《El precio de un gracias y un lo siento》

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¿No era gracioso?

Vivir aún cuando todos te alejaron, seguir existiendo aunque tu presencia sea innecesaria.

Wen Qing observaba a Wei Ying, quien estaba sentado en el recién construido estanque de lotos, vacío pero con esperanza de llenarse de hermosas flores; estaba con una carta al lado de él. Movió su mirada a sus hombros, tan delgados y pálidos que podría compararse a los de sus cadáveres ambulantes, y no paraban de temblar; escuchó los suspiros que dejaba, uno tras otro cada uno más apagado que el anterior.

Al verlo más completamente una agonía invadió a Wen Qing, el miedo de que si dejaba de verlo solo por un segundo este se iría para siempre, esa idea simplemente no paraba de llenar su cabeza.

No quería dejarlo solo, estaba muy mal en su salud, tanto mental como físico, el cultivo demoniaco no era amable, Wei Ying estaba marchitándose. La joven Wen lo escuchaba llorar cada noche, llorando por sus hermanos, llorando por sus recuerdos de Yummeng Jiang, llorando por su mejor amigo, o según él "al que solo yo considero amigo", llorando por el pequeño A-Yuan y llorando por ellos y los forajidos Wen. La depresión que acumulaba en su cuerpo aumentaba a un nivel alarmante. Muchas veces lo encontró escupiendo sangre y vomitando sin parar, el cultivo demoniaco lo mataba por dentro y eso le rompía el alma. Porque solo ejercía el cultivo para protegerlos. Wen Qing también vio los talismanes que estaban en la mesa y se asusto al verlos, muchos de ellos eran para autolesionarse sin rastro de heridas y otras, que la asustaban más, eran para no invocar el alma después de la muerte; un día le pregunto a Wei WuXian sobre esos talismanes y le exigió una respuesta, pero no respondió y siguió trabajando la tierra.

Wei Ying se sentía solo otra vez. Todos los Wen se habían ido exactamente como había planeado, todos cambiaron de apariencia y se fueron como migrantes a otras sectas como eran ancianos, enfermos y mujeres nadie sospechaba que eran parte del aclamado "Ejercito del Patriarca de Yiling", abandonaron su apellido dejando su pasado atras procurando entre ellos no perder la comunicación.

Muchos Wen no lo mostraban pero estaban tristes de alejarse y dejar al muchacho de la sonrisa alegre, aquel que los ayudo cuando nadie más quizo hacerlo, aquel que era tan sonriente por fuera pero por dentro era un mar de llanto. Ellos sabian del estado emocional del joven maestro, eran ancianos en su mayoria y la edad los hacia ser más sensibles a los cambios que presentaba el chico, cada vez más apagado, más derrotado. Insistieron en quedarse mas el cultivador demoniaco era insistente, terco y simplemente después de mucho rogar se rindieron y aceptaron.

Una o dos personas se iban cada día, dejando buenos deseos, despidiensose de su temporal refugió. Hasta que en un mes ya todo Túmulos funerarios estaba desolado y abandonado, a excepción de un par de hermanos Wen, un pequeño niño y El Patriarca de Yiling.

A los hermanos Wen les tocaba irse junto al pequeño A-Yuan, ese día Wei Ying estaba por despedirse de los hermanos para que ellos puedan vivir de mejor forma, sin él. Pero el destino era quisquilloso y le trajo una carta, no una carta cualquiera, no.

Era una carta invitándolo a la fiesta de un mes de su sobrino.

Al principio estaba muy emocionado, viendo a Wen Ning y Wen Qing con los ojos rebosantes de alegría y esperanza, saltando de alegría imaginando que regalo le daria a su sobrino, cosa que no duro mucho; después de que su ola de alegría se le pasara se puso a pensar: ¿Estaba bien ir? Ya no era parte de ninguna secta, abandono a Yummeng Jiang y Yummeng lo habia abandonado a él y no olvidar que era un cultivador demoniaco, alguien peligroso, alguien despreciado, no estaba bien ir. Sería solo una vergüenza para su Shijie y para su sobrino; en un cambio fugaz ahora no podía imaginar nada más que a su sobrino siendo molestado frecuentemente por que tuvo un familiar tan peligroso, uno tan irritable, uno a quien nadie quería. Sufriendo de soledad y chismes despreciables a sus espaldas, justo como él había vivido.

Feeling Of LossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora