Amor de familia en época de fiestas.

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Eh aquí otra vez por el mismo puente, la misma soledad y con la nevada que solo indica que las fiestas están cerca, todo el año recorrer el mismo lugar solo en estas fechas se adorna de blancos matices, algunas lámparas alumbran entre la neblina, cruzando el puente toca pasar por el parque el cual todo blanco y de lejos algunas personas se distinguen en sombras grises cuales fantasmas que buscan el calor de su hogar.

Eh me aquí caminar con paso lento, esquivando a algunas personas con regalos, otros con abrigos, algunos solo absortos en ideas que solo llevan a ver un siguiente paso, algunos niños pegados a vitrinas llenas de sorpresas y regalos, ellos esperando promesas que van de la mano de ideas de comportamiento, jóvenes en parejas que circulan despreocupados buscando sus parejas y otros esperando que llegue un amor.

Veo pasar dos tortolos arrimados como si quisieran darse calor, otros mas allá mirándose tristemente y al pasar solo les escuche decir "que esperan que sus hijos se recuperen", ingreso a una chocolatería buscando algo para decorar la mesa y tener un poco de alegría festiva en medio de los ajetreos anuales del trabajo los cuales espero acabar a tiempo y llegar a casa si bien no es una llamada, al menos una fotografía que ellos coloquen en algún recuadro, la chica de la tienda con su atuendo de duende intentando sacar una alegría a todos, pido lo mismo de cada año, un papa Noel mediano, realizo el pago y sin más interacción dejo unas monedas para la caridad.

Busco una panadería que esté año esta cerrado hace unos meses un crespón decoraba esa puerta que siempre estuvo abierta y ahora se extraña el aroma a pasteles y panes recién horneados con solo pasar te invitaba a probarlos y degustar tanta variedad de delicias, paso por una parada de autobús y allí algunas personas mayores con sus abrigos y bufandas todas abrigadas esperando al autobús que algún momento llegará, la siguiente esquina es la casa donde hace unos años llegue, es inusual ver tanta movilidad pero me acerco con calma y paso seguro, no reconozco a ninguna persona ni movilidad.

Tomo el ascensor que lleva a los últimos pisos, demora un poco mas de lo esperando en llegar, salgo de el esperando llegar a mi cama y echarme a recordar a todos que lejos están por el momento, camino unas 6 puertas y aquí estoy frente a la puerta que día a día me espera para darme una bienvenida, saco el llavero que tiene una bolita con nieve y un trineo que fue regalo de mi abuela, abro la puerta y la penumbra desaparece y los vidrios empañados por el frio del exterior. Al cerrar la puerta suenan unos pasos y veo salir a todos ellos, ¡la familia vino a mí!, mi corazón late a todo dar y solo puedo abrazarlos y llorar, sentir el calor del amor de cada uno de ellos dando magia a estas fiestas.

El amor y su magiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora