El Susurro de tu Voz 🐞Adrinette [A.I #2]

CAPÍTULO 4

No tengo nada en contra de Luka, pero no tenía otro personaje que poner :v

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Pasaron dos días antes de que decidiera salir del cuarto cuando noté como Marinette salía de la casa. Bajé las escaleras para mirar por la ventana, ella caminaba mientras cargaba una canasta en una de sus manos y una mesita desarmable bajo su otro brazo. Fruncí el ceño al notar lo incómoda que se veía, ¿a dónde iba? Pero al mirar el resto de la casita, pude darme cuenta que la cocina estaba hecha un desastre haciendo que recordara que esta chica de bonitos ojos azules trabajaba todos los días para vender pasteles en el pueblo de Noyers, que quedaba a diez minutos de aquí...

¿Caminaba con esa mesita y esa canasta todos los días? ¿Diez minutos cada mañana y tarde? ¿Y de ida y vuelta?

Busqué rápidamente un par de lentes oscuros que había visto en el cuarto varias veces sobre la cómoda antes de bajar para ir a acompañarla. Es verdad que Marinette me odiaba y que durante estos dos días no me ha dirigido la palabra, con su manera de comunicarse claro está, más, sin embargo, yo no podía aguantar esta ignorancia. Me equivoqué. Es cierto. Y ella no se lo merecía cuando lo único que ha hecho fue ayudarme e, incluso, no le informó a la policía sobre que me había encontrado...

No puedo quedarme aquí a esperar que me recupere para que me eche por fin. Al menos debo ayudarla como recompensa y como una manera de disculparme por la mentira absurda que había inventado cuando creí que ella estaba totalmente desconectada del mundo. Soy tan idiota.

Así que aquí estoy, caminando lo más rápido que puedo, con los lentes puestos y con una mano sobre mi abdomen que, aunque seguía doliendo, era soportable. El sol pegaba fuerte a esta hora de la mañana que sólo hizo que me cansara antes de llegar hasta ella, que caminaba más adelante con mucha energía a pesar de la incomodidad de cargar con todas esas cosas. Estaba acostumbrada a esto, era obvio, y yo no podía evitar sentirme humillado por eso. Sé esgrima, pero era un deporte que no tenía las palabras "se hacen caminatas por la ciudad" en grande y eso, más el hecho de aún no estar totalmente recuperado, me hicieron cansarme y jadear más rápido de lo normal.

Qué patético soy.

Pero por Marinette, continué, tardándome más de diez minutos en llegar a ver varios árboles y casitas que me hicieron sentir alivio. Noyers, llegué al bendito Noyers por fin.

Luego de tomarme otro pequeño descanso, decidí buscarla mientras observaba el lugar. Casas bonitas y modestas con un toque de estilo medieval que me dejaban sorprendido, pues París es muy distinto a este lugar, estaba seguro que aquí no tenían (por no decir que no conocían) lo que es el metro, pero viendo que es un pequeño pueblito, mejor ni preguntar. Lo que si pregunté cuando vi a una pareja de ancianos, fue por una bonita chica de cabello azabache, tez pálida y grandes y hermosos ojos azules.