Hablemos

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Había pasado un tiempo desde la pelea que hubo con aquella Overlord, Ángel se había quedado pensando en mucho de lo que había pasado Alastor no había necesitado ayuda, nunca la necesito en primer lugar pero aun así para él Ángel le era útil.

Él no pensaba en esa tontería de la redención ni creía tenerla pero Alastor estaba muy convencido de que si se podía pero al parecer desde hace un tiempo había dejado de ser uno de los candidatos de Alastor a la posible redención era más como un socio para él ¿pero cómo podía ser su socio si no podía defenderlo? Era algo extraño para Ángel él nunca se sintió como socio de nadie, su padre siempre le había dicho que era un completo desastre lo mucho que lo odiaba, la desgracia que era para la familia y el hecho de que era homosexual lo multiplico el triple.

Así que si bien no entendía a Alastor tampoco entendía porque lo trataba mejor que el resto de persona que debían de hacerlo porque eran su familia, su hermana Molly era la excepción ella siempre fue buena con él pero era su gemela y eso era de esperarse, no recordaba a su madre porque murió poco después de su nacimiento y su hermano Niss bueno era un imbécil además del favorito de papá, él hijo perfecto bueno algunas veces lo ayudo y se sintieron realmente como hermanos no se odiaban ni nada pero había una delgada línea entre ser la oveja negra de la familia y ser el hijo perfecto de papá.

Pero ahora estaba allí en el Infierno siendo tratado mejor que bien por uno de los pecadores del lugar que hablaba de redención y parecía más dulce que los montones de azúcar que tragaba a diario y eso que había dejado las drogas como para poder andar alucinando con algo como eso.

Si patéticamente desde que había caído al infierno no había probado ni una sola vez las drogas lo cual era irónico ya que conseguían más fácilmente que el azúcar, suspiro mirando al pelirrojo terminar de cocinar.

–Alastor ¿puedes ser honesto conmigo?

–Por supuesto, mon cher.

– ¿por qué estás en el infierno? –pregunto, algo como un disco rayándose e interferencia radial se escuchó y por un segundo estuvo seguro que vio sombras negras en las paredes –

–No me gusta hablar de eso –Se apresuró a decir –

– ¡pero no es justo, Al! Tu sabes absolutamente todo sobre mí, hemos estado juntos por al menos dos años intento ayudarte con lo que tratas de hacer ¡Al menos pon un poco de tu confianza en mí! Esa Overlord te conocía Alastor. Y no eres un demonio débil como yo ¿por qué estás aquí? ¿Eres nacido en el infierno? ¿O eres un pecador? Hay tantas preguntas que quiero hacerte pero te mantienes reticente y no es justo para mí si debo confiar en ti ¿Por qué no puedes confiar en mí?

Alastor suspiro, apago la cocina se froto el puente de la nariz, camino por la cocina abriendo uno de los cajones de la alacena para sacar un whisky de ellos, tomó dos vasos y se sentó en la mesa justo frente a Ángel sirvió el whisky para tomar el suyo de un trago, Ángel nunca veía a Alastor tomar licor así que el hecho de que lo hiciera era extraño pero no iba a retroceder.

–Muy bien, Mon cher. Pregunta, estoy listo.

– ¿Eres nacido en el infierno o pecador?

–Pecador, caí en el infierno tal vez unos quince o dieciséis años antes que tú; soy nacido en Luisiana era locutor de radio.

– ¿Por qué estás aquí en el infierno?

–Era un asesino serial que mataba personas y luego se las comía –Tomó otro trago de whisky aquello sorprendió a Ángel no esperaba para nada eso tal vez que tiro basura o hacia bromas pesadas o alguna otra tontería ¿pero un asesino enserie caníbal? O eso era mucho para digerir – ¿algo más?

Primera vez en el infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora