100 ᴅᴀʏꜱ ᴡɪᴛʜ ᴛʜᴇ ɢʜᴏꜱᴛ •°Taegyu°•

cap 28

Beomgyu.

Llegué rápido a casa para que taehyun no se diera cuenta que me había ido, me senté en la mesa esperando a que llegue mientras pensaba qué hacer.

Debo resolver cosas pendientes para facilitar mi ida al cielo, pero ¿enserio deben ser esas cosas? No quiero conocer a mi asesino, pero... debo hacerlo.

Taehyun llega a la casa, pero no volteaba a verlo por seguir pensando.

—¿qué tal? Parece que viste un fantasma—ríe un poco por su broma, pero al ver que no reaccionaba se sienta a mi lado—¿sucede algo?

—nada solo... Pienso que al ser humano ahora puedo descubrir quién es mi asesino y dónde está ahora mi familia.

—eso parece una buena idea... ¿Estás asustado?

—sí... Imagínatelo, si llego con mi familia así como así, se sustarán que estoy vivo, tengo miedo... No quiero que me tengan miedo ¿aún me seguirán queriendo?

—son tu familia, claro que te aman. Ellos no te abandonaron como a mi, te perdieron.

No recuerdo nada de mi familia tampoco si eran buenos o malos, no recuerdo nada ¿y si no recordar es porque fueron momentos malos?

—el problema es que no sé dónde buscar... Sería muy peligroso.

—entonces ¿que debemos hacer?

Debía ser honesto con taehyun.

—le pedí algo de ayuda a yeonjun... Bueno, mucha ayuda.

—¿por que a él? Yo también podía ayudar en algo.

—me ayudas mucho—sonreí—sabes que yeonjun tiene la maña de ir de encubierto por todos lados.

—sí, pero aún así... me pediste ayuda a él antes que a mi.

—oye... no te enfades. Dame un abrazo me siento triste.

Taehyun me abraza y su cabeza queda a la altura de mi pecho.

—No tengas miedo ¿sí? Pase lo que pase lo afrontaremos juntos.

—está bien...

Esa calidez, no podré sentirla de nuevo, debo vivir mi vida como si fuera el último a su lado.

*****

Yeonjun.

Tuve que tomar una medida desesperada por beomgyu.

Me dirigí a la casa del ser inmortal y toco su puerta esperando a que la abra, cuando lo hace, me muerdo mi labios por los nervios y mi orgullo.

Caí muy bajo.

—necesito tu ayuda y no te puedes negar.

—vaya, un Ángel de la muerte, no estás siendo castigo, no puedo ofrecerte mi ayuda.

—sí, sí puedes, además de ser un ser inmortal eres un gran empresario, lo que significa que tienes mucho poder cómo para pagarle a alguien para que te de información sobre cualquier cosa.

—¿qué?

—dame información sobre una persona.

—¿piensias enserio que te voy a ayudar? No lo haré. Ve por ahí y sigue tu vida de ángel, si cometes algún error, estoy para ti—me sonríe arrogante.

No estaría aquí de pie si de verdad no necesitara su ayuda.

—debes hacerlo o le diré al de arriba que no quisiste ayudar a un Ángel. Además, te deberé un favor. Tendrás a un ángel de la muerte en deuda contigo ¿que más quieres? Es lo menos que puedo hacer.

—dijiste que odias a los seres cómo yo y me humillas ¿por qué te haría un favor?

—sólo hazlo, ¿sí? Te lo suplico.

—agh, está bien, ¿qué quieres que busque por ti?

—busca información sobre Choi beomgyu, familia, dónde viven y... Quien es su asesino si es posible.

—está bien... ¿Que tengo yo a cambio?

—te lo pagaré algún día, eres inmortal tu vida es una eternidad, dame la información ¿si?

—de acuerdo, te ayudo, por cierto ¿cómo me encontraste?

—un conocido es admirador del ser inmortal; Choi soobin, ustedes me parecen muy odiosos. Tanto humanos como seres inmortales son despreciables para mi.

Los humanos no aprecian la vida y son egoístas, al igual que estos seres que se vuelven muy odiosos y egoístas con la gente, de todos los años que están con vida solo han ayudado a 3 personas como mínimo.

No merecen mi respeto.

—siento que vas a hacer algo malo, con la información no cometas una locura. Te ayudaré en todo lo que quieras, pero sabes que estás cometiendo lo prohibido.

—él lo vale.

Voy a sacrificar ser un ángel de la muerte por beomgyu.

Tuve que esperar en su oficina humana a que consiga el informe con calma. Cuando se lo entregaron me emocioné mucho.

—de acuerdo. Es este.

—bien, dámelo.

Intenté alcanzarlo, pero él lo quita ocasionando que esté muy cerca su rostro.

—no hagas un locura.

—ya te dije que él lo vale.

—¿tanto así?

—sé que arriesgo mucho por él y no me importa. Lo vale.