𝐓𝐡𝐞 𝐒𝐞𝐜𝐨𝐧𝐝 𝐂𝐡𝐚𝐧𝐜𝐞 [𝐓.𝐌.𝐑] [EN EDICIÓN]

T W O

"SENTENCIA DE MUERTE"

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Yaxley y Dolohov caminaron hacia el círculo. Para cuando llegaron allí, el hombre pálido que estaba junto a una gran serpiente miró hacia arriba. El hombre mismo se parecía tanto a una serpiente, casi a una réplica humana de una, pero no del todo humano a simple vista. 

Y este hombre es Voldemort.

"No hay señales de él, mi Señor." Dijo Dolohov. La expresión de Voldemort no cambió. Sacó la varita de saúco entre sus delgados dedos.

"Mi Señor ..." Bellatrix habló.

Voldemort levantó la mano para silenciarla, ella no habló pero lo miró con fascinación y adoración absoluta.

"Pensé que vendría", dijo Voldemort con voz alta y clara mirando las llamas saltando altas.

"Esperaba que viniera".

Nadie habló. Parecían tan asustados como Harry, cuyo corazón estaba decidido a salir de su cuerpo que ahora estaba a punto de dejar de lado.

Harry estaba envuelto en su capa de invisibilidad. Debajo de su túnica junto con la varita, sin querer estar decidido a usarla, el miedo se filtraba a través de sus huesos.

"Yo estaba, parece... equivocado." Dijo Voldemort.

"No lo estabas." Harry dijo en voz alta y clara, sin querer sonar asustado.

La piedra de la resurrección se le escapó de las manos y las ilusiones de su padre, su madre, Remus y Sirius se desvanecieron tan pronto como llegaron.

Los gigantes rugieron cuando los mortífagos se levantaron juntos. Hubo muchos gritos, jadeos, incluso risas.

Voldemort se quedó allí, congelado. Sus ojos rojos habían encontrado a Harry, y miró mientras Harry se acercaba a él, sin nada más que el fuego entre ellos.

Entonces gritó una voz. "¡HARRY! ¡NO!"

Harry se volvió para ver a Hagrid atado contra un árbol cercano. Su enorme cuerpo sacudió las ramas en lo alto mientras luchaba desesperadamente.

"¡NO! ¡NO! HARRY QUE ESTÁS-"

"¡TRANQUILO!" gritó Rowle, y con un movimiento de su varita, Hagrid fue silenciado. Bellatrix se puso de pie de un salto y miraba ansiosamente de Voldemort a Harry, con el pecho agitado.

Casi todos estaban congelados, las únicas cosas que se movían eran las llamas y la serpiente, que se enrollaba y desenrollaba en la reluciente jaula detrás de Voldemort.

Harry podía sentir la varita contra su pecho, pero elige no sacarla y lanzar una maldición a Nagini porque era consciente de que si lo hacía, 50 maldiciones lo golpearían primero.

Voldemort lo miró y luego inclinó la cabeza, considerando al chico parado frente a él y una sonrisa sin alegría persiste en su boca sin labios.

"Harry Potter", dijo en voz muy baja. Su voz podría haber sido parte del fuego que escupía.

"El chico que vivió."

Y con una sonrisa, dijo. "Ven a morir".

Ninguno de los mortífagos se movió cuando dijo esto. Estaban esperando: todos estaban esperando. Hagrid estaba luchando y Bellatrix jadeaba.

El coraje que una vez sintió se estaba desvaneciendo. Su vida destellando ante sus ruedas antes de que el hechizo mismo lo golpeara y allí vio su primer recuerdo, encerrado en ese armario oscuro y lúgubre debajo de las escaleras, aterrorizado al recordar. Un simple niño de 4 años no había probado el amor que se merecía. El amor que una vez se le devolvió durante tanto tiempo, una verdadera lástima haberlo olvidado todo. El que le quitó la oportunidad de ser feliz, uno rodeado de sus amorosos padres, que primero se regocijaríann cuando pronunciara sus primeras palabras, Lily tal vez llorando y James orgulloso a su lado. Los primeros pasos que habría dado, caminando penosamente hacia sus tíos Remus y Sirius, lo animaron desde el principio. Esperando su carta de Hogwarts y una vez que la recibiera, habría saltado en su hermosa casa en el Valle de Godric con su familia riéndose de sus payasadas.

Pero nada de esto era una realidad que él conocía. Simplemente un pigmento de una vida imaginada.

Pero esta vida tampoco era tan mala, pensó para sí mismo.

'Incluso sin Lily y James me habían amado y era suficiente'.

Una especie de alivio y tristeza lo inundó.

Deseando no moverse, se quedó allí quieto esperando, sabiendo que ahora no había vuelta atrás.

Voldemort levantó su varita e inclinó la cabeza como un niño curioso que hace algo por primera vez. Harry miró hacia atrás en sus ardientes ojos rojos deseando que su coraje fuera más fuerte y se quedó quieto tanto como fuera posible antes de que el miedo lo traicionara-

"¡AVADA KEDAVRA!"

Y eso fue lo último que escuchó antes de que un destello de luz verde brillante lo cegara y todo se volviera negro.

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