Capítulo 4

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Harry se despertaba un poco más tarde de lo habitual ese día, la verdad, es que el día anterior le había costado mucho conciliar el sueño, debido a la abatida de pensamientos que pasaban por su mente cada segundo.

Abrió los ojos con lentitud, molestado por el brillo de luz que entraba por el hueco de la ventana de su habitación, sentía sus pestañas pesar, por lo que pestañeaba con lentitud. Bajo sus ojos lucía unas ojeras muy poco oscuras casi inexistentes, que no le hacían verse mal, sino al contrario, ya que al hacer contacto con su tez blanca se veían bastante bien.

Suspiró con pesadez mientras se frotaba los ojos como un niño pequeño que acababa de levantarse. Se estiró un poco, sentía que todo el cuerpo le pesaba por lo que no hizo el intento de levantarse.

Se quedó ahí tumbado, mirando al techo blanco de aquella habitación pintada con tonos azules, seguramente lo típico de todos los hospitales, eso pensaba Harry.

Cuando se encontraba en total tranquilidad, metido al completo en sus profundos pensamientos, en su pequeña burbuja. Ahí encontró el punto perfecto para estar, en el punto justo, donde podía ser el mismo, o al menos hacer el esfuerzo de poder serlo.

En ese momento, su puerta se abrió dejando ver a un chico que no conocía de absolutamente nada. Tenía pinta de tener prácticamente su misma edad, se le veía bastante infantil aunque su complexión física dijera totalmente lo contrario. Era un chico musculoso y fuerte, tenía una altura considerable, realmente cualquiera le envidiaría si lo viera. Llevaba unos pantalones vaqueros negros, tampoco eran gran cosa, sus zapatillas eran de deporte y llevaba una sudadera de color amarilla, a juzgar por su ropa, parecía ser un chico al que no le importaba mucho como le ven los demás. Segundos después se fijó en su mirada, una mirada color miel profunda y sincera, sus pestañas adornaban suavemente sus ojos para hacerlos más bellos, su nariz era perfecta, sus labios no eran finos pero tampoco lo contrario, sino un punto medio. Su nariz era perfecta. Y su cabello era castaño y claro, con un peinado típico pero a la vez único.

El chico se limitó a saludar a Harry con una sonrisa en su rostro para después hablar. - Harry, menos mal que despertaste, eché de menos tus payasadas en clases. - Reía leve mientras hablaba. - Realmente, me aburrí mucho sin tí, y tenía miedo de que no volvieras, pero aquí estás. -Sonrió de oreja a oreja. - Por cierto, me contaron algo sobre tu tratamiento y por si no me recuerdas... yo soy Liam, tú mejor amigo desde la infancia. Será difícil ponerte al día de los cotilleos del instituto ahora, pero poco a poco los entenderás de nuevo. - Decía con burla y de manera graciosa, como siempre solían hacer antes cuando estaban juntos y se conocían el uno al otro más que a nadie, cuando no necesitaban a nadie más que no fueran ellos.

Harry se quedó asombrado al ver la manera en la que Liam desenvolvía las palabras sin siquiera trabarse. Le recordó al enfermero rubio que le atendió el otro día, los dos tenían ese don. Ese don que él carecía y desearía tener.

Segundos después abrió la boca y se apresuró al hablar. - Hola Liam, bueno pues, encantado de conocerte, de nuevo. - Reía leve, la situación no era incómoda, pero era bastante extraña y nueva para él.

Liam se rió más, realmente el chico moreno necesitaba mucho al chico de rizos, eran la combinación perfecta, todos los del instituto lo creían. - Dejemos de hacer el tonto y hablemos, te contaré de nuevo todos los cotilleos del instituto, tienes que estar muy informado para cuando vuelvas. - Y Harry solo se limitó a sonreír mientras le escuchaba.

Tuvieron una charla de, ¿2, 3 horas? Ni idea, ellos no lo sabían. Pronto habían vuelto a ser inseparables como lo eran antes. Harry ya sabía todo de Liam y Liam también le contaba a Harry sobre cómo era él antes de que todo pasara, obviamente, en cada uno de los comentarios de Liam siempre había un tono de burla, era lo usual en ellos. Siempre se habían comportado así, y realmente nunca nadie ha podido separarlos. Han tenido sus peleas y malos momentos, como ocurre en todas las amistades del mundo, pero ellos solo se limitan a escuchar y recordar buenos momentos, ya que los malos, están solucionados, y recordarlos no les llevaría a ningún lado.

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⏰ Última actualización: Dec 09, 2020 ⏰

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In another life ~ Larry ༄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora