100 ᴅᴀʏꜱ ᴡɪᴛʜ ᴛʜᴇ ɢʜᴏꜱᴛ •°Taegyu°•

cap 33

Yeonjun.

Nuevamente fui a la casa del ser inmortal, esta vez para pedirle la flor. Sé que voy a tener una humillación ante él, pero es por beomgyu.

Ellos ni saben sí su destino es encontrarse. Beomgyu se enamoró de él siendo un fantasma, no lo recordará para nada. Por eso, debo ayudarlo de esta manera.

Sé las consecuencias que implican ayudar de esta manera a un humano, pero beomgyu es mi amigo y quiero su felicidad.

Toqué la puerta y cuando este la abre se sorprende.

—¿Otra vez tú aquí? ¿Qué se te ofrece ahora?—dice soobin dejándome pasar y yendo a su sofá a sentarse.

—dame la flor de la inmortalidad.

Fui directo.

—¿qué? ¿Para qué la quieres?

—sólo dámelo.

—¿no será por ese humano que me pediste investigar? Sabes que está prohibido darle una cosa así a los humanos, sabes cuál es el castigo ¿verdad?

—lo sé y lo acepto. No me importa, pero dame esa flor.

Esperaba a que se negara, pero se puso de pie y se acerca a mi. Me puse muy nervioso al tener su mirada intimidante  sobre mí.

—¿y si no te la doy? ¿Qué harás? He trabajado con muchos ángeles que no quisieron meterse en problemas, pero tú quieres esos problemas y eres consientes de las consecuencias. Si decido no dártelo ¿qué harás?

—te asesinaré y la robaré.

—ríe—no quiero que te castiguen más de lo que estarás.

—¿entonces? ¿Aceptas?

—está bien... te la daré. Te espero en unos días entonces—se acerca a mi rostro y sonríe de lado. 

Fruncí el ceño por su actitud inmadura.

—no me molestes.

Después de esto tengo que preparar la ceremonia para entregarle a taehyun la flor en el templo.

                              *****

Beomgyu.

Estaba preocupado, taehyun no había llegado a casa desde que se fue en la playa, estaba tan desesperado que fui a ver a hueningkai, al tener miedo que yeonjun le haga algo.

Abro la puerta con desesperación y entro de inmediato.

—¡taehyun, no está! ¿Dónde está yeonjun?

—¿taehyun no te lo dijo? Pensamos que ustedes estaban de acuerdo con eso.

—¿de acuerdo con que? ¡Hueningkai, dime!

—en estar de acuerdo con que taehyun se vuelva inmortal para volverte a ver.

No podía creerlo, taehyun estaba tan aferrado a la idea de que tal vez nunca nos encontremos que está apunto de cometer una locura.

—¡nunca estuve de acuerdo en eso! ¡Dime dónde están!

—están en el templo, yeonjun empezará el ritual. Entregarle la flor de la inmortalidad a un humano no es nada fácil.

—no llegaré a tiempo... tienes auto ¡llévame ahí!

                              *****

Taehyun.

Me encontraba en el templo usando ropa tradicional, yeonjun terminaba de preparar algunas cosas mientras yo estaba dentro de un círculo sentado.

Estaba muy nervioso por este tipo de rituales y mi mente dejó de pensar que en realidad yeonjun me haría algo malo. Sé que también le preocupa beomgyu, aunque lo voy a meter en muchos problemas por esto. Tanto con su amigo como con sus jefes.

—¿estás seguro de hacer esto?

—muy seguro, es la única forma de esperar a beomgyu.

—recuerda, esto no es un regalo, es un castigo eterno, verás morir a la gente que amas...

—solo quiero a beomgyu y si esta es la única manera de estar juntos entonces lo haré.

Yeonjun prosiguió a moler la flor, mezclarla con agua y hacer que la bebiera con lentitud. Al ingerir la flor de la inmortalidad traía un dolor muy grande, el dolor que nunca más podrá sentir.

—¡AH!

N.

Beomgyu apunto de llegar escucha el grito de taehyun deteniéndose un momento.

—ya es muy tarde—empieza a correr nuevamente y abre la puerta—¡No!

—beomgyu...

Taehyun al notar su presencia sonríe levemente, pero por ingerir el poder se desmaya y beomgyu va a ayudarlo sosteniéndolo entre sus brazos.

—¡¿que mierda acabas de hacer Choi, yeonjun?!... ¿Qué le hiciste?

—¡era la única forma! Taehyun quería buscar la manera de tenerte y esta era la única, te dije que los ayudaría.

—¡no así! ¡Sabes muy bien lo que implica ser inmortal! Es uno de los peores castigos que te da Dios.

Yeonjun presiona sus manos con fuerza formando un puño, acaba de sumar un castigo más a su alma y beomgyu no entendía que había sacrificado su propia vida porque no sabe que le pasará a partir de ahora.

—¿y el mío que? ¡También tengo un castigo y lo arriesgué, arriesgué mi oportunidad de renacer y terminar con esto por ti!