✎ 01: JUEVES (Semana 2)

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J͓̽I͓̽M͓̽I͓̽N͓̽

Estaba hecho un completo desastre, los cordones de mis zapatos apenas se mantenían atados, no me dio tiempo de peinarme así que me puse mi gorro de lana. Mis manos estaban ocupadas con mi suéter, celular y el nuevo libro que compré. Corrí por las escaleras sin detenerme y abrí la puerta para salir, escuché a mi madre llamarme, pero estaba demasiado apurado para detenerme.

¿Por qué me había quedado dormido?

— ¡Jimin! ¡Vuelve acá un segundo! ¡Olvidaste la merienda!

— ¡No soy un niño mamá! —replique desde la acera, pero eso no la detuvo.

Salió de la casa y caminó hacia mí rápidamente, cuando estuvo lo suficientemente cerca tomó una de mis manos con delicadeza y me hizo sostener la correilla de una pequeña lonchera.

La miré agradecido y ella solo inhalo profundamente.

— ¿A dónde irás esta vez?

No quería comentarle a mi madre sobre mi plan absurdo y acosador de mirar al chico que me gusta tomar el tren cada jueves. Sabía que se quedaría callada y me observaría con tristeza, luego se lamentaría por no haberme hecho un joven sano, como si ella tuviese la culpa de ello.

Eso era triste, no quería que estuviera triste.

—Abrieron un nuevo café cerca del centro ¿Recuerdas que te comente? Iré a leer un libro —le señalé el que tenía en mis manos y ella asintió.

—Claro... —miró la lonchera que me había entregado—. Hay unas galletas y una manzana, por si vuelves tarde, por favor come algo.

—Está bien, mamá.

Sus cálidas manos sostuvieron mi rostro con delicadeza, sus ojos inquietos detallaron por completo cada centímetro de mi rostro y se volvían lentamente cristalinos. Sabía lo que hacía, se despedía en silencio. Tenía miedo de no volver a verme y de no recordar como era mi rostro con vida.

Ella siempre hacía eso.

Sentí sus suaves labios acariciar mi frente en un beso y no quise decirle adiós, solo le sonreí y me aleje de ella en silencio hasta perderme en las próximas cuadras.

No estaba seguro de cuál era la hora, pero sabía que el tren directo estaba a punto de partir y si no llegaba a tiempo a la estación, no vería a Jungkook hasta el próximo jueves cuando volviera a casa.

Tomé una respiración profunda y comencé a correr como si mi vida dependiera de ello, me sentía más débil que en todo el tiempo que me mantuve estable, el oxigeno casi no alcanzaba mis pulmones y podía sentir mis labios secos temblar.

El centro no estaba tan lejos de casa al igual que el internado masculino, por suerte viviamos en un pueblo pequeño.

Mi cuerpo se desvaneció a mitad del camino, sentía como si mi corazón estuviese a punto de atravesar mi pecho. Detuve cada uno de mis pasos y cerré los ojos con fuerza, estaba temblando de manera casi incontrolable y no podía moverme, pero no necesitaba que nadie se acercara, estaba rogando que nadie se acercara a preguntarme como estaba.

De pronto sentí aquel líquido lento y caliente resbalar desde mis fosas nasales, llevé rápidamente el suéter a mi rostro y aspiré.

Pero mientras más intentaba parar la hemorragia, más sentía la sangre salir.

—Maldita sea ¿Por qué me haces esto ahora? —murmuré con la respiración errática y comencé a caminar con la nariz cubierta y sin detenerme.

Necesitaba llegar.

Thursdays °°✷•• KOOKMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora