Desde su infancia, Benny y tú fueron amigos inseparables, conectados por su amor compartido por el ajedrez. Pasaron innumerables horas jugando y desafiándose mutuamente, perfeccionando su estrategia y disfrutando de cada partida. A medida que crecie...
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A la mañana siguiente, me desperté sintiendo un ligero escalofrío al darme cuenta de que Benny ya no estaba en la cama. Me levanté y me dirigí hacia la cocina, donde lo encontré preparando el desayuno, el amor de mi vida.
T/n: Buenos días - dije mientras me sentaba.
Benny: Buenos días - respondió él, colocando los platos en la mesa y tomando asiento.
T/n: Cuéntame, ¿cuál era la respuesta que querías darme?
Benny: Verás, quería proponerte que participaras en el torneo de ajedrez que se llevará a cabo pasado mañana.
T/n: Claro que no voy a hacer eso, sabes muy bien que no soy muy buena jugando. Además, me destrozarían los competidores.
Benny: Pero eres muy buena, desde que te enseñé a jugar nunca he podido ganarte. Además, este torneo es exclusivamente para mujeres. Recuerda que necesitamos el dinero.
T/n: Lo sé, pero ¿qué pasará con mis clases de canto?
Benny: Las ajustaremos. Podemos hacerlo.
T/n: Está bien, pero ¿solo participaré en ese torneo?
Benny: No, mi objetivo es que te conviertas en la mejor del mundo.
T/n: ¿Y cómo supones que lo lograrás?
Benny: Es fácil, seré tu entrenador personal.
T/n: Jajajaja, ¿en serio?
Benny: Sí, y recuerda que soy uno de los mejores del mundo, así que seré tu entrenador.
T/n: Está bien.
Benny: Termina de desayunar porque tu entrenamiento comienza ahora mismo.
T/n: De acuerdo, pero no seas tan exigente.
Después de terminar el desayuno, Benny sacó su ajedrez y comenzó a enseñarme a jugar. En cuestión de horas, aprendí todos y cada uno de los movimientos posibles gracias a mi memoria fotográfica. Rápidamente, mi nivel de juego se elevó, y en poco tiempo logré vencer a Benny en tan solo 9 movimientos.
Benny: Vaya, realmente eres muy buena.
T/n: ¿Cómo no serlo si aprendí del mejor?
Benny: Bueno, ya es tarde y mañana será un día largo. Mejor descansamos.
T/n: Tienes razón, mañana es mi primera partida oficial.
Ambos nos fuimos a dormir, emocionados por lo que nos depararía el siguiente día.
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Éste capítulo está dedicado a la persona que me enseñó a jugar ajedrez, muchas gracias y descanse en paz maestro...
