Dia 1: De no creer.

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Anna tenía los ojos llenos de lágrimas. Y nadie, ahora, podía decirle nada. Porque sabían cómo era. Aún así, seguía siendo terca.

- No puede ser... - dijo fregándose los ojos - No...

- Cariño, lo siento mucho... - le dijo su padre, sin mostrar la inmensa tristeza, no por el novio de su hija, si no, por ella. Porque el sí que no lo podía creer.

- Tendría que haber sido yo... y no Tomas... - dijo tirando los mocos hacia arriba.

- No digas eso Anna - le dijo Mateo, alcanzándola. - Nadie se merece la muerte. Y tu deberías haberte puesto un casco... y si no, nisiqui...

- Déjame en paz. Tú no eres mi padre, ni él se enoja tanto por esto. - le dijo Anna enfadada.

- No tienes por qué tratar así a Mateo. - dijo Camila. - él solo quiere apoyarte, desagradecida.

Anna no quiso discutir. Se metió a casa, directamente, seguido de un portazo.

- Está intocable.

- No... solo sensible. - les dijo Jose - y por favor... - dijo ahora con un destello de lágrimas en sus ojos - nada de lo otro... delante de ella. - todos asintieron comprendiendo en parte.

- No te preocupes Jose.... - dijo Mateo- Y ya veras, como todo sale bien.

- Eso espero. - dijo Jose. Y dedicándoles una última sonrisa, se metió en la casa.

Pronto se escuchó algo de alboroto. Mateo negó con la cabeza. Conocía perfectamente a su amiga y el enfado no se le pasaría rápidamente.

- Yo ya me voy - dijo Mateo dirigiéndose a su casa. Alex y Sebastian lo siguieron después de despedirse de Camila, Emma y Lola.

*

Anna estaba echada en la cama. La almohada estaba húmeda por las lagrimas, y a su lado estaban la mayoría de las fotos de Tomas y ella. ¿Por qué tuvo que pasar esta mierd.a?. Solo quería despertarse de esa pesadilla.

Su padre entró sin picar en la puerta antes.

- Hija, no te tortures de esta manera... - le dijo Jose viendo que no quitaba ojo de las fotos - él ya no está y nadie puede arreglarlo...

- Lo sé... - ella se recostó y rodeó las piernas con los brazos - Si pudiera echar el tiempo hacia atrás.

- ¿Te crees que yo no lo haría? - suspiró su padre, acariciando la mejilla de Anna- sé que tú no te mereces todo esto, pero no quiero que estés así... quiero que estés contenta, de nuevo con una sonrisa... de esas que tanto me gustan.

- Será difícil... - dijo Anna. Alzó la mirada hacia su padre y sonrió, aun temblorosa. - pero lo intentaré.

- Así me gusta. - dijo Jose. El timbre de la puerta sonó. - Ahora vengo... no sé quien será. - le dijo guiñándole un ojo a Anna. Ella no entendía.

Pronto comprendió todo. Mateo apareció por la puerta.

- Mateo... - murmuró - ¿Qué haces aquí?

- Oye, Anna.... - le dijo sentándose a su lado, en la cama - No quise que te enojaras conmigo enserio.. ¿me perdonarás si esta noche te invito a algo? - le dijo ofreciéndole su brazo. Anna bajo la cabeza.

- Mateo.. yo... claro que te perdono... pero no estoy para citas... ahora que...

- No es una cita, solo es una salida, como amigos ¿te parece? - dijo el intentando convencerla.

Solo un dia masDonde viven las historias. Descúbrelo ahora