Capitulo 3: Palabras dulces.

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Después de la vergüenza que había pasado el domingo, y más cuando Itachi se enteró por su madre y se encargó de burlarse de él día y noche, decidió dejar pasar unos días antes de intentar nuevamente un nuevo plan.

Cuando se sintió preparado, fue nuevamente con su hermano por un nuevo consejo.

"A mí novia le gustan los cumplidos. Quizás eso funcione, inténtalo."

Con esas palabras en mente, el orgulloso y nervioso niño Uchiha acudió a su reunión diaria.

- Buenos días.- saludó nada más llegar a ambos chicos que ya se encontraban allí, aunque solo saludó a Sakura porque quedaría mal frente a Naruto si no lo hacía, la chillona pelirosa lo abrazó, juntando su sucia mejilla con la suya. Mientras que el rubio solo sonrió levemente y asintió.

Cuando finalmente pudo sacarse a la molesta Haruno de encima, el rubio se encontraba acostado sobre el tronco del árbol como siempre, leyendo un libro de historia ninja.

Con las mejillas hirviendo, miró a Naruto por varios minutos más. Perdiéndose en sus ojos azules que escudriñaban las páginas de aquel libro con devoción.
En sus rubios cabellos, que se movían al ritmo del viento de manera desordenada.
En sus labios, que mojaba cada unos cuantos minutos con su lengua y seguía leyendo.

Más se congelo y sintió que moría cuando aquellos bellos ojos color cielo, el color favorito de Sasuke, se giraron hacia él, mirándolo directamente.

- ¿Ocurre algo? Uchiha-san.- la inocente pregunta solo hizo que sus mejillas ardieran más. Lo había pillado mientras lo observaba sin vergüenza alguna.

- ¡No! Yo...Etto... ¡Tienes un moco!- y dejó de respirar cuando se escuchó a él mismo. La sangre le subió de golpe a la cabeza y por primera vez en su vida vio el rostro enojado del rubio. Su ceño estaba levemente fruncido y, sin más que decir, cerró su libro y tomó su mochila, alejándose de él.

Sintiéndose un estúpido y odiandose a sí mismo, decidió no acercarse a Naruto por un rato. Seguramente estaría enojado ¿Y quién no? ¿Que clase de estúpida excusa había sido esa? ¿Un moco? ¿Enserio?

Ese día lo había dejado en paz durante todas las aburridas misiones que hicieron y decidió que le contaría a su hermano, por más que sintiera una vergüenza terrible y su orgullo se viese machucado, sobre lo que había pasado ese día.

Así que al llegar a casa, lo primero que hizo fue correr a la habitación de su hermano mayor.

- Itachi...- llamó, mirando al pelilargo sentado en su cama.

- ¿Que ocurre? Sasuke.- finalmente se digno a mirarle.- ¿Porque estás tan rojo? ¿Y porqué pareces depresivo?

- Yo... No te rías ¿Vale?- pidió, más bien amenazó, el menor a su hermano, que solo asintió, cruzando los dedos detrás de su espalda.- Hoy Naruto me pillo viéndole...- Itachi esbozó una sonrisa en sus labios al ver el nerviosismo y el sonrojo que parecía no querer abandonar las mejillas de su hermanito al hablar de aquel niño.-... y me preguntó si ocurría algo, yo me puse muy nervioso...- estaba dando muchas vueltas, eso era algo que Sasuke hacia cuando estaba avergonzado.- ¡Y le grité que tenía un moco y que por eso lo estaba mirando!- el Uchiha menor tapó su rojo rostro con sus manos.

- No...puede...ser.- y así, Itachi comenzó a carcajearse por la estupidez que había hecho su hermano. Era tan ridículo y vergonzoso que no podía parar.

- ¡Dijiste que no te reirías! ¡Itachi baka, baka!- sin saber que más hacer, le arrojó a su hermano una botella de agua que estaba sobre su mesita de luz y le dió justo en la frente. Sin más, salió de la habitación y se dirigió a la suya. Mañana seguiría con el plan.

                           [...]

Sasuke era una persona orgullosa a muerte, fría como un tímpano de hielo y reservada como un cofre. Mantenía su comportamiento controlado en todo momento, eso era lo que su padre le había enseñado.

Pero ahora, frente a aquel serio rubio, no podía nisiquiera controlar su tartamudeo para dar un saludo decente.

- Naruto, yo. Digo, tú... Hoy te ves, bueno, no solo hoy...- tartamudeó y es que tener la fija mirada del rubio sobre él no era fácil. Por ello miraba sus pies, moviéndolos con nerviosismo.- Lo que quiero decir...- Intentó formular, pero sus chances de acabaron cuando vio a su pelirosa compañera llegar a lo lejos.

- ¡Sasuke-kun!- y como todas las mañanas, tuvo que descolgarla de su cuello y soportar sus insoportables gritos.

Gruñó al ver su intento nuevamente fallido y maldijo a la Haruno una vez más, jurando aumentar su venganza.

Plan C: Fracasado.

ℂ𝕠𝕟𝕤𝕖𝕛𝕠𝕤•SasuNaru• 🍂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora