iba, en un libro que encontré en la sección cerrada, viene el nombre que dijo Almi, nemeton, un extraño árbol que usaban los celtas para realizar cultos.- La rubia lee las notas que encontró en su cuaderno.

-Bien, muy bonito y todo, pero ¿Qué tiene que ver todo esto con Beacon Hills o con el tipo zombi que está en nuestro laboratorio?- Ahora Alex se encontraba a un lado de su amiga rubia, leyendo los apuntes y esperando a que Almi volviera de su trance.

-Podemos hacer una búsqueda.- suelta Almi volviendo en sí.

-¿Cómo?- Ambas la miran dudosas de lo que dirá.

-no lo sé, investiguemos en internet, debe haber algo, una cosa que nos pueda decir que hacer.- suspira Almi tirándose al suelo.

Como si de un foco encendido en su cerebro se tratase, Alex abre los ojos, toma el cuaderno de su amiga, coge un lápiz y comienza a dibuja un mapa.

-¿Qué demonios haces? ¿Qué demonios hace?- la pelinegra mira preocupada a su amiga mientras Ida sigue pensando de qué manera solucionar el problema.

-Un mapa, hago un mapa.-

-¿Por qué?- cuestiona Almi.

-Déjala, ya se volvió loca.- Ida le resta importancia.

-¿recuerdan aquella vez que vimos a ese chico atractivo en la plaza del pueblo?- Alex continúa dibujando.

-si, no creo que ahora sea momento de buscarlo.- reprocha Ida.

-No lo estoy buscando, babosa, uso el truco que me ayudo a encontrarlo de nuevo.- sonríe triunfante. Las otras 2 chicas, aun sin comprender, lo único que pueden hacer es dejarla continuar con lo suyo.

-Lo lamento, pero, aun no comprendo.- menciona un poco confundida la chica de cabellos oscuros.

Alex bufa.

-Magia, voy a usar magia...- termina su dibujo, toma el brazo de Almi, específicamente donde el tipo anterior la tomo, restriega su mano un par de veces, saca una garra y realiza un pequeño corte, para después dirigirse de nuevo a su mapa.

Pero antes de que pueda continuar, Ida la detiene.

-¿Estas segura de esto?- La preocupación es obvia en el rostro de su amiga.

-¿tienes en mente algo más?- Alex responde, a lo que Ida solo niega con la cabeza.

-Mater viarum, et tua est nox, a puero usque ad senem, auxilium me invenire viam rectam, ut me ad meo quaerere.- Alex mantenía sus manos sobre el mapa, dejando que su sabre trazara un camino, y que esta se mesclara con la sangre que había tomado del brazo de su amiga. El aire en la habitación se volvía cada vez más pesado, el viento soplaba fuertemente y unos cuantos truenos comenzabas a escucharse a lo lejos, indicio de que había realizado correctamente el hechizo.

El mapa comenzó a tornarse rojo a causa de la sangre, pero mantiene un tono un poco más oscuro marcando un camino. El camino se detuvo, al igual que el viento y los truenos, todo quedo en un completo silencio.

-Creo que ahí esta tu respuesta.- la rubia curiosea el mapa, mirándolo con extrañeza y asombro.

-Estoy cansada, alguien más necesita hacer lo siguiente.- Alex se tira hacia atrás, llevando una mano a su frente y respirando hondo.

-Yo lo hago.- Continuo Ida con el hechizo.

Después de una hora siguiendo las instrucciones de Alex, por terminaron de realizar el hechizo, ahora ya tendrían un poco más de información sobre el Nemeton y qué relación tiene con Beacon Hills.

-Están en el mismo lugar-Ida mira asombrada el mapa.

-Hicimos todo esto, para saber que están en el mismo lugar.- La pelinegra suelta un bufido de desaprobación y se levanta de su lugar.

-Bueno, por lo menos lo sabemos ahora.- La rubia mira con desaprobación a su amiga por la actitud que acaba de tomar.

-Pudimos buscar en un libro.- Almi toma su móvil y se tira de nuevo al lado de su amiga.

-No, no se puede registrar la localización de un Nemeton.- Responde Ida con cierta molestia en sus palabras.

-¿Tu como lo sabes?- Almi tira su móvil al suelo y se coloca en frente a ida.

-Porque yo si leo y presto atención a clases, y no me la paso en el móvil cada 24 horas.- Contesta Ida con burla, intentando provocar a su amiga, quien ya se encuentra con el ceño fruncido y los ojos bien abiertos.

-Disculpe, santa Ida, no sabía que tenía que ser una santurrona como usted.-

-okay ya es suficiente.- Salta Alex de su lugar, se interpone entre las 2 y trata de mantener a cada una en su lugar.

-Pues no, pero un poquito de atención si te hace falta.- continua Ida ignorando la advertencia de su amiga.

-¿Sabes qué? Por eso nadie te quiere, por jodida mojigata.-Ataca por última vez la pelinegra.

-¡DIJE QUE YA BASTA!- Grito Alex, tomando a Almi por el brazo y obligándola a sentarse en la cama.

Ambas guardan silencio.

Dentro Del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora