-¿Es una cita?- una Tana curiosa me arrebata el papel de mis manos.
-Obvio que no es una cita, seguro es para gastarme una bromita de las suyas- digo mientras guardo mis libros en mi taquilla.
-Es muy lindo que le hayas perdonado lo del puñetazo de aquel día- se que se refiere a lo de aquel día cuando estaba sujetando a un chico por el cuello, no es que lo halla perdonado, solo que traté de olvidarlo por un bien común. Pero antes quisiera saber si se siente arrepentido por lo que le hizo a mi hermana, se que no me ha asociado aún.
-Que te digo, soy un alma generosa- miento encogiendo mis hombros.
***
Tana insistió en que me cambiara de ropa, seguía diciendo que aquello era una cita, pero yo preferí ir con mi uniforme, todos lo odian pero ya me he adaptado a él tanto que hasta me gusta.
Llego al jardín pero no hay rastros de Javier. Estoy a punto de arrepentirme y darme la vuelta cuando:
-Hey, ¿qué tal?- no necesito darme la vuelta para saber de quién se trata -así que viniste.
-Sí, y sería muy útil que me dijeras para que me citaste aquí.
-Bueno es que.. -se pone la mano en la nuca en un gesto de ¿nerviosismo? -aún me siento mal por lo que te hice así que quiero compensarte, te llevaré a un lugar especial para mí.
Tardo un momento en entender, levanto una mano para decir algo pero cambio de idea.
-Ok, pero a las 6:00p.m. estaré en mi habitación, tengo cosas que hacer- parte de ello no era mentira, solo que no iría a mi habitación, trataría de encontrar a Alberto.El castaño levanta ambas manos en señal de rendición y luego toma mi mano para prácticamente arrastrarme a ese lugar tan especial según él.
-Ya verás, te encantará- si no conociera a Javier, juraría que se escuchaba como un niño de 5 años cuando le enseña un dibujo a sus padres.
-Más te vale que así sea, una hora de Allison Spin equivale a una semana tuya.
-¿Qué significa eso?- se voltea un poco pero sigue caminando.
-Olvídalo.
Seguimos caminando en silencio hasta llegar a un viejo edificio abandonado bien lejano a nuestra escuela, pero que pertenece a sus terrenos.
-No voy a entrar ahí, si pretendes matarme Tana sabe que estoy contigo, te acusará- digo frenando el paso.
-Jamás podría dejar al mundo desprovisto de ti- dice mientras quita unas tablas del suelo.
-¿Qué significa eso?
-Olvídalo- lo dice y luego sonríe con suficiencia, vengándose de mi por lo de antes.
Él continúa quitando tablas hasta encontrarse con una puerta en el suelo, la levanta y se adentra. Me quedo afuera observando todo desde allí.
-¿Qué esperas?- me grita desde dentro.
-Oh, espera amigo, definitivamente no entraré allí, a saber cuantas infecciones hay- hago una mueca de asco.
-Vamos,¿Allison puede dejar un día de ser una vieja amargada y comportarse como una adolescente normal?- casi puedo palpar la ironía en su voz.
-¡Yo no soy una vieja amargada!- no se como ni con que agallas, pero me lancé dentro y caí de bruces contra Javier- Autch.
-¡Tenías que decirme!- lo dice con un tono dolorido pero gracioso a la vez.
Y no lo noté pero estaba sobre Javier, estábamos riendo. Por un momento olvidé todas las cosas malas, olvidé todo nuestro pasado, imaginé que pasaría si solo fuéramos dos adolescentes en un agujero divirtiéndonos. Entonces tuve que preguntarle.
-¿Alguna vez te has arrepentido de algo, Javier?- dije mirando sus ojos, estábamos muy cerca.
-Creo que todos nos arrepentimos de determinadas cosas, Ali. La diferencia está en cual acción merece nuestro arrepentimiento- toma un suspiro largo -Y la respuesta a eso es sí. Me arrepiento de culpar a mi padre de todas las malas acciones que he hecho, el hizo cosas malas, pero eso no me daba escusa para hacerlo también. Solo que ya no hay nada para mí, ya no vale de nada arrepentirme.
En cierto punto me conmovía todo aquello, él se sentía culpable y no sabía cómo solucionar nada.
-Lo siento, lo siento mucho- dije mientras apoyaba mi cabeza en su pecho.
Estuvimos un tiempo así. En silencio, no era uno incómodo, se sentía hasta armonioso. Como si nuestras respiraciones sonaran a un compás que marcaban nuestros latidos, aquel momento era arte, era mágico. Pero no era conveniente.
-Y bien- dije mientras me levantaba haciendo como que nada de lo anterior había sucedido- dime que tiene de especial.
Él también se levantó, me sonrió, pero esta no era una de suficiencia, era una sonrisa cálida, aparté la vista.
-Ven- dijo mientras se adentraba a una vieja sala- ¿haz visto la peli de Balto?
-Sí, cuando era niña, mi hermana la amaba- se me escapó ese dato pero para mi suerte Javier estaba tan concentrado que lo ignoró.
-Bueno, pues mira.
Y entonces supe a qué se refería, como en una escena de la película hay varias botellas en el suelo, Javier corre una cortina lo suficiente para que el sol se asome y sus rayos incidan en estas. Su reflejo en la pared es precioso, me atrevería a decir que se parecía a la aurora boreal.
-Wow, es precioso- alcancé a decir.
-Sí- dijo en un susurro.
Estuvimos un rato allí, hasta que Javier volvió a hablar.
-Tengo algo que decirte, es que...
-¿Arruinarás el momento con tus cosas?- dije arqueando las cejas con una sonrisa en mis labios.
-¿Eso crees no? -sonaba bastante enojado- al final eres como todos, saben que siempre lo arruinaré.
-Oye, solo estaba bromeando, no quise..
-Está bien, nos vemos mañana en clase- dijo y se fue de allí abriendo otra puerta por la que podría salir.
Javier se enojó conmigo. Pero lo más impactante es que yo me sentí mal.
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¿Enamorarme? ¡JAMÁS!
Novela JuvenilAllison Spin es la típica chica súper aburrida e inteligente de su escuela, es amante de la Física y gana un concurso Nacional que le permite cambiarse a una escuela mejor y con mejores profesores. Solo que hay algo diferente en ella, tiene una p...