☁️Rutina

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Lan WangJi es un hombre de rutina.

Mas bien lo era.

Había estado en un rutina por al menos 30 años y no tenía problema con ello.

La rutina era lo único que le permitía tener paz y saber que pertenecía a GusuLan.

Además era el mejor en cumplir la rutina.

Había excepciones, momentos donde la rutina no era exactamente rutina. Escasos días distintos, fuera de normal, pero incluso esos días se volvieron parte de la rutina.

Como esos días únicos donde veía a su madre. Solo podía verla una vez al mes, salir de rutina por un día con su madre. Esos días se volvieron normales, dentro de la rutina estaban esos días. 

Lan WangJi persigue la rutina.

Hasta que un día llega un joven que rompe la rutina y le da a Lan WangJi razones suficientes, es más, razones de sobra para romper las reglas y querer atacarlo, matarlo y lo pero de todo por dios, amarlo.

No son días de rutina con él ahí. Son días en los que tiene que supervisar sus castigos cuando debería estar meditando. son días en los que tiene que evitar que rompa más reglas en lugar de copiar las reglas. Son días en los en lugar de mejorar su cultivo tiene que copiar las reglas como un castigo autoimpuesto porque dios, no es sano tener esos sueños. Son días en los que hasta se rompe la rutina en sus sueños.

Intenta manipular todos los nuevos aspectos de su vida con Wei WuXian ahí tratando de meterlo en su rutina pero maldita sea Wei WuXian es todo menos constancia y un día  puede estar entrando al Receso de la Nubes con sonrisa del emperador y al día siguiente puede estar entrando su espada y luego al día siguiente comiendo frutos que compró en Caiyi y luego otra cosa ilegal. No es constantes. No pueda establecer normalidad porque Wei WuXian es tan... tan...

Lo odia.

Pero odia más cuando se va y el tiene de nuevo la paz suficiente para la rutina.

Con Wei Wuxian nada puede ser rutina. 

Con una guerra nada puede ser rutina, pero a pesar de eso, una guerra se adapta más a su rutina que Wei WuXian, buscar al joven, derrotar ejércitos, buscar información, planear, descansar. Lan WangJi se pregunta como un guerra puede adaptarse a un rutina y no Wei WuXia. No es justo.

No es justo que cuando lo encuentre, por solo ser Wei WuXian la guerra deje de ser rutina, tan esporadico e impredecible como siempre, deja de ser lo que día con día.

Lan WangJi admite que le gusta la rutina, pero de tener que elegir, escogería una vida sin rutina, porque eso significaría una vida con Wei WuXian. Frustrante.

Cuando Wei WuXian muere la rutina regresa. Lan WangJi odia la rutina. 

La rutina es tranquila.

Se levanta a las cinco como debe de ser. Ayuda con los deberes. Enseña a los discípulos. Ordena la biblioteca. Sale de cacería. Resuelve el problema. Recibe agradecimiento. Descansa. Duerme. 

La rutina es aburrida.

Con Wei WuXian la rutina no es posible. Pero Lan WangJi es feliz.

Wei WuXian es impredecible. Esporádico. Nada rutina.

Si el quiere se puede levantar antes de las diez, si no quiere se puede extender hasta las tres.

Cuando quiere puede despertar antes que Lan WangJi, subirse a él, besarle los labios con pasión, hambriento y rudo, reclamar su cuerpo como lo que es, su esposo. Y otras veces, puede dejar que Lan WangJi lo despierte, devoto, mientras él lo deja ser, tranquilo, encantado, acariciando lento porque lo ama.

Pueden ir los dos de cacería y ser ridículamente románticos, o ser esplendorosamente fuertes y audaces.

Con Wei WuXian no hay rutina.

Lan WangJi que sabe lo que es vivir en la rutina sonríe cuando siente que eso no es rutina.

Pero es más feliz de lo que nunca será.

Porque la única rutina en su vida no le molesta. 

Después de todo, todos los días son todos los días.

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