LARGA ESPERA

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_Larga Espera_

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¿Aún lo recuerdas Kagome?, ¿Las ocasiones en las que juntos saltamos al abismo inundado por las estrellas del firmamento que alguna vez me mostraste?, ¿A aquellos fragmentos de luz que danzaban a nuestro alrededor atravesando la barrera que separa nuestros mundos y corazones?, ¿A aquel hueco en la tierra al que ambos nos arrojamos anhelando el reencuentro?. Hasta el día de hoy lo hago, anhelo el día  en que vuelva a ver  a aquella mujer que dió vuelta mi mundo en un segundo. Sigo esperando tu regreso aún más allá de lo que diga tanto la gente, como lo que diga el llamado destino.

Hace tiempo, hace exactamente 50 años, mi mundo se había detenido. Mi corazón fué atravesado por una de las flechas de la miko que llegó a odiarme como muchos otros llegaron a sentir desprecio hacia quien era y repugnacia hacia lo que soy. Se suponía mi vida terrenal había quedado en el olvido con ese golpe, pero, un grito de ayuda fué capaz de despertarme junto con los sentimientos que resguardé ante el sabor amargo de la traición. En cuanto abrí los ojos los recuerdos pegados a mi retina no habían desaparecido, el tiempo que permanecí "muerto" fueron años de soledad y amargura sin siquiera sentir o poder hacer algo al respecto.

Cuando te ví, creí estar mirando a la causante de mi mal sabor de boca y razón de amar que alguna vez creí que pudo llegar a ser, pero, había algo diferente, tu mirada, esos ojos vivaces y atrayentes no eran los que conocí cuando deseaba convertirme en un Youkai para poder pertenecer a algo.

Cuando creí pertenecerle a ella, todo salió mal igual que siempre, y lo peor de todo, no fué el hecho de ser traicionado como tantas otras veces, el hecho de que pudo lograr causar dolor en mí, fué lo que se llevó el primer lugar.

Dolió el no poder olvidar a ese alguien al que amaste entregándolo todo a cambio de nada, recibiendo la misma escoria una vez más.

Lo único que pude hacer al tenerte frente a mí, fué relucir el hecho de que no podías acabar con el monstruo que acechaba con darle fin a tu vida y haber acabado conmigo de un solo golpe. Cuando te acercaste a mí, mi corazón latió desenfrenadamente a pesar de la flecha que lo atravesaba como futuramente otra perteneciente a aquella niña vivaz e ingenua, carente de odio o egoísmo utilizaría para atravesar a la causante de todas las desgracias que conocemos... La perla Shikon...

Eras una niña desconocida y en aquel entonces para mí, una copia de la mujer que acaparaba mis sueños y pensamientos que me liberó de mi cautiverio y me condenó al utilizar un conjuro que logró calmarme tanto a mí como a mis deseos de matar a aquella que creía odiar.

Una cosa llevó a la otra y eso causó que la Perla Shikon se esparciera a lo largo y ancho de lo que alguna vez en el pasado llegué a conocer. Me ví obligado a buscar uno a uno los fragmentos a tu lado. Lo odiaba, odiaba el hecho de tenerte cerca, tener que hablarte, escucharte, mirarte o incluso tocarte, quería que te fueras, que algún demonio acabara contigo y estando de paso, acabara con mi vida, al no soportar la idea de un mundo sin mi amada Kikyo...

El enterarme de su muerte y fingir desinterés fué una de las cosas más difíciles que he hecho, y desaparecer su recuerdo sería imposible.

Pero, la niña ingenua y caprichosa que me acompañaba intentaba amigarse conmigo todo el tiempo. Sin darme cuenta o prestarle un porqué a la situación, la acepté. El estar cerca tuyo me traía paz, tu magnífico y embriagador aroma era todo un espectáculo ante las fosas nasales de cualquiera, incluyéndome. El verte cerca de otro lograba hervir mi sangre, el que me ignoraras dolía, que miraras a otro asustaba, de repente no quería perderte, quería ser yo y solo yo en tu vida y que no te apartaras de mi lado.

—Inuyasha, va hacia tí

—Huh, sí...

El demonio con forma de lobo, magistral de color blanco, feróz e imponente se dirigía hacia mí con intenciónes de atacar.

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