Capítulo 4

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El tal Joshua hablaba con ella.

-Entonces tu eres Zoe Redmond- Le mira impresionado.

-Sí- Asiente divertida.

Blanqueo mis ojos ante su reacción.

"Oh, vamos Redmond, tú no eres así de coqueta, detente"

Sentía como esa asquerosa sensación de celos recorría cada parte de mi cuerpo, arrugue mi nariz.

- ¿Te parece si salimos este fin de semana? - Le pregunta el chico.

Alza su mirada asombrada, terminando de pasar un mechón de su cabello detrás de su oreja.

- ¿Co...Cómo? - Titubea Zoe.

-Tú y yo, en una cita- Le sonríe el chico.

-Ah. Yo. Nnnh. Ssh. Sí- Responde de una vez por todas sonriendo.

"¡No!" Le reclamo.

-Perfecto, entonces, ¿me das tu dirección? - Le pide el chico.

-Ah, claro- Se acomoda Zoe.

Toma un bolígrafo de su bolsa, le agarra la mano a Joshua y anota su dirección en ella.

-Excelente- Sonríe aquel chico hacia la palma de su mano -Entonces paso por ti a las seis, ¿esta bien? -

-Claro- Asiente y camina hacia la salida, dejando solo al chico.

Me transporto al auto en el asiento trasero.

"Perdóname, Zoe, pero te lo mereces"

Cuando sube al auto, enciendo el stereo.

Ella da un pequeño brinco en el asiento y se dispone a apagarlo.

Respira profundamente y se acomoda el cabello detrás de las orejas.

Hago sonar su móvil y lo busca desesperada, para solo encontrarse con el reproductor encendido.

Lo apaga confundida e intenta encender el auto.

Con un hábil chasqueo hago que el auto no encienda.

-¿Qué rayos le pasa? - Exclama Zoe.

Vuelve a intentarlo, y nada, vuelvo a encender el stereo y esta vez grita muerta del miedo.

Lo apaga de golpe.

Hago lo mismo con el móvil y esta vez hago que las luces de su auto se enciendan y apaguen repetidas veces. Vuelvo a encender el stereo y observo como se vuelve loca.

-Por Dios, ayuda-

"No lo metas en esto" Le grito, con toda la intención de entrar en su cabeza.

Veo que mueve su cuerpo con la intención de abrir la puerta y salir, pero antes de que lo haga, bajo los seguros impidiendo que salga.

-Ayuda- Grita desesperada y empieza a golpear la ventana.

Enciendo el stereo de nuevo y esta vez subo todo el volumen, intenta apagarlo pero se lo impido.

Pongo la música de su celular con un volumen alto y manipulo su sistema escribiendo en las notas que tiene:

"No me provoques"

Toma su celular y ve la nota escrita.

Su respiración se agita y empieza a desesperarse.

-Por favor- Empieza a sollozar.

Golpea el claxon de su auto, llamando la atención de la gente que va pasando y por desgracia también la de Joshua y su dentista.

Diablo Guardián | Michael Clifford; TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora