XX

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El murmullo que escucho se parece mucho al zumbar de miles de abejas, aunque más quedo y menos enloquecedor, parecen millones de voces de las cuales no alcanzo a comprender una sola palabra.

Es un vacío infinito; como estar atrapado dentro de una nube densa con un brillo casi cegador. No siento miedo ni siento gravedad, pero tampoco es como si estuviese flotando.

Al aguzar mis sentidos me doy cuenta que las voces son muy parecidas a la mía, podría jurar que multitudes de Lexas están hablando, aunque no entre ellas ni consigo mismas. ¿Qué demonios está pasando? Probablemente esté soñando.

Doy unos pasos en diferentes direcciones sólo para darme cuenta que no existe absolutamente nada en este espacio. Me es muy parecido al lugar al que entraba Janet en The Good Place*.

-Gracias a las diosas, creí que era la única persona en este... lugar- Escucho a mis espaldas y me giro para ver quién es. Me siento aliviada.

Y me quedo pasmada nada mas de ver mi reflejo; y es que si no estuviera vestida de diferente forma, juraría que estoy parada frente a un espejo. Ella palidece y tiene los ojos tan abiertos como seguramente los tengo yo.

-No puedo creérmelo- Decimos al mismo tiempo, una misma voz viniendo de dos gargantas diferentes.
-¿Estoy muerta?- Volvemos a decir las dos. Ya siento miedo.
-Lo dudo- Escucho a mi derecha y se acerca otra copia mía, sólo que, con jeans, botines cafés y una playera gris -Mi visión del más allá no es estar precisamente, acompañada de otras yo-.
-No entiendo nada- Dice la que tengo enfrente, quien viene vestida con unos pantalones azul marino, una blusa blanca y una chamarra verde, el cabello recogido y los labios con gloss.
-A lo mejor es el infierno- Me sale apenas.
-Tampoco se parece a la idea de infierno que he pensado YO- Las tres volteamos a ver a la otra Lexa que se acerca. Ésta, vestida con una sudadera gris, pantaloncillos de pijama y calcetines blancos, descalza.
-No entiendo ni un carajo- Son ahora cuatro voces al unísono.

Los murmullos siguen y no hay duda de que son muchas Lexas las que están hablando; aún no logro entender una sola cosa de lo que dicen, ni comprendo qué es lo que está pasando. Si he muerto, es verdad que no imaginaba el más allá de este modo, qué más da si existe el cielo o el infierno, simplemente no esperaba que esto fuera con lo que me encontrara al dejar el plano terrenal.

Sin embargo, algo me dice que no estoy muerta.

-Estamos atrapadas en un vacío del espacio-tiempo- Dice la última que apareció, quien se cruza de brazos y nos mira como si fuese obvio -Estamos a punto de cambiar de realidad ¿No se dan cuenta? Y si les soy sincera no es algo que me apetezca porque estoy cansada de esto-.

Todas estamos de acuerdo con lo que ha dicho, no quiero cambiar de realidad. Creí que después de un año pasado, esto no volvería a repetirse.

-¿Quién de ustedes sigue sin estar con Clarke?- Pregunta con fastidio Lexa cuatro.

Y es entonces que la Lexa número tres levanta la mano.

-¿Clarke sigue con Octavia?- Decimos Lexa dos y yo.
-¿Qué quieren que haga? No puedo forzarla a que deje su relación nada más porque se me da la gana ¿O sí?- Dice Lexa tres.

Volteo a verlas a todas.

-Me estoy confundiendo-.
-¿Eres tú la que...?- Me mira con enojo Lexa dos.
-¿La que tuvo que pretender que Clarke era su novia y no su mejor amiga para no joder una relación de otra Lexa? ¿La que terminó enamorándose? Sí, no me vengas a reclamar una sola cosa porque en este juego todas estamos salvando el pellejo de la "original". Agradéceme que mantuve a Clarke contenta a pesar de poner en riesgo mi salud mental en mi mundo real-.
-Voy a dejar el asunto porque puede que tengas razón-.
-Claro que la tengo- Le miro el dedo de la mano izquierda cuando un destello me llama la atención –¡Por fin!-.
-¿Qué?- Preguntan las tres.
-Por fin se casó con Clarke- Les enseño la argolla de matrimonio en la mano de Lexa dos.
-¡Bravo!- Dicen las otras dos.

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