CAPITULO VI

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...

-Digo yo, claro, solo es una suposición y mi humilde opinión... - Alex guardo silencio un par de segundos dando un giro de 360°observando su alrededor - estamos perdidas. –

Pasaron 6 horas después de haber robado el automóvil y el dinero, se terminará el dinero en golosinas, terminarse la gasolina, de dejar el auto varado en la carretera, hacer autostop sin mucho éxito, caminar durante otras 2 horas, y encontrarse perdidas dentro de un bosque.

Almi se tira al suelo cansada

-Tranquilas, lo encontraremos, solo hay que seguir caminando. - La rubia trata de aligerar el ambiente, aunque también ya estaba cansada y frustrada.

-Estoy cansada, tengo sueño y hambre, a la próxima que haga algún estúpido comentario sobre lo jodidamente perdidas que estamos, la mato. - después del comentario amenazante de Almi, todo quedo en silencio.

-creo que nos haría bien descansar un poco.- Alex imita a su compañera y se tira al suelo.

Eran las 11 a.m. bastante temprano, llevaban 8 horas buscando el dichoso lugar y no encontraban nada, la frustración se comenzaba apoderar de ellas.

-¿estamos cerca?- pregunta Almi cansada, levantándose pesadamente del suelo.

Alex saca el mapa del bolsillo trasero de sus jeans y analiza atentamente el mapa.

-Pues dice que ya estamos aquí.- ella suspira dejando de mirar al mapa y prestando atención a su alrededor, buscando un gran árbol.

Las 3 se quedan observando el vacío bosque.

-Algo anda mal.- ahora Almi se encuentra observando a todos lados, como si alguien las estuviera acechando, y es que, desde que dejaron el domo han sentido algo extraño siguiéndolas.

-Creo que ya nos encontraron.- Ida apunta en dirección a unos arbustos moviéndose bruscamente, emitiendo una extraño sonido conforme más se movían las ramas de este.

-Mierda.- susurra Alex con evidente ansiedad en sus palabras.

-No creo que sean de la manada.- menciona la pelinegra, un extraño olor llego a sus fosas nasales, un aroma a muerte.

-Genial, si es lo que creo que es, deberíamos estar corriendo ahora.- después de darles una extraña pero efectiva advertencia, Ida, sin pensárselo 2 veces comienza a correr, dejando a sus amigas atrás.

Detrás de los frondosos arbustos, una extraña criatura emerge de ella, su apariencia parece desconcertar a las 2 chicas que siguen estáticas ahí. Con un aspecto grotesco, cuerpo de mujer y un rostro completamente irreconocible, lleno de erupciones y secreciones donde solo se puede distinguir un par de ojos saltones, en lugar de brazos se encuentran un par de alas largas, oscuras y en donde se supone deberían ir sus piernas, solo se encuentras unas extrañas extremidades con largas y afiladas garras. El dicho ser se eleva ferozmente del suelo, gruñendo en dirección a las chicas.

-Debemos correr.- Menciona la Pelinegra con temor, amabas chicas salen corriendo en la misma dirección que su amiga lo hizo.

La Arpía seguía volando por encima de ellas, gruñendo y descendiendo lo bastante como para hacerle daño a una de ellas. Alex, cansada de seguir huyendo, se detiene en seco, suelto un gruñido y saca sus garras. Almi, quien aun continuaba corriendo, se da cuenta que su amiga se ha quedado atrás, girándose ver, se percata de que ahora Alex, se encuentra frente a la Arpía .

-¿QUE MIERDAS HACES?- Grita Almi con desesperación volviendo hacia su amiga.

-Le voy a enseñar a esta asquerosa ave, con quien se está metiendo.- Gruñe nuevamente.

Una sonora carcajada se escucha saliendo del repúgnate ser frente a Alex.

A unos escasos kilómetros de donde se encontraban ellas, la joven de cabellos claros continuaba corriendo por su vida, creyendo que sus compañeras aún seguían detrás de ella.

Con el sudor recorriendo su frente y su respiración entrecortada, se comienza a dar cuenta, mientras va disminuyendo su velocidad, que sus amigas no están a su lado o detrás. El corazón estaba latiendo arrítmicamente, como si le dijera que regresara, que algo malo sucedería, pero, creyendo más en los pensamiento de que, tan solo se detuvieron a tomar aire, se deshizo de ese sentimiento que le comprimía el pecho.

En el silencio del bosque, donde Ida solo podía escuchar sus propios pensamientos y latidos, un extraño sonido perturbó mas su mente y tranquilidad. Detrás de entre los árboles secos, se podía distinguir una figura delgada avanzando hacia ella.

-¡ay por dios! ¿Saben el maldito susto que me dieron? Jaja creí que ya habían desaparecido de la fas de esta tierra.- sonrió amargamente. Aun con la idea de que aquella silueta era de una de sus intimas amiga, se fue acercando, despreocupada y con la guardia baja.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca de aquella persona, se percató de la verdad. Aquella figura salto sobre ella, lanzando un fuerte gruñido contra su rostro y tomándola por el cuello, tumbando a ambas sobre el suelo. Ida, en un acto de defensa propia, clavo sus garras sobre la pierna de la chica que se encontraba sobre ella.

-¿¡QUE HACES AQUÍ!?- exclamo fuertemente la desconocida. – ¡este lugar es de la manada McCall, no pueden entrar sin avisar previamente!- escupió nuevamente.

 Ida trataba de mantenerse tranquila, aun podía controlarse del todo, si dejaba salir al lobo, nada bueno vendría con eso, y tendrían de enemigos no solo a la bestia que trataba de matarlas.

-me llamo Ida.- hablo con dificultad.-Solo estamos de paso.- dicho esto, la desconocida soltó rápidamente el cuello de la rubia, no sin antes, olfatear a su alrededor, levantarse y mirarla detenidamente. 

-bien- le tendió el brazo para que se levantara.- espero y cumpla...- se detuvo.

un grito detuvo la extraña y nada placentera conversación de ambas. Ida agradecía internamente que la chica pusiera toda su atención en aquello que se había escuchado, pero rápidamente, recordó que sus amigas aun no llegaban donde estaba ella, y de nuevo, el extraño sentimiento de culpa y preocupación se apodero de ella.

-mierda.- dijo por lo bajo, logrando obtener nuevamente la atención de la desconocida frente a ella.

Dentro Del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora