El viento frio se colaba a través de las grietas en la vieja madera de la ventana, provocando que el pequeño niño que dormitaba sobre la colcha temblara como un polluelo sin su madre. Aunque tal vez me he equivocado al usar tal comparación. Pues aquel niño, no está indefenso como un pájaro sin plumas. No. Aquel niño es más una serpiente, pequeña y frágil, que observa el mundo hostil en silencio, ocultando un poderoso veneno que sacara ante cualquiera que intente lastimarlo...
Tom rodó sobre la cama y miró con recelo las nubes tempestuosas que cubrían el cielo sobre el orfanato, un presentimiento le indicaba que no llovería, pero no era lo mismo con el frio. Odiaba vivir en aquellas condiciones tan precarias y contaba los días faltantes para cumplir su mayoría de edad y escapar de aquel lugar.
Ya tenía diez años y en diciembre cumpliría once. Lo mejor era comenzar a planear su siguiente movimiento.
Además... – tocó el medallón que descansaba sobre su pecho – ahora tenía un seguro.
– Oye niño – hablando del diablo.
Tom se sentó en la cama, mirando al demonio que flotaba un metro sobre el suelo. Tenía las piernas cruzadas y su brazo derecho estaba apoyado en su muslo y sostenía su cabeza mientras le daba una mirada indiferente.
– Estoy aburrido – continuó – prometiste darme más diversión que la que tendría en mi medallón, pero he estado encerrado en este deteriorado edificio sin nada más que hacer aparte de asustar a un par de mocosos gritones y mujeres lloronas. Al menos podrías darme más libertad y dejarme devorar el alma de alguno.
Harry gimió como si saboreara el dulce sabor de la inocencia de las almas infantiles. Aunque debía admitir que el picor de las almas más oscuras no estaba nada mal tampoco. Había pasado tanto desde que había tenido una buena merienda.
– Si alguno desapareciera sin explicación, atraería la mirada de la policía, demasiados problemas – dijo Tom, mirando al demonio con la misma indiferencia.
Aunque el demonio tenía un punto. Le había prometido diversión a cambio de sus servicios y siguiendo la técnica del palo y la zanahoria, ya había usado el palo cuando lo atrapó, era la hora de darle una zanahoria.
– Pero si eso es lo que quieres, ¿te apetece un bocadillo de media tarde? – la cola del demonio se sacudió ante la intriga de la propuesta a la par que una sonrisa sádica dejó ver sus afilados colmillos.
El menor tomó esto como una afirmación, por lo que bajó de la cama y alisó sus ropas. Si un alma es lo que el demonio quería, él sabía dónde encontrar una.
Cuando Tom se acercó a la puerta, miró hacia el lugar donde estaba el demonio, solo para encontrar una serpiente de color negro que reptaba en su dirección. La serpiente no será grande, de hecho, era tan pequeña que podía esconderse con facilidad entre las ropas del Tom sin ser notada por los demás.
Aunque era tan solo una de sus formas, para Harry era la más conveniente en su situación actual, ya que le permitía escabullirse con facilidad por el orfanato. Aunque claro, jamás salir. Ya que Tom le había ordenado permanecer siempre cerca suyo en caso de que lo necesitara.
Al verlo actuar tan frio, Harry no podía evitar recordar esa noche donde Tom se aferró a él con firmeza entre sueños. Lucía tan frágil y solitario.
– Al final, sigues siendo solo un mocoso – siseó en voz alta, pero se extrañó cuando Tom sonrió con burla.
– Puedo oírte – el demonio se sobresaltó al escuchar el silbido de los labios del niño.
Harry observó al niño y sus labios serpentinos se curvaron en una sonrisa. Tal parecía que aquel niño todavía guardaba muchos secretos en su interior y la idea de desenmarañarlos uno por uno, emocionaba al demonio.
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¿Te Apetece Un Bocadillo?
أدب الهواةDentro de las cuatro paredes del orfanato, un niño de aspecto angelical sonríe y pregunta: - ¿te apetece un bocadillo de media tarde? La cola del demonio se sacudió ante la intriga de la propuesta a la par que una sonrisa sádica dejó ver sus afilad...