_Larga Espera_
*EPÍLOGO*
Fué en uno de esos cada tres días sabes?
Llovía a más no poder, pero eso no importaba, caminé bajo la lluvia por el camino de siempre hasta llegar a mi purgatorio....¿Qué te parece si lo llamamos pozo de los sueños Kagome?
Una vez le pediste un deseo a una estrella fugaz, esa noche cuando contábamos con la compañía de Akitoki, no me dijiste cuál había sido tu deseo porque según tú, si lo hacías lo que pediste no se cumpliría.
Hasta el día de hoy me invade la intriga de saber que fué lo que pediste. ¿Tú deseo habrá tenido que ver conmigo?
Quiero que llamemos pozo de los sueños a éste depósito de cadáveres porque dentro de él, en ese mar de infinito, hay millones y millones de estrellas que contienen deseos ocultos esperando ser cumplidos, esas pequeñas gotas de luz albergan sueños, desde los más pequeños hasta los más grandes.
Aunque...no todos los sueños se vuelven realidad, algunos terminan siendo solo eso... sueños. Cómo lo es el de mi corazón deseando a cada momento, todos los días sin importar qué o quién, de poder volver a verte.
La verdad, no esperaba que lloviera aquel día, pero eso no iba a impedir que llegara hasta donde me proponía.
Al llegar... fué diferente...
Lágrimas se camuflaron en el recorrido que gotas de lluvia realizaban sobre la superficie de mi rostro empapándolo por completo. Mi garganta se cerró al instante. Intentar calmarme era en vano, cada vez que miraba el pozo de los sueños sentía a la angustia y al dolor tomarme de las manos invitándome a realizar un ritual de desahogo, ese que realicé cuando estuve a punto de perderte, ese al que ustedes llaman llorar.
En ese momento cerré mis ojos y apreté mis puños dejándome caer de rodillas teniendo únicamente como testigo y compañía a las aclimatadas y frías lágrimas de nube que ahogaban el sonido de mi llanto acariciando las hojas de los árboles que había a mi alrededor.
—¡Ya no lo resisto, ya no lo aguanto!—le confesé a la soledad mientras golpeaba el suelo húmedo con mis manos convertidas en puños, mientras me liberaba en llanto y junto con él, todo el dolor que albergaba mi pecho—¿Porqué?, ¿Porqué no podemos estar juntos?—pregunté a la nada en un hilo de voz.
—Ella debe estar igual que tú—oí una voz a mis espaldas, la cual reconocí al instante.
—Já—reí sin gracia—ella debe tener a alguien más en su vida, después de todo.. tiene derecho a hacerlo—dije mientras me ponía de pie y me volteaba para ver a Miroku quien sostenía una sombrilla que había sido un obsequio por parte de Kagome mucho antes de que fuéramos separados.
—Eso no es verdad Inuyasha, Kagome-sama, debe estar en las mismas condiciones a las que tú te enfrentas.
La lluvia acompañó en todo momento empapando mi haori y hakama, mi cabello y orejas no fueron la excepción, pero, en realidad quería que la lluvia mojara mi rostro.
Así que levanté mi vista y la dirigí al cielo, observando aquellas imponentes nubes desprendiendo y a la vez compartiendo parte de su dolor y vida con nosotros. Cerré mis ojos y pude verla una vez más. No sé cuánto tiempo permanecí en silencio, pero cuando abrí mis ojos y observé a mi alrededor, me di cuenta de que a pesar de todo, Miroku seguía esperándome...a mí...mi amigo...
—Inuyasha...—me brindó una sonrisa—llorar está bien, todos lo hacemos pero, duele mucho menos si alguien está a tu lado...
—Miroku...—de repente las lágrimas volvieron, entonces él se acercó y me reconfortó con un abrazo. No lo rechacé, todo éste tiempo me he sentido solo en éste mundo sin ella mi lado... prometí ser fuerte, lo sería por ella...por nosotros...pero...hoy liberaría mis penas y Miroku, él estaría ahí para apoyarme, y eso...lo agradecería por lo que me quedara de vida.
★/////////★
Han pasado 3 días desde lo ocurrido aquella última vez que visité el pozo y que Miroku permaneció a mi lado brindándome su apoyo tal y como lo hacen los amigos.
Es extraño...nunca creí que tendría uno, pasé por tantas cosas que ahora provocan que me resulte extraño poder confiar en alguien, es entregar mi corazón sabiendo que pueden hacerlo añicos en cualquier momento.
Estaba sentado, pero las gemelas de Sango y Miroku no dejaban de jugar con mis orejas, aunque, en realidad no me molestaba, me sentía querido por ellas, pero, no quería que me preguntarán algo así que decidí quejarme para no levantar sospechas.
—Hey, haz algo con las gemelas—dije con cara de fastidio.
—No tiren de sus orejas—pidió el ahora padre de familia que ayudaba a su esposa Sango.
—Lo siento Inuyasha—se disculpó la peli castaña que cargaba un bebé en su espalda.
De repente creí que mi respiración se cortaría.
—Vayan a matar al zorro—les dije a las niñas mientras me ponía de pie y se las lanzaba a Shippo sabiendo que no se harían daño al caer encima suyo.
—¡Hey! ¿Porqué fué eso?—gritó Shippo desde el suelo siendo aplastado por las niñas.
—¡Shippo!
—¡Matar!
Corrí lo más rápido que pude, mi olfato no me engañaba, no había duda...
Al divisar el pozo, sentí a mi corazón latir fuertemente en mi garganta. Me detuve frente a él sin saber qué hacer al comienzo. Estaba nervioso, pero sin pensarlo ni un segundo más, extendí mi mano hacia el interior del pozo y fué entonces...
—¡Huh!—alguien tomó mi mano y cuando logré que ese alguien saliera...
Volví a encontrarme con esos ojos chocolate que ahora desprendían lágrimas de felicidad y al mismo tiempo sus labios curvaban una sonrisa para mí, que iluminó el mundo por completo.
Tres años, tres largos oscuros y tormentosos años en los que no oí su voz, la ví reír o logré hacer que se enojara conmigo por alguna cosa que olvidaríamos dentro de unas horas. Por fin podría decirle tantas cosas con las que he soñado compartirle durante todo éste tiempo.
Su cabello, ojos, labios, manos, rostro, alma, olor y piel...toda ella está de vuelta en mi tiempo, la barrera entre nuestros mundos fué derribada y nada logrará separarnos ésta vez, haré todo lo posible y más para que eso no suceda...
Por fin llegó el día...
Kagome...por fin podré decírtelo...
—Inuyasha, lo siento. ¿Me estabas esperando?
Aishiteru Kagome...💚
★Fin★
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Historias InuKag
RandomLas historias que se publicarán NO son mías, le pertenecen a Ally Gómez. Los personajes le pertenecen a Rumiko Takahashi ¡¡Vengan y disfruten de bellas historias de esta hermosa pareja!!